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Razones del furor por invertir en pistachos sin obtener beneficios durante ocho años
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Su superficie ha aumentado un 1.000%

Razones del furor por invertir en pistachos sin obtener beneficios durante ocho años

La principal razón es que este cultivo se adapta muy bien a la falta de agua, una cualidad muy valorada en medio de las repetidas sequías que azotan al campo español

Foto: Una extensión de pistacheros en La Mancha. (J.F. Couceiro)
Una extensión de pistacheros en La Mancha. (J.F. Couceiro)
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Invertir en pistachos es apostar a largo plazo. Al cultivar lechugas o tomates se consigue un retorno económico a los pocos meses, pero el pistachero comienza a dar frutos después de cuatro o cinco años y hasta los diez no alcanza su plena producción. De hecho, se estima que este negocio no es rentable hasta el séptimo u octavo año. Entonces, ¿por qué cada vez más fondos y agricultores eligen trabajar este producto en España, hasta el punto de haber incrementado su superficie en más de un 1.000% en la última década?

La principal razón es que este cultivo se adapta muy bien a la falta de agua, una cualidad muy valorada en medio de las repetidas sequías que azotan al campo español en los últimos tiempos. Por ponerlo en perspectiva, el pistacho necesita un mínimo de 300 litros por metro cuadrado al año, unos reclamos hídricos por debajo del que demandan otras plantaciones arbóreas, como el olivo o el almendro, que precisan de al menos 400 y 700 litros, respectivamente.

Tolera el estrés hídrico hasta el punto de resistir periodos de sequía de hasta cinco años, pone de manifiesto el estudio Presente y futuro del cultivo del pistacho y de su procesado. Una perspectiva empresarial, elaborado por el doctor en Ciencias Económicas Juan Vilar Hernández, para el grupo agroalimentario Agróptimum. Y eso lo consigue gracias a su eficiencia para absorber agua del suelo, alcanzando las capas más profundas con su sistema radicular.

"Estas características hacen del pistacho uno de los árboles más preparados para el cultivo en secano en los ambientes semiáridos de España", mantiene ese mismo estudio. Por este mismo motivo, en Castilla La-Mancha se encuentra el 77% de las casi 78.500 hectáreas que hay dedicadas en nuestro país a este cultivo, según la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos Cultivos (ESYRCE) actualizada por el Ministerio de Agricultura con datos de 2023. En Andalucía está el 9% y en Extremadura casi el 5%, mientras que en regiones mucho más lluviosas, como País Vasco o Galicia, no aparecen.

"Estas características hacen del pistacho uno de los árboles más preparados para el cultivo en secano en los ambientes semiáridos de España"

No obstante, mirando a un futuro que se presenta incierto para la agricultura debido al cambio climático, los expertos apuntan que su producción mejora mediante el regadío, a pesar de ser un cultivo eminentemente de secano. "Preferiblemente, un riego localizado para evitar encharcamientos", aconseja el propio informe. Ahora bien, en España solo un 44% de las hectáreas de pistacho son de regadío. Aunque en 2013 apenas había un 28%.

Altas expectativas sobre los precios

Pero lo cierto es que nadie se lanza a cultivar pistachos si no tiene seguro que venderá a buen precio toda su producción. Y este es precisamente otro de los puntos fuertes que remarca el informe en cuestión: "La alta demanda global del pistacho y la escasez de oferta en el mercado está generando un pronóstico alcista a largo plazo para los precios de este fruto seco".

Pero lo cierto es que nadie se lanza a cultivar pistachos si no tiene a buen seguro que venderá a buen precio toda su producción

El boom de este producto es palmario. Su color verde tan característico se encuentra cada vez con más asiduidad en las tartas expuestas en cualquier pastelería o como sabor estrella en las heladerías que han vuelto a abrir con la llegada del verano. También triunfa en los restaurantes más innovadores, como ingrediente disruptivo en varios de sus platos, o en los tradicionales italianos, que están empezando a incluirlo en su salsa pesto. Incluso se elabora leche, batidos y vermuts de pistacho o se emplea en el sector de la cosmética para el cuidado del pelo y la piel.

"En aproximadamente una década, la producción no será capaz de abastecer al mercado, lo que provocaría una subida paulatina de los precios de origen, dando lugar a una mayor rentabilidad del cultivo", augura el análisis del doctor Vilar Hernández. Ante este escenario, este experto asegura que España tiene capacidad para adoptar un papel fundamental como uno de los principales productores del mundo.

Según los últimos datos, los mayores productores globales son EEUU (52%), Irán (17,2%) y Turquía (14,14%). Entre el resto de territorios (España, Siria, Grecia, Italia, Australia, China...) generan, por tanto, el 16,26% restante. La posición de nuestro país, de hecho, es testimonial, con apenas un 0,67% del total, aunque aquí se encuentran el 6,76% de las hectáreas de pistacho repartidas por todo el mundo. Esto significa que no todas las plantas han entrado todavía en producción.

"La producción no será capaz de abastecer al mercado, lo que provocaría una subida paulatina de los precios de origen"

Cuando alcance su plenitud de producción, España está en disposición de convertirse en el principal exportador dentro de la Unión Europea, gracias a la cercanía frente a los principales productores. Ahora mismo, el precio de venta en origen que se paga en nuestro país ronda los 8,30 euros el kilo, mientras que en Irán es de 13 euros y Turquía se mueve en cantidades similares a las nacionales. En EEUU sí que es más barato —7,87 euros—, pero los costes de traslado le restarían competitividad en la UE.

Y es aquí donde está el problema. A pesar del demostrado potencial que tiene este producto, no cualquier agricultor puede permitirse empezar de cero con un nuevo cultivo de este tipo sin obtener un rédito económico inmediato y teniendo que pagar costes de mantenimiento. Sobre todo teniendo en cuenta que no solo hay que esperar ocho años para recuperar la inversión, sino que los costes iniciales del pistacho son mayores que en otros cultivos leñosos (almendro, olivar…) porque requiere maquinaria específica para la recolección, además de procesos de secado y clasificación.

Aunque hay una pequeña trampa para recortar los tiempos. La tecnología avanza más allá de la inteligencia artificial y en el mundo del pistacho se han desarrollado plantas injertadas que tienen una mayor velocidad de producción y aceleran la obtención de beneficios económicos. Esta es la técnica que están utilizando algunos fondos de inversión como Elaia, la plataforma agrícola de Atitlan, que llegará a explotar al menos 3.200 hectáreas de estos pistacheros hiperproductivos.

Se han desarrollado plantas injertadas que tienen una mayor velocidad de producción y aceleran la obtención de beneficios económicos

El informe calcula que, cuando alcanza su plenitud, se registran producciones superiores a los 3.900 kilos por hectáreas, con una rentabilidad que se sitúa por encima de los 14.000 euros por hectárea. Aunque advierte que son cifras que varían en función de diversos factores como el clima, el suelo, la variación del mercado o el modo de cultivo. Y conviene recordar que, como cualquier otro cultivo, no está exento de enfermedades e inclemencia meteorológicas, como fuertes heladas o inundaciones. Porque, como dice el saber popular, todas las inversiones conllevan cierto grado de incertidumbre.

Invertir en pistachos es apostar a largo plazo. Al cultivar lechugas o tomates se consigue un retorno económico a los pocos meses, pero el pistachero comienza a dar frutos después de cuatro o cinco años y hasta los diez no alcanza su plena producción. De hecho, se estima que este negocio no es rentable hasta el séptimo u octavo año. Entonces, ¿por qué cada vez más fondos y agricultores eligen trabajar este producto en España, hasta el punto de haber incrementado su superficie en más de un 1.000% en la última década?

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