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La mora rompe su tendencia a la baja, y los bancos se ponen en guardia para el otoño
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REPUNTE EN LA TASA DE MOROSIDAD

La mora rompe su tendencia a la baja, y los bancos se ponen en guardia para el otoño

Señal de alerta en la morosidad con un incremento que consolida las perspectivas de que pueda aumentar la morosidad en los próximos meses

Foto: Foto: iStock.
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Una de las sorpresas positivas para la economía es la ausencia de morosidad en los últimos tres años. Y sigue siendo así, aunque ha llegado una señal de alarma, mientras que los bancos se preparan para un eventual repunte de los impagos tras el verano. Una ruptura de la tendencia a la baja del volumen de dudosos que obliga a los bancos a estar alerta.

Los últimos datos del Banco de España muestran una señal de alerta. El repunte es muy reducido en comparación con los balances de la banca española, casi insignificante, pero suficiente para romper la tendencia a la baja y poner en guardia a los cuarteles generales de las grandes entidades, que anticipan los primeros aumentos de la morosidad tras el verano, según fuentes financieras. "No sería sorprendente ver en algún momento un aumento de la morosidad, pero el contexto macro y la voluntad de los bancos lleva a pensar que será moderado", indican fuentes bancarias.

Foto: Varias personas en un mercado de Oviedo. (EFE/J.L Cereijido)

En abril, según las estadísticas del supervisor, el volumen de dudosos aumentó en 338,4 millones, hasta los 42.553 millones. La clave es la variación de la tendencia, ya que había bajado en los últimos 17 meses. Además, es el mayor aumento desde 2013, con la excepción de algunos meses de la primera mitad de 2020, cuando hubo varios momentos de incremento en la morosidad.

Precisamente, desde el covid ha habido malos augurios sobre la mora, y bancos, asesores financieros y despachos de abogados han reforzado sus equipos de reestructuración, pero las previsiones se han ido retrasando recurrentemente. Aunque ya hay más de tres decenas de reestructuraciones en marcha, en general, está habiendo menos actividad en este nicho de refinanciar y reestructurar deuda del que se esperaba, porque las empresas están aguantando gracias a las carencias y préstamos con aval del ICO, y el empleo está comportándose positivamente, con lo que apenas hay mora en hipotecas o en consumo.

Aun así, están llegando algunas señales de alerta. El mes anterior había sido el consumo, con el mayor repunte también en una década si se exceptúan algunos momentos de la pandemia. En abril, volvió a incrementarse la tasa de mora en los establecimientos financieros de crédito, que en dos meses ha pasado del 6,04% al 6,56%.

El volumen de dudosos en consumo es de 2.845 millones, mientras que la morosidad general está en 39.526 millones, con un 3,44%. Ha subido cuatro centésimas, con el primer repunte desde enero de 2022. Fuentes financieras coinciden en que es un dato puntual y reducido, y que habrá que ver si es tendencia. Pero también explican que hay cierta preparación en los bancos para una eventual subida de la mora en los próximos meses, tras el verano.

“No se está notando impacto en la morosidad, porque el nivel de actividad es bueno. En particulares, el crédito al consumo crece en torno al 10%, e hipotecas cae un 20%. En empresas, el circulante crece con fuerza, pero la inversión a medio y largo plazo es débil. La economía sigue fuerte, el mercado laboral resiliente, y no vemos signos de morosidad. Tenemos cautela y optimismo moderado”, resumió la semana pasada César González-Bueno, consejero delegado del Sabadell, en las jornadas financieras organizadas por APIE y la UIMP en Santander, con el patrocinio de BBVA.

Foto: La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández. (EFE)

De hecho, lo que ya está habiendo es menor apetito por el crédito. Todos los bancos constatan que las familias han reducido la demanda de hipotecas, segmento que se está moderando con una caída de las nuevas operaciones al tiempo que suben los tipos.

Por ahora, apenas hay familias que se hayan acogido al Código de Buenas Prácticas que consensuó la banca con el Gobierno, con un total de 12.000 solicitudes, frente a la estimación de un potencial impacto de 200.000, y lejos del millón de hogares que se calculó en su firma que podrían beneficiarse. “No está funcionando”, criticó la vicepresidenta y candidata por Sumar, Yolanda Díaz, la semana pasada en Santander. Díaz propuso un bono de 1.000 euros para las familias vulnerables que se vean afectadas por la subida del euríbor.

Los bancos descartaron esta idea. Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, rechazó entrar a valorar propuestas políticas concretas, pero sí argumentó que no es momento para realizar cambios. "Es muy pronto para valorar el funcionamiento del Código de Buenas Prácticas", apostilló. Alejandra Kindelán, presidenta de la patronal bancaria AEB, dijo que es una buena noticia que no se esté usando, y también que no es necesario cambiarlo: “Siempre defendimos que era preventivo ante posibles problemas futuros. Esos problemas no se han producido”.

Una de las sorpresas positivas para la economía es la ausencia de morosidad en los últimos tres años. Y sigue siendo así, aunque ha llegado una señal de alarma, mientras que los bancos se preparan para un eventual repunte de los impagos tras el verano. Una ruptura de la tendencia a la baja del volumen de dudosos que obliga a los bancos a estar alerta.

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