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La ruptura de negociaciones con Abu Dabi pone en jaque la tregua accionarial en Naturgy
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Desplome bursátil de casi el 15%

La ruptura de negociaciones con Abu Dabi pone en jaque la tregua accionarial en Naturgy

El fracaso del plan para dar salida de los fondos accionistas CVC y GIP deja en el aire la gobernabilidad de la empresa después de tratar de arrinconar a IFM

Foto: El presidente de Naturgy, Francisco Reynés (c), durante la junta de accionistas. (EFE/Sergio Pérez)
El presidente de Naturgy, Francisco Reynés (c), durante la junta de accionistas. (EFE/Sergio Pérez)
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La ruptura de las negociaciones entre CriteriaCaixa y la empresa de Abu Dabi TAQA para lanzar una opa conjunta sobre Naturgy añade incertidumbre a la gobernabilidad de la compañía y asesta un duro golpe a su cotización bursátil, que se ha desplomado casi un 15% este martes. La tregua que se vivía hasta ahora entre los accionistas de referencia a la espera de una solución —y después de que también fallara el conocido como proyecto Géminis— podría saltar por los aires a la vista de que la opción árabe también ha descarrilado.

La propia Taqa ha confirmado así que ha dado por finalizadas las negociaciones que mantenía con CriteriaCaixa para un posible acuerdo de cooperación en Naturgy y con los fondos CVC y GIP para la adquisición de sus acciones en la energética y ha cerrado la puerta a cualquier posibilidad de retomar la operación. En un comunicado a la Bolsa de Valores de Abu Dhabi, la energética señaló que estas conversaciones a dos bandas con el vehículo inversor de La Caixa y los dos fondos accionistas de Naturgy han concluido y que "no se llevará a cabo una transacción".

Buena parte de la justificación de esta operación respondía al deseo de CVC y GIP, que suman el 41,4% del capital, de vender tras más de cinco años en la compañía. De hecho, tanto CriteriaCaixa como el Gobierno argumentaban que la potencial opa tenía como objetivo estabilizar el capital de una compañía considerada como estratégica para los intereses nacionales.

Fue la propia CriteriaCaixa quien buscó un inversor para que negociara la compra de las participaciones de estos dos fondos, que hasta entonces habían mostrado indirectamente su malestar por no resolverse su situación. Un problema que, según fuentes conocedoras de la compañía, mantiene a la misma en una guerra interna entre las partes que no le permite avanzar. Un problema para una empresa cuya inversión en descarbonización y transformación es clave.

Ahora, los fondos, que llegaron como consecuencia de las ventas de Caixa y Repsol, vuelven al punto de partida y su malestar podría ir in crescendo, a la vista de que mantienen una participación considerada una jaula de oro en el mercado: da muchos dividendos, pero tiene muy difícil venta, objetivo último de los gestores de estos paquetes accionariales.

Por el camino, se queda sin negocio —por ahora— buena parte de la industria financiera de Madrid (bancos y despachos de abogados internacionales), que ya estaban trabajando en la operación.

Al potencial malestar de CVC y GIP se podría sumar ahora el de IFM, el otro accionista de referencia que se ha sentido arrinconado en esta opa y que ya tuvo un enfrentamiento con Caixa tras su entrada en 2022. Entre los tres fondos (CVC+GIP+IFM) suman más del 50% del capital. CriteriaCaixa se queda en su 26,7%, una situación que no gusta a Caixa, que advierte a sus inversores en los prospectos de deuda que su estrategia inversora pasa por grandes paquetes que le permitan controlar las firmas donde participa.

"CriteriaCaixa continuará explorando alternativas que permitan asegurar el proyecto industrial de Naturgy y acelerar su crecimiento"

Ante esta situación, CriteriaCaixa reaccionó en la tarde de este lunes. “CriteriaCaixa continuará explorando alternativas que permitan asegurar el proyecto industrial de Naturgy y acelerar su crecimiento, mediante opciones que den estabilidad al accionariado de la compañía, y que permitan a CriteriaCaixa mantener su posición como socio español de referencia en la compañía”.

El mensaje del holding inversor liderado por Isidro Fainé supone una declaración de intenciones ante lo que se enfrenta a partir de ahora en cada consejo de administración. Esta es la segunda vez que falla una operación para dar salida a los fondos. Antes de explorar la venta a TAQA, Naturgy ya intentó partir la compañía en dos a través de lo que denominó el proyecto Géminis, algo que tampoco logró sacar adelante por el rechazo que generaba esto en el Gobierno.

Foto: Logo de Naturgy en su sede de Madrid. (Reuters/ Susana Vera)

Tras no salir este proceso adelante fue cuando se especuló con la llegada de un consejero delegado a la compañía. La cuestión la frenó la Caixa y Naturgy por su parte aprobó un aumento del dividendo en el verano de 2023. Más tarde, en la junta de accionistas de este 2024, CriteriaCaixa cambió su voto respecto de la remuneración del consejo para evitar que los apoyos cayeran del 50%, lo que hubiera supuesto un duro golpe de imagen al equipo liderado por el presidente ejecutivo, Francisco Reynés.

Pese a todo, la compañía sigue avanzando a nivel de negocio. En las últimas semanas, ha presentado su mayor parque fotovoltaico en España de más de 300 MW en Extremadura, el plan de inversión en redes o cuestiones relacionadas con el biometano, pero las cuestiones más estratégicas se mantendrán en situación de inestabilidad, señalan fuentes conocedoras de la empresa. Está por ver si la situación de la cúpula no acaba afectando al negocio.

Ahora está por ver qué plan B maneja CriteriaCaixa para estabilizar definitivamente el accionariado de la compañía, que a todas luces será convulso. También falta por ver la reacción del mercado y de los analistas de la empresa, que probablemente pedirán respuestas de hacia dónde se dirige la compañía. Y sobre todo, falta por saber cuál será la reacción a partir de ahora de los fondos, que quieren vender y no pueden, y de IFM.

Otro de los actores concernidos en esta operación es el Gobierno, que ve cómo se marcha un potencial inversor que iba a lanzar una opa que podría alcanzar los 25.000 millones de euros. Entre los problemas que han surgido han estado las desavenencias entre CriteriaCaixa y Abu Dabi sobre el papel de control que podría tener este segundo en una opa conjunta. Para el Gobierno, que ha visto cómo la noticia se hacía pública al día siguiente de las elecciones europeas, supone en parte una liberación de sus responsabilidades, ya que había cuestiones de competencia y geopolíticas, como el malestar de Argelia, que le ponían en una complicada tesitura.

La ruptura de las negociaciones entre CriteriaCaixa y la empresa de Abu Dabi TAQA para lanzar una opa conjunta sobre Naturgy añade incertidumbre a la gobernabilidad de la compañía y asesta un duro golpe a su cotización bursátil, que se ha desplomado casi un 15% este martes. La tregua que se vivía hasta ahora entre los accionistas de referencia a la espera de una solución —y después de que también fallara el conocido como proyecto Géminis— podría saltar por los aires a la vista de que la opción árabe también ha descarrilado.

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