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Celsa encarga a Houlihan Lokey la búsqueda de un inversor español validado por Moncloa
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TENDRÁN MÁS TIEMPO DEL PACTADO

Celsa encarga a Houlihan Lokey la búsqueda de un inversor español validado por Moncloa

Rafael Villaseca, el nuevo presidente del grupo siderúrgico, ha logrado el visto bueno de Manuel de la Rocha para disponer de más tiempo para encontrar el socio industrial

Foto: Logo de Celsa Group. (Celsa Group)
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Los nuevos dueños de Celsa están dando los primeros pasos para cumplir con lo acordado el pasado año con el Gobierno de Pedro Sánchez cuando se quedaron con la propiedad de la compañía fundada por la familia Rubiralta. Los fondos liderados por Deutsche Bank han encargado al banco de inversión Houlihan Lokey la búsqueda de un inversor español que se quede con el 25% del capital de la empresa siderúrgica catalana, condición impuesta por Moncloa cuando estos 'hedge funds' tomaron su control por el impago de deuda por más de 3.000 millones de euros.

Houlihan Lokey fue el asesor de los fondos oportunistas y bonistas que encabezaban el listado de acreedores de Celsa. Según aseguran fuentes próximas a la operación, esta firma será la de encontrar el socio industrial que Manuel de la Rocha, el responsable de presidencia del Gobierno en materia económica, exigió cuando el Consejo de Ministros autorizó que se quedaron con el 100% de las acciones de la multinacional catalana. Una reestructuración de capital considerada histórica. Fue la primera gran aplicación de la nueva normativa concursal que, además, supuso la salida del accionariado de la familia fundadora y, en su lugar, situó a los acreedores.

Por tanto, en Celsa se considera que Houlihan Lokey es el banco que mejor conoce a la compañía y el sector siderúrgico, además de haber recibido ya varios acercamientos de potenciales candidatos. Entre ellos, Sidenor, CL Grupo Industrial y Megasa, las cuales consideran que podrían tener sinergias con las distintas plantas que Celsa tiene repartidas por Cataluña, País Vasco y Galicia.

A la par, Rafael Villaseca, el presidente de Celsa elegido por los fondos para sustituir a Francesc Rubiralta, ha conseguido el plácet de Moncloa para disponer de más tiempo en la búsqueda del citado inversor. Aunque en el pacto acordado con De la Rocha, los nuevos dueños se comprometieron a iniciar el proceso a los seis meses de tomar el control, Villaseca ha explicado al Gobierno que para optimizar la venta es prioritario cerrar la desinversión de las filiales en el extranjero y tener encima el plan estratégico encargado a Bain Capital.

En Celsa se considera que Houlihan Lokey es el banco que mejor conoce a la compañía y el sector

Otras fuentes señalan que la consultora ya ha enviado al consejo de administración de Celsa la hoja de ruta para maximizar el valor de la compañía, cuya valoración fue un tema crucial en el juicio que enfrentó a la familia fundadora con los 'hedge funds'. Mientras los Rubiralta, asesorados por Lazard, AZ Capital PWC y BDO aseguraban que el grupo podía alcanzar una tasación de 6.700 millones, los expertos independientes contratados por el juzgado –Lexaudit y Grant Thornton-- aseveraron que oscilaba entre los 2.400 y los 2.800 millones.

4.000 millones, valor de referencia

La venta de las filiales en el exterior, operación liderada por Citi, podría culminar este verano y generar unos ingresos de unos 500 millones. Con esta transacción cerrada y el plan estratégico en marcha, los fondos, entre los que también se encuentran Attestor, Sculptor, SPV, Cross Ocean, Golden Tree y Capital Group, consideran que Celsa puede alcanzar una valoración real de unos 4.000 millones de euros. Una capitalización que, no obstante, depende mucho de los precios de las materias primas en los mercados internacionales, habitualmente muy cíclicos en función de la demanda global.

Con ese valor de referencia, el socio español que quiera comprar el 25% de Celsa tendrá que desembolar unos 1.000 millones de euros, por lo que se trata de una adquisición que requerirá un grupo con músculo financiero.

Celsa cerró el ejercicio de 2023 con un resultado anual consolidado después de impuestos de 459 millones de euros, que hubiera sido de 918 millones de euros de pérdidas sin el proceso de reestructuración. Según un proceso de auditoría encargado para tal efecto, si la reestructuración no se hubiera desarrollado, la compañía hubiera registrado el pasado año unos fondos propios negativos de 1.187 millones, debido a las salvedades contables detectadas en auditorías anteriores. Pero finalmente acabó con unos fondos propios consolidados de 326 millones.

Los nuevos dueños de Celsa están dando los primeros pasos para cumplir con lo acordado el pasado año con el Gobierno de Pedro Sánchez cuando se quedaron con la propiedad de la compañía fundada por la familia Rubiralta. Los fondos liderados por Deutsche Bank han encargado al banco de inversión Houlihan Lokey la búsqueda de un inversor español que se quede con el 25% del capital de la empresa siderúrgica catalana, condición impuesta por Moncloa cuando estos 'hedge funds' tomaron su control por el impago de deuda por más de 3.000 millones de euros.

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