La carrera de obstáculos de Ford e Industria para evitar un trauma total en Almussafes

Mecanismo RED. Hasta hace muy poco, ese término apenas figuraba en la agenda. Había que estar muy puesto en temas laborales para conocer su existencia. Desde hace unas semanas, sin embargo, ha pasado de boca en boca de líderes sindicales y también políticos en la Comunidad Valenciana como posible colchón amortiguador del esperado golpe que Ford España dio ayer al comunicar al comité de empresa de Almussafes el inicio de un expediente de regulación de empleo (ERE) para 1.622 trabajadores, un 34% de su plantilla. La pérdida de la furgoneta Transit y la única producción del Kuga han dejado las necesidades de personal de la planta valenciana en mínimos históricos. Si se ejecuta el ajuste planteado por la multinacional de Detroit (Estados Unidos), la nómina apenas superará las 3.000 personas. En sus mejores tiempos, la fábrica daba de comer a más de 10.000 empleados directos.

Regulado por el Gobierno con motivo de la pandemia, el Mecanismo RED se concibió como un instrumento diseñado para favorecer en situaciones excepcionales la flexibilidad interna de las empresas con el objetivo de fomentar la continuidad de las relaciones laborales estables, "evitando el tránsito por el desempleo, en situaciones de crisis cíclicas o sectoriales". Esos dos requisitos, crisis cíclica o sectorial, rigen un instrumento que permite bonificar cuotas de la Seguridad Social y que el Estado cubra hasta el 70% de la base salarial de trabajadores de empresas en situaciones de crisis y les otorgue la consideración de colectivo prioritario para el acceso a las iniciativas de formación profesional para el empleo. Podría abrir una ventana de oxígeno para Almussafes. Pero las cosas no son tan sencillas. La crisis de Ford ni es tan cíclica ni tan sectorial.

La activación del mecanismo corresponde al Consejo de Ministros, aunque luego cada empresa tiene que hacer su solicitud de ayuda individualizada. Hasta ahora solamente se ha utilizado para las agencias de viajes, que llegaron a tener el 77% de sus afiliados protegidos en ERTE durante el momento álgido de la pandemia. Ante la lenta recuperación de la actividad, el Gobierno optó por activar el mecanismo excepcional para paliar los problemas del sector. Otros sectores como el de la cerámica exploraron la posibilidad de recurrir a este instrumento de urgencia cuando los precios del gas natural dispararon los costes de las azulejeras y se vieron forzadas a hacer ajustes de empleo. Algunas empresas lo solicitaron, pero el Gobierno lo denegó por considerar que no se daban las circunstancias económicas y de mercado para el que fue concebido el vehículo de rescate.

La Federación de Industria de UGT y la Generalitat valenciana reclaman ahora al Gobierno que active el Mecanismo Red para la crisis que vive la planta de Almussafes. El secretario general de UGT FICA, Mariano Hoya, advertía ayer que o el Gobierno adopta las medidas que le han trasladado desde el sindicato respecto a Ford, "buque insignia del sector de la automoción", entre ellas la implementación del mecanismo RED para los trabajadores, o se estará "en una situación de extrema dificultad y posiblemente de muy difícil recuperación". La patronal autonómica Confederación Empresarial Valenciana (CEV) también insistió en que el programa de apoyo "ayudaría a mantener el empleo durante el periodo transitorio hasta la producción del nuevo coche", previsto en 2027. Lo mismo reclamaba la consellera de Innovación e Industria de la Generalitat valenciana, Nuria Montes, pasando la patata caliente al Gobierno central.

La Generalitat valenciana y el Ministerio de Industria se ponen por ahora de perfil y se pasan la patata caliente

La propia Ford España se ha puesto en contacto con la patronal Anfac y con el Ministerio de Industria que dirige el socialista Jordi Hereu para estudiar medidas que palíen los efectos del ERE que ha presentado. Tras arrastrar varios expedientes de empleo temporal, la multinacional ha cifrado en 1.622 su "excedente" de personal, de los cuales algo más de 600 serían estructurales. Lo que Ford está trasladando es que la salida ahora mediante despidos del millar de trabajadores adicionales tendría un carácter transitorio, pues confía en recuperar la carga de trabajo cuando llegue el nuevo modelo híbrido que, en teoría, debería convivir con el Kuga, el único coche que ahora se fabrica en Almussafes. Del lado gubernamental, ayer solo se pronunció la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que recordó que Ford ha recibido millones de euros en ayudas públicas y anunció 4.850 millones (fueron 4.025 en realidad) en beneficios a nivel global el año pasado. "Es inasumible que ahora pretendan despedir a un tercio de la plantilla de Almussafes. La industria se defiende también protegiendo a las personas trabajadoras", dijo Díaz.

El problema es que en las reuniones con los trabajadores, la multinacional tampoco ha ofrecido garantías reales de que esa parte de la plantilla sea recuperada en su totalidad. Lo que propone es ejecutar los despidos objetivos y crear posteriormente una bolsa de empleo para priorizar contrataciones si tiene nuevas necesidades a partir de 2027, cuando llegue el nuevo coche. El Mecanismo RED lo que contempla son mejoras en ERTE, como que no consuman subsidio de desempleo y se habiliten cursos de formación durante el periodo de aplicación. Lo que Ford ha puesto encima de la mesa es un ERE con salidas definitivas, lo que no encajaría en el instrumento gubernamental.

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Otro factor añadido para el caso de Ford, y así se desliza desde fuentes conocedoras de los contactos con el Ministerio de Industria, es que su situación es más particular que sectorial y más estructural que cíclica, lo que complica su encaje legal en los requisitos del Mecanismo RED. Mientras la multinacional que preside Jim Farley lleva meses deshojando la margarita desde Detroit de su estrategia en Europa, tanto eléctrica como de combustión, y dando aparentes volantazos en sus planes, el resto de la industria del automóvil en España ha ido recuperando cifras de empleo y producción desde el desplome del covid y la crisis de suministros de chips. Un informe de Ranstad Research publicado este pasado mes de mayo refleja que el sector de fabricación de vehículos empleó en 2023 a 589.000 mil personas, un 6,3% más que en el año anterior, si bien el dinamismo procede más de la venta y reparación de coches con un crecimiento del 7%. Los datos están refrendados por Encuesta de Población Activa (EPA).

A esto se une que Ford, al contrario que otros competidores, ha optado por rechazar las millonarias ayudas públicas de los fondos europeos Next Generation que el Gobierno ha puesto a disposición de la industria para facilitar su transformación eléctrica. Reclamar un mecanismo extraordinario de compensación para incluir en él a un millar de despedidos, al tiempo que se desprecia la ayuda para la reconversión de la factoría, es otro de los obstáculos que dificultan la activación del colchón de ayuda por parte del Consejo de Ministros. Mientras tanto, el parque de proveedores viene aplicando desde hace meses sus propios ajustes para adaptarse a la demanda de su cliente. El efecto inducido del ERE planteado por Almussafes en el futuro es relativo. La planta solo fabrica desde abril el Kuga, cuyas ventas son positivas, y la industria auxiliar ya se ha adaptado y está diversificando clientes, señalan desde la patronal sectorial local AVIA. Lo que hará el ERE es reconocer el carácter estructural de un exceso de plantilla que ya venía poniéndose en evidencia con los expedientes temporales y las paradas de producción.

El futuro inmediato de los puestos de trabajo parece más ligado a las alternativas industriales que puedan facilitarse desde el sector público o empresas terceras. PowerCo (Grupo Volkswagen) tiene entre sus planes recurrir a personal cualificado que podría llegar de Almussafes para su fábrica de baterías en Sagunto, pero esto no se concretará hasta 2025. La Generalitat ha ofrecido cursos de formación y ha creado una mesa interdepartamental para aunar esfuerzos de varias consejerías, estar "en el día a día" del ERE y poder tomar las medidas oportunas, aunque sin concretar cuáles. Fuentes cercanas al Ministerio que dirige el socialista Jordi Hereu explican que se están produciendo contactos entre ministerios para buscar soluciones. Las dos Administraciones se pasan en cierto modo la patata caliente y se ponen de perfil ante un trauma laboral que la propia Ford ha generado a la hora de aplicar su estrategia y fijar sus necesidades en Europa. Difícil salida a corto y medio plazo. A largo ya se verá.