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"Sin noticias de Menéndez": la fusión Bankia-Liberbank que esquivó pese a Guindos
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"Sin noticias de Menéndez": la fusión Bankia-Liberbank que esquivó pese a Guindos

El banquero asturiano ignoró en septiembre de 2017 la indicación de Guindos de estudiar una fusión con Bankia a pesar de la mala situación de Liberbank

Foto: Manuel Menéndez, ex consejero delegado de Unicaja Banco. (EFE/Juan González)
Manuel Menéndez, ex consejero delegado de Unicaja Banco. (EFE/Juan González)
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Septiembre de 2017. Banco Popular había quebrado tres meses antes y los inversores pusieron el foco sobre Liberbank, el siguiente eslabón más débil. En ese mes llegó la prohibición de cortos sobre Liberbank que no disfrutó Popular, y también fue entonces cuando Luis de Guindos, entonces ministro de Economía, llamó a José Ignacio Goirigolzarri, entonces presidente de Bankia, entidad controlada por el Estado:

—José Ignacio, estad preparados, os va a llamar Manuel Menéndez [consejero delegado de Liberbank] para planificar una posible fusión. Tienen problemas porque se les ha acabado el EPA [esquema de protección de activos que tuvo por la compra de CCM] y hay que estar pendientes.

—Entendido ministro, haremos números por si tiene sentido y fuera necesario.

Foto: Manuel Menéndez, ex CEO de Unicaja Banco. (EFE/Javier Lizón)

Esta conversación tuvo lugar con palabras similares, según fuentes financieras consultadas por El Confidencial. Aunque lo más sorprendente es lo que ocurrió después. De Guindos volvió a llamar a Goirigolzarri pasados unos días para ver cómo avanzaban las negociaciones, pero este le informó de que los teléfonos de Bankia no habían sonado en ningún momento. No hubo noticias de Menéndez.

Esta anécdota hasta ahora desconocida retrata la figura del ex consejero delegado de Liberbank y Unicaja Banco, que esta semana cede su puesto de CEO tras una guerra de gobernanza de más de dos años. Su carrera ha estado marcada por guerras con supervisores, autoridades y competidores, con muchas batallas ganadas, algunas in extremis. Hasta ahora, cuando ha tenido que tirar la toalla ante sus homólogos andaluces.

Liberbank fue en la década pasada una de las entidades más débiles del sector. Fue una de las que recibieron ayudas públicas en el rescate financiero de 2012, aunque también fue una de las primeras que las devolvieron.

placeholder Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, en su etapa de ministro de Economía, y José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank, en su etapa en Bankia. (EFE/Chema Moya)
Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, en su etapa de ministro de Economía, y José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank, en su etapa en Bankia. (EFE/Chema Moya)

Menéndez mantuvo a la entidad asturiana a flote sin relativos problemas hasta que en junio de 2017 quebró Banco Popular, tras sufrir una crisis de liquidez derivada de las dudas de supervisores e inversores sobre la solidez de su balance. Tras la venta de este grupo a Santander por un euro, todos los ojos se posaron sobre Liberbank, que sufrió una crisis de confianza durante ese verano.

La solución que encontró Guindos fue integrar Liberbank dentro de Bankia. Lo que decidió Menéndez fue un plan de reestructuración que incluyó una ampliación de capital de 500 millones de euros, la venta de activos y filiales. A corto plazo, ganó el banquero asturiano. Aunque a largo, el tiempo volvió a dar la razón al ministro, ya que Liberbank se vio forzada a volver a buscar una fusión unos años después, con Unicaja Banco.

Menéndez (Ovanes, Asturias, 1959) se ha caracterizado durante toda su carrera por una capacidad sin precedentes de llevar negociaciones hasta el último extremo. La posible fusión con Bankia no fue ni la primera, ni la segunda, ni la última vez que dejó plantadas a las autoridades y competidores. Y siempre hubo una coincidencia en todas las negociaciones: ninguna llegó a buen puerto salvo que él fuera elegido primer ejecutivo del nuevo banco. Fuentes consultadas señalan que este banquero rechazó en su día una jugosa oferta de Juan Carlos Escotet (Abanca) para retirarse (ahora en Unicaja se ha ido con un millón) y cargos de presidente no ejecutivo tanto de Abanca como de Unicaja.

Su choque con el Banco de España

Quienes le conocen definen al asturiano como un ejecutivo austero, trabajador, calculador y poco empático, que transmite esos mismos valores hacia abajo en la organización que dirige. Liberbank fue siempre una entidad con pocos recursos, con recortes de gastos frecuentes y agresiva comercialmente. Lo que le llevó a cargar el balance con créditos poco rentables y arriesgados.

Ha habido tres grandes hitos estratégicos que han marcado la carrera de Menéndez. El primero fue la compra de CCM (Caja Castilla-La Mancha) en 2009. Tras negociaciones infructuosas con Unicaja, Cajastur (Liberbank) fue la ganadora de la subasta de la entidad manchega. Menéndez negoció un EPA que, aun siendo el doble de lo que requirió Unicaja al Banco de España, a la postre se quedó corto y generó muchos problemas con el supervisor y el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). El financiero siempre consideró que el supervisor colocó el grupo intervenido con condiciones injustas que no aplicó en futuras subastas.

El gran error de Menéndez fue no intentar ganarse la plaza malagueña

Unos años después, en 2011, llegó el segundo hito, cuando Menéndez estuvo negociando la posible compra de la alicantina CAM. Estuvo cerca de ello, pero una inspección oculta del Banco de España que no se valoró en el análisis de la operación le hizo abrir los ojos del agujero que arrastraba la caja alicantina. Por ello, dejó al Banco de España con las llaves en la mano de un día para otro, con razón. Finalmente, esta entidad se colocó en subasta a Banco Sabadell con un EPA casi ilimitado, que aumentó el enfado de Menéndez por las condiciones de CCM.

El tercer hito fue la fusión con Unicaja Banco. Tras un intento de integración fallido a finales de 2018, la operación llegó a buen puerto en diciembre de 2020. En esta ocasión, su pacto con Braulio Medel (entonces presidente del primer accionista del banco malagueño), aun al margen de la fundación, le valió para garantizarse la silla de mando y control del grupo resultante, para sorpresa de todo el sector, ya que Liberbank era sobre el papel el banco comprado.

placeholder Manuel Menéndez, CEO de Unicaja; Manuel Azuaga, presidente, y Vicente Orti, vicesecretario no consejero.
Manuel Menéndez, CEO de Unicaja; Manuel Azuaga, presidente, y Vicente Orti, vicesecretario no consejero.

Incluso se produjo una paradoja: con CAM, Menéndez pudo frenar la fusión gracias a considerar a tiempo el impacto de una inspección del Banco de España sobre la alicantina no informada previamente; sin embargo, con Liberbank, los directivos de Unicaja no pudieron hacerlo, ya que los asturianos omitieron una inspección durante las negociaciones, como adelantó este medio. Todo ello sin que los supervisores ni Medel decidieran poner el grito en el cielo por ello.

Gracias a ello, el asturiano se hizo con las llaves de Unicaja Banco en agosto de 2021. Y, para escándalo del sector y la plaza malagueña, Medel y él decidieron romper los pactos de fusión y quitar competencias al presidente del banco, Manuel Azuaga, en favor del CEO. Este hito revolucionó a la plantilla del banco y su entorno, suponiendo el principio del fin de Menéndez. En los meses siguientes, la mala gestión de Medel y sus escándalos del pasado forzaron su salida, poniendo la primera piedra para que el asturiano terminara saliendo del banco.

Foto: Braulio Medel, presidente de la Fundación Unicaja. (EFE/Raúl Caro)

A toro pasado, el gran error de Menéndez fue no saber ganarse al equipo de Unicaja Banco, a las instituciones andaluzas y a la sociedad malagueña. No era fácil, pero tuvo dos años para hacerlo, con un presupuesto generoso que le hubiera ayudado en ello. En su lugar, decidió no pisar la plaza malagueña y jugar sus cartas al apoyo que le brindaban Medel, el fondo oportunista Oceanwood y algunos consejeros independientes de su confianza.

En el sector, se daba por ganada la batalla para Menéndez. Pero finalmente se destapó que jugaba de farol, ya que la mayor parte de los accionistas querían a otros gestores en el banco malagueño, algo que logró ocultar solo unos meses gracias al apoyo de Medel. Menéndez ha sido en las últimas décadas un superviviente de las finanzas asturianas, un Don Pelayo, aunque incapaz de evitar la reconquista de Unicaja.

Septiembre de 2017. Banco Popular había quebrado tres meses antes y los inversores pusieron el foco sobre Liberbank, el siguiente eslabón más débil. En ese mes llegó la prohibición de cortos sobre Liberbank que no disfrutó Popular, y también fue entonces cuando Luis de Guindos, entonces ministro de Economía, llamó a José Ignacio Goirigolzarri, entonces presidente de Bankia, entidad controlada por el Estado:

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