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El Gobierno sondea a Escribano para lanzar una contraopa sobre Talgo
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Se agotan las opciones para Moncloa

El Gobierno sondea a Escribano para lanzar una contraopa sobre Talgo

Diversos departamentos del Ejecutivo han mantenido reuniones con la compañía para ofrecerle la posibilidad de ser socio industrial en una hipotética oferta sobre el fabricante de trenes que pretende Magyar Vagon

Foto: Imagen de un Talgo. (iStock)
Imagen de un Talgo. (iStock)
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El Gobierno está intentando encontrar un inversor alternativo al consorcio inversor húngaro que ha lanzado una opa sobre Talgo. Según señalan fuentes al tanto de la situación, diversos departamentos del Ejecutivo han mantenido recientemente reuniones con la compañía Escribano para sondear su interés en participar como socio industrial en una hipotética contraoferta que neutralizara la actual propuesta de Ganz-Mavag Europe, que valora la firma en 619 millones de euros. Fuentes de Escribano y de Moncloa han declinado hacer comentarios.

A mediados de abril, el ministro de Transportes, Óscar Puente, alentó una contraopa española. "Observamos la operación con el máximo cuidado [por la opa de Ganz Mavag] y estamos a la espera de otros actores, inversores y fabricantes, que puedan entrar en juego". "Si hubiera que auspiciarla [por la opa competidora], lo haríamos", dijo entonces el ministro del PSOE.

Las fuentes consultadas señalan que han sido varios los departamentos implicados directamente en la operación de adquisición de Talgo los que habrían participado en reuniones con Escribano, a su vez segundo máximo accionista de Indra. En este proceso, hay varios actores competentes. En primer lugar, Moncloa, pero también el Ministerio de Transportes, Industria o Economía, además de Renfe, principal cliente de la empresa.

Hasta ahora, había trascendido el interés del Gobierno por que Criteria Caixa pudiera participar en una contraopa española para quedarse con el fabricante de trenes. Sin embargo, la propuesta está, por ahora, lejos de que se pueda materializar. El holding de inversión de origen catalán no ha mostrado por ahora interés en este proyecto. La firma liderada por Isidro Fainé se está centrando en grandes empresas españolas que le aporten dividendo, por lo que en el mercado hay muchas dudas de que pueda querer adquirir una empresa que debe reestructurarse.

placeholder Suelo de un tren Talgo. (EFE/Clemens Bilan)
Suelo de un tren Talgo. (EFE/Clemens Bilan)

Además, hay más hándicaps para el holding accionista de Telefónica, Caixabank, Naturgy, Colonial, ACS, Puig o Cellnex. La compra de Talgo supone presentar unos avales por 650 millones de euros y asumir más de 2.000 millones de deuda que tiene la compañía, lo que obligaría al dueño de Caixabank a negociar con sus principales competidores, que ante un cambio de control pueden optar por pedir que se liquide su posición deudora.

Esta no sería la primera aventura empresarial en la que existe contacto entre el Gobierno y Escribano. La firma es actualmente el segundo máximo accionista de Indra, donde tiene un 8%, frente a la SEPI que cuenta con el 28% de Indra. La compañía comunicó a la SEPI la semana pasada su entrada en el consejo de administración tras un año en el capital de la firma tecnológica.

El Ejecutivo se ha metido en un callejón de difícil salida. Tiene pocas semanas para tomar una decisión definitiva sobre la propuesta del consorcio húngaro y por ahora no ha sido capaz de armar una propuesta alternativa. Lo único que había trascendido han sido los contactos del grupo checo Skoda, según desveló El Economista. El Gobierno está a falta de pocas semanas para tomar una decisión definitiva sobre la propuesta húngara para Talgo. El paso clave será el informe que emita el Ministerio de Economía, competente en inversiones extranjeras. A partir de ahí será el Consejo de Ministros quien tenga que autorizar la operación que permitiría desatascar la cuestión ante la CNMV.

Foto: Logo de Talgo en un tren en Alemania. (EFE/Clemens Bilan)

Pese a los recelos mostrados por el Ejecutivo de Pedro Sánchez sobre la opa de Magyar Vagon, por ahora no ha trascendido que exista ninguna cuestión de corte legal que impida aprobar dicha compra. En el mercado apuntan a las relaciones de los implicados en la operación con el Gobierno de Viktor Orbán y sus vínculos con el presidente de Rusia, Vladímir Putin.

En ese contexto es en el que está mostrando reticencias el Gobierno, que, sin embargo, tiene complicado aterrizar cualquier prohibición. El consorcio ya se ha mostrado dispuesto a cumplir con las exigencias que podría imponer el Consejo de Ministros respecto de la actividad industrial, la ubicación de la sede en España y el mantenimiento de los puestos de trabajo en las fábricas españolas. De hecho, el propio consejo de Talgo y sus principales accionistas se han mostrado favorable a la venta.

Mientras se dirime la potencial guerra de opas, la compañía agoniza y requiere de una solución rápida. La falta de inversión está suponiendo un cuello de botella, ya que la empresa no está siendo capaz de dar salida a la cartera de pedidos que tiene actualmente y estos se están materializando con fuertes retrasos, lo que a la postre implica multas por parte de los proveedores. Actualmente, la firma está pagando una multa diaria de 80.000 euros por el retraso en los trenes Avril puestos en funcionamiento en los últimos días.

El Gobierno está intentando encontrar un inversor alternativo al consorcio inversor húngaro que ha lanzado una opa sobre Talgo. Según señalan fuentes al tanto de la situación, diversos departamentos del Ejecutivo han mantenido recientemente reuniones con la compañía Escribano para sondear su interés en participar como socio industrial en una hipotética contraoferta que neutralizara la actual propuesta de Ganz-Mavag Europe, que valora la firma en 619 millones de euros. Fuentes de Escribano y de Moncloa han declinado hacer comentarios.

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