Es noticia
La última gran batalla de Josep Oliu
  1. Empresas
PARA QUE SABADELL SIGA EN SOLITARIO

La última gran batalla de Josep Oliu

El presidente de Banco Sabadell comanda la resistencia de la entidad para seguir en solitario. Se enfrenta a su jubilación forzosa, con 75 años, del sector financiero

Foto: Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell. (EFE/Morell)
Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell. (EFE/Morell)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Josep Oliu Creus (Sabadell, 25 de abril de 1949), que suele ganar a la gente en distancias cortas, ahora deberá hacerlo en marchas más largas. Tanto en distancia como en visión de futuro. El presidente Banco Sabadell, que acaba de cumplir 75 años, quiere que la entidad siga en solitario, y para ello necesita ganar la guerra recién iniciada con BBVA.

Los dos bancos han bajado al barro como era difícil de prever entre entidades españolas, más proclives a mostrar una visión común contra el impuesto a la banca, en favor de la mejora de la reputación, o en defensa de una regulación menos agresiva. En este fango tendrá que dar su última batalla Oliu.

BBVA ofreció inicialmente un proyecto de fusión con una prima del 30% de canje, pero solo tres puestos como consejeros no ejecutivos al Sabadell, uno de ellos vicepresidente. Pero los estatutos de BBVA impiden que Oliu entre en el consejo de la entidad por edad.

Hasta ahora, Oliu siempre ha rechazado hablar de sucesión. “Estoy bien y con ganas, podéis estar tranquilos”, suele responder, con broma de por medio, cuando se le pregunta en público. El ejecutivo heredó la presidencia de un banco casi familiar, que ahora es la cuarta entidad del país y vale más de 10.000 millones.

Pero pasó tres años malos, en los que la compra de TSB y el incremento de la morosidad pudieron llevarse por delante el banco en caso de que el timing hubiera coincidido con un shock de mercado. Afortunadamente para los accionistas, empleados y ejecutivos del Sabadell, el covid llegó cuando ya se había saneado el balance.

Foto: Carlos Torres, presidente de BBVA. (Europa Press)

Tras el confinamiento, Sabadell negoció con BBVA una fusión que no llegó a buen puerto. Desde entonces, Sabadell mejoró su perfil de riesgo y su eficiencia, y aprovechó el ciclo de subidas de tipos para remontar en bolsa. Los accionistas más antiguos no han recuperado lo perdido, pero el banco ya cotiza a 0,7 veces el valor en libros. Aún destruye valor, pero llegó a estar por debajo de 0,2 veces hace cuatro años, incluso con una valoración inferior a la de Popular el día de su resolución.

Pero ahora, Sabadell está en momento de crecer. Oliu consiguió un consenso amplio en el que rechazó la propuesta de BBVA y, después, Sabadell hizo pública la carta de Carlos Torres en la que señaló que no tienen margen de mejora en la oferta. BBVA transformó la oferta en opa hostil, y se ha iniciado una guerra que durará meses.

Oliu está ante su última gran batalla. Se enfrenta a jubilarse por la puerta de atrás, con una opa hostil que le fuerce a ello, o conseguir que Sabadell siga en solitario y pelee por ganar cuota de mercado, y con capacidad de acometer operaciones de menor tamaño como comprador a medio plazo, como ya hizo en el pasado con Guipuzcoano, Gallego o CAM.

El presidente es una persona acostumbrada a arremangarse y tratar con clientes o encabezar reuniones con consultores y financieros. Fuentes empresariales señalan que tiene una capacidad de ganarse a la gente en el trato cercano, con un léxico variado y brillante, y capacidad analítica y estratégica, aunque después mantiene las distancias.

Se trata de uno de los primeros minesotos de la élite empresarial o financiera de Cataluña. Es decir, estuvo entre el grupo de estudiantes catalanes que accedió a una beca para estudiar en la Universidad de Minnesota en la etapa final del franquismo. Allí estudió, por ejemplo, con su amigo Andreu Mas-Colell, economista y ex conseller de la Generalitat.

Foto: Josep Oliu, presidente del Sabadell. (Efe / Morell)

Oliu volvió a España doctorado en 1978, y obtuvo la cátedra de Teoría Económica en la Universidad de Oviedo. Fue profesor y director de Estudios y Estrategia del Instituto Nacional de Industria, hasta entrar a trabajar en Banco Sabadell en 1986. En 1999 sucedió a su padre como presidente.

El presidente ha encabezado la transformación de Banco Sabadell. Lo ha hecho a base de compras, aunque estuvo a punto de salirse del camino en 2010, cuando según fuentes del mercado, negoció una fusión con Isidro Fainé, una fusión con La Caixa, con esta como dominante. Era la época de la crisis financiera y la reestructuración del sector.

Oliu llegó a darle el sí a Fainé, y finalmente se echó para atrás. Fainé le tiene cruzado desde entonces, según fuentes financieras. Es una característica del presidente del Sabadell, que suele mostrar claridad en sus ideas, pero que en ocasiones ha cambiado drásticamente de opinión. A menor escala, por ejemplo, así ocurrió en 2019 con la venta de la gestora a Amundi para obtener capital, operación que descartó y reactivó en unos meses.

De hecho, algunos se preguntan en el mercado si ahora ha ocurrido lo mismo. Si Torres pudo haberle mostrado su interés y Oliu lo alentó, a mediados de abril, cuando BBVA insiste en que avisó entonces de sus intenciones. Desde Sabadell niegan que hubiera negociaciones y recuerdan que la oferta llegó el 29 de abril a las 13:43 horas, cuatro minutos antes del hecho relevante publicado en la CNMV por parte de BBVA.

Para empresarios y banqueros que han tratado con él, Oliu tiene las características de un genio por su capacidad analítica y estratégica, con errores en cuestiones simples de gestión. Algunas evidencias las ha dejado en ruedas de prensa con polémicas generadas al pedir en su momento un Podemos de derechas o decir que Ada Colau era un personaje folklórico justo después de ganar las elecciones para la alcaldía de Barcelona.

Foto: El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo. (EFE/Ballesteros)
TE PUEDE INTERESAR
Economía puede vetar la fusión BBVA-Sabadell, pero no frenar la opa
Álvaro Zarzalejos Óscar Giménez

Es otro síntoma que, en realidad, Oliu comparte con mucha parte de la vieja élite financiera y empresarial, y es estar alejado del pensamiento de la clase media, aunque gran parte la conformen clientes del banco. Oliu es más cercano al establishment catalán, donde se deja ver como catalanista moderado, imagen que modifica en Madrid.

Precisamente, Oliu dio el paso de mover la sede social de Barcelona a Alicante durante el procés, en 2017, adelantándose a CaixaBank. Sabadell estaba esperando este movimiento para no ser el primero, pero decidió atajar el riesgo de fuga de depósitos que empezaba a sufrir. El propio Oliu se mudó a Madrid, aunque la gran sede operativa del Sabadell, que BBVA se compromete a mantener, sigue en Sant Cugat. El actual consejero delegado, César González-Bueno, vive de hecho en Barcelona.

Oliu también tiene esa capacidad de cambiar según las circunstancias, acostumbrado a liderar reuniones y convencer a clientes. También ha sabido adaptarse a su nuevo rol de presidente no ejecutivo, con una buena relación con su CEO, aunque al principio fue difícil al seguir tratando con clientes y directivos como si aún fuera ejecutivo.

El presidente es melómano, amante de la música clásica. De hecho, su primera esposa era música. Es habitual del Liceo y del Palau de la Música. Aborrece el fútbol, y montaba habitualmente a caballo. Aún tiene caballos, aunque ya no monta.

También dicen de Oliu que es una persona familiar, aunque aceptara que Sabadell ya no es un banco para heredar. Jaume Oliu, hijo del presidente, entró en el banco en 2014, y tuvo un puesto importante como responsable de gestionar los activos problemáticos, pero en 2021 salió de la entidad para montar un fondo inmobiliario. Oliu había aceptado que Banco Sabadell ya no es una entidad familiar.

Josep Oliu Creus (Sabadell, 25 de abril de 1949), que suele ganar a la gente en distancias cortas, ahora deberá hacerlo en marchas más largas. Tanto en distancia como en visión de futuro. El presidente Banco Sabadell, que acaba de cumplir 75 años, quiere que la entidad siga en solitario, y para ello necesita ganar la guerra recién iniciada con BBVA.

Josep Oliu Noticias Banco Sabadell
El redactor recomienda