Es noticia
El Giro busca reducir el 'made in Italy': más etapas europeas para facturar 75 millones
  1. Empresas
La 'Corsa Rosa', a la caza del Tour

El Giro busca reducir el 'made in Italy': más etapas europeas para facturar 75 millones

La ronda italiana ha consolidado su crecimiento en la última década llevando la salida de la carrera a diferentes países. La cifra de negocio ya ronda los 75 millones de euros anuales

Foto: El Giro d'Italia busca plaza para la salida de 2024, tras salir de Hungría en 2022. (EFE/Maurizio Brambatti)
El Giro d'Italia busca plaza para la salida de 2024, tras salir de Hungría en 2022. (EFE/Maurizio Brambatti)

El Giro d’Italia pedalea para recortar la distancia que le separa con el Tour de Francia. La ronda italiana, considerada la gran vuelta más dura del mundo, busca también pelearle a su homóloga francesa la condición de prueba más lucrativa. Para ello, la Corsa Rosa ha elaborado una estrategia de internacionalización, anticipándose al resto, que ha llevado la salida de la carrera desde Ámsterdam a Jerusalén, entre otros destinos, y que le ha permitido engordar su cifra de negocio desde 40 millones hasta 75 millones de euros, a lo largo de la última década.

La prueba italiana es la que históricamente más partido ha sabido sacar a las salidas desde el extranjero. Lo que el Giro denomina como La Grande Partenza se ha convertido en una oportunidad de aumentar la visibilidad de la prueba, llegando a nuevas audiencias, y embolsarse hasta 24 millones de euros en derechos de sede. No en vano, tanto La Vuelta como el Tour de Francia han tomado nota y el pasado año fue la primera edición en la que las tres grandes vueltas arrancaron desde fuera de sus países de origen.

Los derechos de sede son, por tanto, uno de los principales motores de la carrera italiana. En total, suman más de 20 millones de euros. Del resto de partidas, el negocio comercial aporta unos 15 millones, mientras que, solo en derechos audiovisuales internacionales tiene garantizados 20 millones anuales por emitir la carrera en 198 países ante una audiencia potencial de 790 millones en todo el mundo. Además, su contrato con la RAI para la emisión nacional le proporciona otros seis millones.

De Ámsterdam a Jerusalén: el Giro más internacional

Hasta en catorce ocasiones la lucha por la maglia rosa empezó fuera del país transalpino. Si bien la primera salida desde el extranjero ni siquiera fue desde fuera de la península itálica —San Marino acogió la primera etapa en 1965—, en los últimos años el Grupo RCS, gestora de la carrera, ha puesto sus ojos en territorios de toda Europa e incluso del continente asiático.

Tras Ámsterdam en 2010, el primer gran ejemplo de este éxodo hacia nuevos mercados estratégicos fue la salida de Dinamarca en 2012. Una década antes de que el Tour de Francia apostase por el país nórdico como puerto de salida de la carrera, ya lo había hecho el Giro d’Italia.

La carrera italiana identificó rápidamente la pasión ciclista del país danés y le supo sacar partido. Aunque se desconoce el importe desembolsado por las autoridades locales en el Giro, se cifra en alrededor de 10 millones de euros la cantidad invertida en la pasada edición del Tour de Francia. Entonces, la ronda italiana contaba con una cifra de negocio de en torno a 40 millones, que se ha casi duplicado a medida que ha ido consolidando su presencia en el extranjero.

El Grupo RCS ha puesto sus ojos en territorios de toda Europa e incluso del continente asiático

Asimismo, RCS apostó por explotar un mercado como las islas británicas y llevó el Giro d’Italia a Irlanda del Norte en 2014. No fue una mala idea, puesto que la ronda italiana percibió más de seis millones de euros y dejó un legado en el territorio del que la gestora de la carrera ha seguido sacando partido a través de las pruebas cicloturistas Gran Fondo.

Tras volver a pasar por Países Bajos en 2016, dos años más tarde la carrera asaltó la banca en Israel. Además de erigirse en la primera gran vuelta que pisaba Asia, recibió una inversión de entre 12 millones y 16 millones por parte del multimillonario Sylvan Adams, principal responsable de la iniciativa. El país, además de mejorar su imagen a través del deporte, buscaba crear una infraestructura ciclista con la que atraer turismo internacional. Ese año la carrera alcanzó su segunda cifra más alta de ingresos, 65,5 millones de euros, tan solo por detrás de los 75 millones registrados en 2017.

Hungría, en 2022, fue el último destino en la hoja de ruta internacional del Giro, subiendo aún más su apuesta según las previsiones establecidas. De hecho, se estima que el coste de organización de las tres etapas que se llevaron a cabo en tierras magiares alcanzó los 24 millones de euros, según informan medios húngaros. Aunque se desconoce la facturación específica de RCS en eventos deportivos en los últimos dos años, su división dedicada al patrocinio y la organización de eventos deportivos ingresó 282,2 millones en 2022.

Inversión local para acoger etapas

La edición 106 del Giro d’Italia partirá este domingo desde Los Abruzos y terminará el próximo 28 de mayo en Roma para coronar al ciclista que porte la maglia rosa. Alrededor de 12 millones de visitantes acudirán al país, como sucede durante cada mes de mayo con motivo de la ronda italiana. Por ello, los municipios e instituciones locales del país transalpino destinan entre 70.000 euros y 100.000 euros por acoger salidas de etapa y 200.000 euros por las llegadas. Pese a que no ha trascendido la inversión de la capital por hacerse con la etapa final, en 2018 Roma pagó 400.000 euros por ella.

De cara a 2023, RCS no ha desvelado sus planes, pero siguiendo con su alternancia bienal, se espera que la Corsa Rosa vuelva a partir desde el extranjero. En las quinielas, países como Eslovenia o Turquía son los que han levantado más interés, pero también han sonado otras opciones como Bélgica o la posibilidad de dar el salto al continente africano dirección Marruecos.

El Giro d’Italia pedalea para recortar la distancia que le separa con el Tour de Francia. La ronda italiana, considerada la gran vuelta más dura del mundo, busca también pelearle a su homóloga francesa la condición de prueba más lucrativa. Para ello, la Corsa Rosa ha elaborado una estrategia de internacionalización, anticipándose al resto, que ha llevado la salida de la carrera desde Ámsterdam a Jerusalén, entre otros destinos, y que le ha permitido engordar su cifra de negocio desde 40 millones hasta 75 millones de euros, a lo largo de la última década.

Cotizalia Sports UCI Vuelta a España
El redactor recomienda