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Cena en El Viso entre Feijóo y Corcóstegui, el banquero que susurraba a Aznar y Casado
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EN LA CASA DEL EJECUTIVO

Cena en El Viso entre Feijóo y Corcóstegui, el banquero que susurraba a Aznar y Casado

El candidato del Partido Popular ha mantenido un encuentro con el financiero y ex hombre fuerte del Santander para conocer su diagnóstico sobre la economía española

Foto: Ángel Corcóstegui y Alberto Núñez Feijóo en un montaje de El Confidencial.
Ángel Corcóstegui y Alberto Núñez Feijóo en un montaje de El Confidencial.
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La cola de abogados, asesores, banqueros y empresarios con presuntas buenas intenciones, pero también de oportunistas y arribistas, que tiene Alberto Núñez Feijóo en la puerta de la calle Génova se agiganta conforme la mayoría de las encuestas le dan como ganador de las próximas elecciones del 23 de julio. Dada la desconfianza natural del político gallego y su falta de estructura en Madrid, el candidato del Partido Popular ha ido descartando a los que, intuye, tienen intereses personales cortoplacistas y se ha centrado en los que su olfato le sugiere que no persiguen cargos o negocios en la próxima legislatura.

Dentro de este último grupo se encuentra Ángel Corcóstegui, el que fuera vicepresidente primero y consejero delegado de Banco Santander, el ejecutivo que, 22 años después de su salida de la entidad financiera, tiene el récord de la mayor indemnización de la historia corporativa de España: 108 millones brutos. Un podium del que rehuye porque no le gusta hablar de dinero ni hacer exhibiciones públicas. Según han confirmado varias fuentes, el ejecutivo vasco, presidente de Magnum Capital Industrial Partners, la mayor firma de capital riesgo del país, organizó recientemente una cena con Núñez Feijóo en su mansión de El Viso, el barrio pudiente donde el líder del PP se ha alquilado una casa para hacer su hogar en Madrid.

Algunas fuentes aseguran que la invitación salió de Corcóstegui, quien tiempo atrás vivía en Somosaguas (Pozuelo de Alarcón). Otras apuntan que personas allegadas al banquero habían aconsejado a Feijóo que se sentara con él porque, a diferencia de otros que le han propuesto varias operaciones corporativas relacionadas con empresas del Ibex 35, el inversor no tiene aspiraciones relacionadas con el poder ni vanidad personal. Consejero de Cepsa y asesor de Macquarie Capital, el banquero de 72 años acaba de dejar sus funciones ejecutivas de Magnum para dedicarse a lo que más le entretiene, el rol didáctico como miembro del consejo internacional de la Wharton Business School, donde se doctoró, y de la Escuela de Ingeniería de Caminos. Ayuda a todo el que puede.

Según fuentes conocedoras de la cena en El Viso, donde Corcóstegui y Feijóo tienen como vecinos a Florentino Pérez, Borja Prado, Ana Botín, Rafael del Pino, Juan Abelló o Francisco González, el encuentro sirvió para que el banquero le hiciera un diagnóstico de la situación de la economía española. La conversación giró sobre lo que piensan los inversores internacionales del Gobierno actual, de lo que necesita un país todavía dependiente del ladrillo y del sol para modernizar una industria envejecida y de lo que habría que hacer para retener el talento que sale de las universidades y crear empleo cualificado.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juan Carlos Hidalgo) Opinión

Un planteamiento de presente y futuro que Corcóstegui ya había hecho tiempo atrás a Pablo Casado, del que fue uno de sus mentores en la sombra. El exdirigente del PP también compartió mesa y mantel con frecuencia con el banquero de Bilbao, que antes tuvo un papel relevante en la primera legislatura de José María Aznar. Cuando el político conservador llegó a la Moncloa en 1996, el financiero le presentó a los grandes inversores internacionales. Aznar, que tenía problemas con el inglés en aquel momento, se llevó a Corcóstegui en un avión destino Nueva York para que le hiciera de embajador ante los grandes fondos de Wall Street, a los que les explicó la España liberal y privatizada que tenía en la cabeza, una vez entrase en el euro.

Curiosamente, Corcóstegui, que había sacado de la quiebra técnica al Central Hispano, era considerado un hombre del PSOE, de lo que se denominó la nueva beautiful people, nacida al calor de la democracia. Carlos Solchaga, entonces ministro de Economía de Felipe González, le pidió ayuda para sanear y vender la cartera de empresas públicas heredadas de la dictadura, como Endesa, Telefónica, Repsol o Argentaria (hoy BBVA). Un trabajo que le permitió conocer a los jefes de los grandes bancos de negocios americanos, como Morgan Stanley o JPMorgan, a los que después vendió la nueva España de Aznar para atraer capitales al país.

El banquero bilbaíno es íntimo de Ana Botín y Galán, dos de los señalados del Ibex por Sánchez

Su cena con Feijóo en su casa de El Viso ha tenido el mismo fin. Corcóstegui, sin carné de ningún partido, ya no persigue cuota de poder ni dinero. Solo poner su experiencia al servicio de quien le pregunta. Ya no juega al ajedrez del Ibex, pese a su buena relación con Ana Botín e Ignacio Sánchez Galán, dos de los señalados por Pedro Sánchez.

La carrera de Corcóstegui ha sido bastante fructífera económicamente y no necesita más. Al dinero que hizo en el Santander, con aquella indemnización millonaria, inferior a la que había reclamado —"tuve que ceder", admitió con cierto sarcasmo a personas de su confianza ante la presión de Emilio Botín—, se añade su éxito en Magnun, donde ha gestionado cerca de 1.500 millones. En el verano de 2021, tras veinte años como inversor, vendió una empresa de call center (Unísono) con la que ganó casi 50 millones a título personal, con su amigo Baldomero Falcones, ex consejero delegado de FCC y excolega del Central Hispano. Tiene para varias generaciones porque, según sus allegados y familiares, gasta poco. Preserva los ahorros, que son muchos, por convicción.

La cola de abogados, asesores, banqueros y empresarios con presuntas buenas intenciones, pero también de oportunistas y arribistas, que tiene Alberto Núñez Feijóo en la puerta de la calle Génova se agiganta conforme la mayoría de las encuestas le dan como ganador de las próximas elecciones del 23 de julio. Dada la desconfianza natural del político gallego y su falta de estructura en Madrid, el candidato del Partido Popular ha ido descartando a los que, intuye, tienen intereses personales cortoplacistas y se ha centrado en los que su olfato le sugiere que no persiguen cargos o negocios en la próxima legislatura.

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