CNMC avisa de que la opa del Sabadell se podría decidir sin saber sus conclusiones

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) jugará un papel central en el proceso de opa hostil de BBVA sobre el Sabadell. Pero los plazos legales anticipan un escenario de incertidumbre para los accionistas del banco catalán, que tendrán que decidir sin conocer sus conclusiones.

Así lo ha confirmado la presidenta de la CNMC, Cani Fernández, en el foro de información económica que organizan esta semana en Santander la APIE, la UIMP y BBVA. El organismo tardó en publicar su dictamen ocho meses con la fusión de CaixaBank y Bankia, yendo las dos entidades de la mano y aprobándose en fase uno. Esta vez, la operación es hostil y no está claro que se apruebe en la primera fase, pudiendo dilatarse más el proceso de análisis.

Sin embargo, las expectativas son que el periodo de aceptación de la opa llegue antes. La CNMV aprobará el folleto de fusión para que se inicie el periodo de aceptación para los accionistas del Sabadell cuando BBVA obtenga la autorización del Banco Central Europeo (BCE), que analiza la operación por criterios de solvencia y prudenciales. Desde Fráncfort no se espera ningún inconveniente a la operación, y que el plazo será inferior al de la CNMC.

“Los accionistas tendrán que valorarlo todo, no hay prejudicialidad de una autorización sobre otra. Son los plazos que están previstos. Supongo que se puede producir una situación de incertidumbre”, ha admitido Cani Fernández. Tal y como informó este medio, se trata de un elemento de riesgo e incertidumbre que tendrán que valorar los accionistas del Sabadell. De hecho, el banco catalán esgrime riesgos de ejecución como uno de los argumentos contra la opa.

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Óscar Giménez

El 31 de mayo, BBVA presentó el formulario de solicitud a la CNMC, que ya está analizando la operación, requiriendo información a las entidades. La primera fase es de un mes, pero el plazo se suspende con cada requerimiento. De hecho, la fusión de CaixaBank y Bankia se aprobó con varias condiciones en la primera fase pero tras ocho meses.

En esta primera fase, la CNMC puede aprobar la fusión, con o sin exigencias, o pasar a una segunda fase de mayor análisis, de tres meses. Y puede haber una tercera si no queda claro el impacto en la competencia, y en esta última fase el ministro de Economía podría proponer que la operación pase por el Consejo de Ministros, donde se podrían imponer condiciones alternativas a la CNMC. Las condiciones paran por compromisos a posibles obligaciones de venta (remedies, en la jerga).

Fernández ha descartado presiones políticas y asegura que, una vez creada y perfilada una metodología de análisis con las fusiones CaixaBank-Bankia y Unicaja-Liberbank, el estudio se realiza producto a producto y a nivel regional y local, analizando impactos potenciales en la competencia en cada código postal.

Hace un año, en este mismo evento, la presidenta de la CNMC advirtió de preocupación por una posible colusión tácita en la banca ante la ausencia de remuneración de los depósitos en los grandes bancos, que no trasladaron la subida de tipos del BCE al pasivo.

“El hecho de que haya menos bancos no quiere decir que haya menos competencia. Hay veces que actores más grandes pueden competir de mejor manera”, ha advertido Fernández, rechazando que se dé por seguro que una fusión entre BBVA y Sabadell pueda aumentar ese riesgo de colusión tácita.

Sobre esta preocupación, la CNMC inició un análisis de la remuneración de los depósitos, cuyo informe aún no se ha concluido: “Hace dos meses recibimos ya el informe del análisis del Banco de España, que nos deja hacer el análisis de si hay factores estructurales, e hicimos requerimientos de información a los bancos para completar el análisis. Estamos analizando los datos para poder concluir sobre si hay factores que afectan al pago de los depósitos”.