De cazado a cazador: Nadie mejor que Torres (BBVA) sabe lo que es sufrir una opa hostil "con papelitos"

En el sector energético, algunos veteranos reparaban en los últimos días, ante el interés de BBVA por comprar Banco Sabadell, en cómo su principal impulsor, el presidente del banco vizcaíno, Carlos Torres, sufrió en sus propias carnes —hace ya casi dos décadas— algo similar a lo que hoy pueden estar pasando los dirigentes de la entidad sobre la que ha lanzado una opa hostil.

El salmantino, tras formarse en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y curtirse en McKinsey & Company, entró en Endesa en 2002. La empresa liderada entonces por Manuel Pizarro como presidente y Rafael Miranda en el cargo de consejero delegado, le nombraron director corporativo de estrategia y miembro del comité de dirección.

En esa posición, el ahora presidente de BBVA recibió la opa hostil que lanzó Gas Natural. Una oferta que fuentes que vivieron la situación señalan que era "impresentable", que consideraron a un precio muy bajo. Y con el agravante de que, en gran medida, buscaba pagar con acciones en lugar de metálico. "En papelitos", que decíamos entonces, añade esta fuente.

Por eso ahora, los que recuerdan aquella conflictiva opa ven a Torres como el cazador que en su día fue cazado, y reparan en el detalle de que, al igual que sucedió entonces, la oferta actual para comprar Sabadell se ha lanzado íntegramente en acciones. De nuevo en papelitos, algo que ya ha rechazado el consejo de administración de Sabadell. Oliú le ha dicho que no a Torres, al igual que en su día Pizarro, Miranda y Torres le dijeron no a Fainé y Brufau, el factótum de la Caixa y el mandatario de Repsol, que ostentaba el 30% de Gas Natural.

Rafael Miranda puso a Torres a trabajar en la estrategia para evitar por todos los medios la opa lanzada entonces por Gas Natural, señalan las fuentes consultadas. Mientras, el consejero delegado burgalés puso a José Bogas —el actual CEO— a dirigir la empresa, cuidar el negocio y evitar que la compañía se resintiera por la guerra accionarial. Un Torres de 39 años sentado a la derecha de Miranda, fue uno de los artífices de parar por todos los medios la oferta de la energética de origen catalán. "Hicieron una defensa numantina", añade otro alto directivo de los entonces opantes.

La cuestión supuso una amplia confrontación política. Mientras Gas Natural quería quedarse con Endesa a poco más de 20 euros por acción, Endesa se defendía. En esa defensa apareció la opa competidora de la alemana E.On. Una guerra de años que se saldó con Enel como dueña de la eléctrica. Eso sí, por más de 40 euros por acción, el doble de lo que en su día ofreció Gas Natural.

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En esa pelea estuvo directamente implicado Torres. Desde fuentes próximas a la Gas Natural de entonces señalan que fue el propio Torres quien elaboró incluso argumentarios internos que justificaban la oposición y desarrolló estrategias para que la opa no triunfara, justo al revés de lo que busca ahora. "Era realmente difícil, porque los administradores que entonces plantaron cara tienen el deber de pasividad, y había que medir cada paso", asegura uno de los implicados. Torres sabe, porque lo vivió, qué puede y qué no pueden hacer los dirigentes de Sabadell para frenar su oferta.

Cauto, conciliador y confianza en el mercado

De Torres se destacan varios aspectos de su gestión en la opa de hace 20 años, que pueden explicar algunos aspectos ahora. "Es muy poco agresivo. De hecho, en la opa [en referencia a Endesa] de siempre fue del bando más conciliador y menos agresivo" señalan fuentes del sector, que consideran que el punto central de su estrategia ahora puede estar marcada porque "siempre confiaba en el mercado como garante del interés de los accionistas. Creía entonces que al final triunfa lo que es mejor para los accionistas", algo que no todos veían así entonces. Otro punto que subrayan de su estilo es que "nunca se arriesgaba a ir por el borde de la raya legal. En eso es muy cauto", añaden.

Más allá de las consideraciones del mercado, entonces y ahora, la política fue un factor determinante. "Gas Natural cometió un error de lectura del escenario político", explica un implicado cercano a la energética de origen catalán. Poco tiempo antes se había firmado el pacto del Tinell, en el que el PSC se alió con ERC y ICV para tratar de alcanzar el Gobierno de Cataluña.

En este contexto, el Partido Popular hizo de la opa a Endesa un casus belli y se opuso a la operación, que entendió que contaba con el auspicio del PSC. Montilla, hoy consejero de Enagás, negó, como le acusaba el Partido Popular, que el apoyo a la operación de la Comisión Nacional de la Energía que presidía Maite Costa —hoy también en Enagás— tuviera que ver con que La Caixa, entidad financiera y principal accionista de Gas Natural, hubiera condonado seis millones al PSC. Otras fuentes reparan en el hecho de que Endesa tenía su sede en Madrid sin tener actividad en la capital, ya que sus activos estaban en Cataluña, Andalucía, Aragón y las islas.

Con el apoyo del PP al consejo liderado por Pizarro en Endesa, que posteriormente fue candidato a ministro de Economía con los populares, Miranda y Torres frenaron la operación. Hoy la respuesta política ha sido prácticamente unánime de rechazo a la compra que propone el presidente de BBVA, que circunscribe dicho rechazo al escenario electoral.

Sin embargo, de nuevo Torres está encontrando en el PP al partido menos beligerante. "El Partido Popular respeta los acuerdos a los que puedan llegar empresas privadas" traslada como principal mensaje el PP, aunque en este contexto de elecciones añade que "Lo importante es asegurar que el resultado de una operación comercial no perjudica los intereses generales de los puestos de trabajo, así como los derechos de los clientes y usuarios de las entidades".

Al igual que entonces hubo directivos que con la perspectiva creen que Gas Natural no supo leer el momento político y que eso truncó sus aspiraciones con Endesa, ahora ven un cierto paralelismo, porque consideran que el BBVA cometió una torpeza con reuniones a principios de abril con la cúpula del Sabadell. El propio Torres cree que Sabadell filtró la operación a los medios para que el poder político se posicione en su contra antes de las elecciones.

Sin embargo, añaden que nadie mejor que él puede saber qué pasos podrían dar los dirigentes de la compañía que pretenden opar para defenderse. Su experiencia en el caso Endesa, entienden, debería servirle para afrontar esta operación que se prevé se alargue, como ocurrió entonces. Una batalla que, sin embargo, afronta desde la posición del cazador, y no como entonces que fue el cazado, cuando logró parar a Gas Natural y vender a la italiana Enel manteniendo la estructura directiva de la firma y por el doble de precio.

Torres dejó Endesa en 2008 siendo director financiero. Varios de los que acompañaron a Rafael Miranda salieron de la compañía. Duró poco más de un año como presidente ejecutivo de Isofotón, donde dicen que salió corriendo cuando empezó a oler cosas raras. La empresa fue investigada en los tribunales. De ahí saltó a BBVA. Un excompañero de Torres en sus primeros años de carrera y buen conocedor del sector energético se deshace en elogios hacia el actual presidente del banco: "es la persona más inteligente que he conocido y de una calidad humana infinita con su familia y amigos". "Se equivocan todos si le convierten en el malo de esta película" asegura. Una película que solo acaba de empezar.