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La herencia de los Rubiralta deja un frente legal en Noruega a los nuevos dueños de Celsa
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Golpe de entre 35 y 80 millones de euros

La herencia de los Rubiralta deja un frente legal en Noruega a los nuevos dueños de Celsa

La compañía afronta diversos litigios en el país nórdico que podrían complicar la potencial venta de sus activos allí a corto plazo. Celsa aspira a desinvertir en Noruega como parte inicial del plan de saneamiento

Foto: Fábrica del Grupo Celsa en Santander. (Alamy/Tony ALS)
Fábrica del Grupo Celsa en Santander. (Alamy/Tony ALS)
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Los nuevos propietarios de Celsa aún tendrán que enfrentar dificultades heredadas de la última etapa de gestión de la familia Rubiralta en el proceso de saneamiento de la compañía acerera.

La firma está actualmente inmersa en al menos cinco litigios en Noruega, donde cuenta con fábrica productiva. La cuestión no es menor, dado que el potencial coste para Celsa podría elevarse hasta casi 80 millones de euros, según relatan diversos medios de comunicación en Noruega. Por el contrario, los nuevos gestores de la empresa con sede en Barcelona restan peso a esta cuestión y creen que la cuestión se limita a un arbitraje cuyo potencial coste no supera los 35 millones de euros, aseguran fuentes oficiales de la compañía. Otras fuentes próximas a la empresa creen que en noviembre ganarán este arbitraje y quedará solucionada esta cuestión.

Tras una quiebra casi total y un plan de reestructuración aprobado por los tribunales, la empresa siderúrgica española está ahora controlada por varios fondos de inversión internacionales, que están estudiando la venta de sus acerías en Noruega, Polonia y Reino Unido.

Las operaciones de Celsa en Noruega, Celsa Armeringsstål AS (Celsa Norway), se considera en el mercado como el activo con más probabilidades de ser vendido en primer lugar como parte principal de Celsa Nordic. Sin embargo, Celsa Norway está involucrada en los citados conflictos legales con múltiples casos judiciales en curso en Noruega. La prensa local considera que estos conflictos se pueden prolongar hasta 2025, lo que podría dificultar una rápida desinversión de Celsa Nordic.

Guerra entre accionistas en Noruega

El principal conflicto viene de un acuerdo de accionistas en el parque industrial noruego donde se encuentra la fábrica de Celsa. Celsa Norway, con su acería situada en el Parque Industrial de Mo (MIP) en Mo i Rana, en el norte de Noruega, está implicada en cinco complicados y costosos conflictos legales en curso, detallan los medios locales. En ellos se enfrenta directamente con el mayor propietario de MIP, con MIP y con la autoridad gubernamental noruega de redes eléctricas (NVE), e indirectamente con el municipio local de Rana.

Hay tres accionistas en MIP: Helgeland Industriutvikling AS (HU) posee el 49,28 %, Celsa Norway, el mayor usuario del parque, posee el 30,28 % y el contratista local Stein Rune Oijord posee el 20,43 % a través de su empresa Oijord&Aanes AS (O&A), el mayor contratista de Celsa. Celsa y O&;A tienen el control de la mayoría simple de MIP y se han aliado contra HU.

Foto:  Logo de Gómez-Acebo & Pombo. (Ana Beltrán)

En el núcleo del conflicto están las diferentes opiniones de los tres propietarios sobre el interés de la empresa en MIP. Según la administración y el consejo de administración anteriores de MIP y HU, el mayor propietario, el interés de la empresa en MIP es desarrollar el parque industrial, invirtiendo en infraestructura y crecimiento para nuevos y existentes clientes.

Esto se detalló en el acuerdo original de accionistas de 1988, junto con una composición del consejo cuidadosamente especificada según la propiedad, para garantizar que el parque industrial nunca fuera víctima de conflictos de intereses entre los intereses de propiedad y las preferencias de los usuarios en MIP. Celsa Norway y O&A, por otro lado, que son ambos usuarios del parque, creen que el parque industrial debería estar controlado por los mayores usuarios del parque y no están interesados en gastar el capital necesario para mantener y expandir para nuevos clientes, tal y como detalla el medio noruego Ranablad.

Foto: El juez Álvaro Lobato durante la entrevista con El Confidencial. (Sergo Beleña)

El principal accionista cree que Celsa y su socio, en la etapa de los Rubiralta, dieron un golpe en el consejo y les dejaron en fuera de juego, cuestión clave en el litigio actual. Reclaman la propiedad completa argumentando que tienen un derecho de tanteo. Un derecho de tanteo que su oponente niega que tenga validez.

Además del litigio principal por el control del consorcio, Celsa también podría tener que hacer frente a los compromisos de inversión que no fueron atendidos a ojos de varias administraciones. Cabe destacar que Celsa ha vivido durante años una situación límite. Pese a la actividad de la compañía, la deuda ahogaba su viabilidad hasta la reestructuración definitiva y salida de la familia fundadora y gestora hasta ese momento. De ahí que, probablemente, se desatendiera por parte del anterior equipo gestor diversos compromisos de inversión en Noruega.

Los accionistas noruegos, dispuestos a negociar

Preguntado por este conflicto, el adversario de Celsa en los tribunales muestra una actitud de diálogo en declaraciones a El Confidencial. "Para nosotros, parece que los considerables problemas financieros del Grupo Celsa en los últimos años pueden haber sido la razón por la que Celsa Norway ha bloqueado consistentemente nuestras propuestas de inversión adicional en el Parque Industrial de Mo. Esperamos que los nuevos propietarios de Celsa trabajen con nosotros para resolver este problema fuera de los tribunales", asegura a este periódico William Wittusen, presidente de la Junta en Helgeland Industriutvikling (HU), el mayor inversor en MIP.

También se ha pronunciado por esta cuestión la expresidenta de la junta del Parque Industrial de Mo, Lisbeth Flaageng, quien fue destituida después de que Celsa y su socio expulsaran a HU del consorcio. "El conflicto de propiedad en los últimos tres años ha sido alimentado por Celsa queriendo proteger sus propios intereses operativos en el parque industrial, a expensas del desarrollo del parque y de la comunidad de Rana". "Considerando que Celsa es un productor de acero y que el Parque Industrial de Mo no es parte de su negocio principal, ha sido sorprendente ver con cuánta fuerza han luchado contra la inyección de capital del mayor inversor industrial en la compañía, y el riesgo financiero y político que Celsa está dispuesto a asumir aquí", añade la ejecutiva nórdica.

Foto: El juez Álvaro Lobato durante la entrevista con El Confidencial. (Sergo Beleña)

"La cantidad de apoyo local que hemos recibido después de ser destituidos de la junta, sugiere que Celsa está poniendo en juego su reputación y buena voluntad política para obtener el control del parque industrial", concluye Flaageng.

Pese a todo lo anterior, Celsa limita esta cuestión al arbitraje que prevé resolver en noviembre con victoria, aseguran fuentes al tanto de la situación de los nuevos propietarios. En este sentido, las fuentes consultadas señalan que hasta que no se resuelva ese frente judicial no se sentarán a negociar, dado que creen en sus opciones de victoria y tras el arbitraje podrían encontrarse en una situación más ventajosa.

Los nuevos propietarios de Celsa aún tendrán que enfrentar dificultades heredadas de la última etapa de gestión de la familia Rubiralta en el proceso de saneamiento de la compañía acerera.

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