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El Gobierno propone que la SEPI entre en Talgo sin contraopa para bloquear al consorcio húngaro
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DUEÑO DEL 40% DEL CAPITAL

El Gobierno propone que la SEPI entre en Talgo sin contraopa para bloquear al consorcio húngaro

Fuentes próximas a la operación aseguran que Moncloa se ha dirigido al fondo de capital riesgo para que le venda por partes su 40% con el fin de tumbar la OPA del grupo húngaro

Foto: Trenes de Talgo para Renfe, en una imagen de archivo. (EFE)
Trenes de Talgo para Renfe, en una imagen de archivo. (EFE)
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El Gobierno de Pedro Sánchez sigue buscando fórmulas para evitar que triunfe la Oferta Pública de Adquisición (OPA) de Magyar Vagon sobre el 100% de Talgo. Según fuentes próximas a las conversaciones, el Ejecutivo ha sondeado a Trilantic, dueño del 40% del fabricante español de trenes junto con la familia Oriol y Abelló, para que venda esta participación por trozos, lo que le permitiría no tener que lanzar una contraopa por la totalidad del capital.

Mediante esta fórmula, el Gobierno, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y con terceros, tomaría hasta un 29,9% de Talgo, el límite a partir del cual estaría obligada a lanzar una OPA por la totalidad, según la ley del mercado de valores. Posteriormente, a medio plazo, ayudaría a Trilantic a buscar un comprador por el 10% restante. Repetiría de esta manera el mismo esquema con el que controla Indra, de la que es dueña del 28%, acompañado de otros inversores alineados como Amber, SAPA y Escribano.

Con esta propuesta, el fondo ítalo-español dirigido por Javier Bañón conseguiría una salida para una inversión que arrastra desde 2006, por lo que lleva casi veinte años en el capital de Talgo. Aunque en 2015 vendió casi la mitad de su participación cuando sacó a bolsa a la empresa de ferrocarriles, este periodo de inversión supera de lejos la media de permanencia —unos cinco años— por parte de una firma de capital riesgo.

Por su parte, el Gobierno evitaría que Talgo acabase en manos de Magyar Vagon, el consorcio húngaro al que Moncloa se ha opuesto desde el primer momento que hizo públicas sus intenciones de comprar el fabricante vasco de trenes. Distintos ministros, como el de Transportes, Óscar Puente, y el de Industria, Jordi Hereu, han mostrado su oposición a que este consorcio, en el que participa un holding público húngaro, se haga con la histórica empresa española. "Haremos todo lo posible", llegaron a decir. En primer lugar, porque considera a la compañía gestionada por la familia Oriol como estratégica para el Estado. En segundo término, porque en este momento, el Gobierno húngaro tiene al frente a Viktor Orbán, cuyo partido, el Fidesz, fue expulsado del grupo del Partido Popular Europeo por su ideología de conservadurismo extremo.

Foto: Imagen de un Talgo. (iStock)
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El Gobierno ha intentado hasta la fecha frenar la OPA de Magyar Vagon tratando de convencer a varios inversores españoles para que lanzasen una contraopa. Público ha sido el ofrecimiento a CriteriaCaixa, con quien Pedro Sánchez tiene un vínculo a través de Isidro Fainé. También a Escribano, el grupo de ingeniería que es socio de la SEPI en el capital de Indra. Incluso se tanteó a la vasca CAF y a la suiza Staedler, que han rehusado el ofrecimiento pese a ser los candidatos industriales a priori más obvios.

Pero ninguna de estas alternativas han salido adelante hasta ahora por distintos motivos. Y el tiempo se le echa encima al Gobierno. Antes de finalizar el mes de julio tiene que pronunciarse formalmente ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre la OPA admitida a trámite el pasado 22 de abril. En apenas unas semanas tiene que oficializar si se opone a la operación o si tiene alguna propuesta mejor para los accionistas de Talgo.

La decisión de Trilantic al ofrecimiento de Manuel de la Rocha, el responsable económico de presidencia del Gobierno, es vital porque podría desbloquear el futuro de la compañía, que esta semana celebra junta general de accionistas. La familia Oriol está a la expectativa porque podría quedarse fuera si el fondo de capital riesgo acepta la alternativa de Moncloa.

Foto: Logo de Talgo en un tren en Alemania. (EFE/Clemens Bilan)

Inicialmente, la búsqueda de un comprador, operación que data desde 2022, como adelantó el Confidencial, fue un acuerdo adoptado por todos miembros del consejo de administración con participación en Talgo. Los actuales dueños contrataron a Citi para encontrarle un inversor dispuesto a lanzar una OPA. Al mismo tiempo, el Gobierno aprobó la ley del conocido como el escudo antiopas, para proteger a las empresas calificadas como estratégicas. Moncloa aplicó ese derecho de veto sobre Prisa, al negar a Vivendi y Mediaset comprar una participación mayoritaria. E intervino en Telefónica con la compra del 10% para bloquear el desembarco no solicitado de Arabia Saudí. Pero no se opuso a otras muchas operaciones lideradas por fondos de capital riesgo.

El elegido por el consejo de Talgo fue Magyar Vagón, cuya OPA a 5 euros por acción fue recibida de forma favorable. De hecho, Trilantic se ha comprometido a venderle su 40%. El Gobierno, en cambio, quiere gastar sus últimas balas para impedirla.

Las plusvalías de Bañón y Abelló

Trilantic entró en el capital de Talgo en marzo de 2006 vía el fondo Trilantic III. Seis años más tarde, otro vehículo del mismo 'private equity', el Trilantic IV, al que se subieron Torreal (la familia Abelló) y los propios fundadores (los Oriol), compró la participación que tenía Trilantic III. En mayo de 2015, estos tres inversores institucionales se desprendieron del 45% mediante la salida a bolsa, a un precio de 9,25 euros por acción, lo que otorgó a la compañía una capitalización de 1.200 millones de euros.

Pero el comportamiento bursátil de Talgo fue decepcionante desde el primer día. En su debut, la cotización llegó a perder un 8%, lo que supuso el peor estreno en bolsa desde 2000. La compañía, fundada en 1942, nunca más recuperó su precio de salida. Tocó su mínimo histórico en 2,72 euros a finales de 2022, nivel del que se recuperó cuando Magyar Vagon reconoció su interés por comprarla en otoño del pasado año.

Pese a ello, Trilantic ya ha recuperado con creces la inversión en Talgo. Primero en 2012, en la primera desinversión parcial, y posteriormente en 2015, con la oferta pública de venta para el salto a la bolsa. El resto de inversores, que llevan una década en el capital, también ha ganado dinero. Lo han hecho a través de Pegaso Transportation, una sociedad instrumental con sede en Luxemburgo, un país con un régimen fiscal acomodaticio, que es la que controla el 40% de Talgo a través de Pegaso Transportation.

El Gobierno de Pedro Sánchez sigue buscando fórmulas para evitar que triunfe la Oferta Pública de Adquisición (OPA) de Magyar Vagon sobre el 100% de Talgo. Según fuentes próximas a las conversaciones, el Ejecutivo ha sondeado a Trilantic, dueño del 40% del fabricante español de trenes junto con la familia Oriol y Abelló, para que venda esta participación por trozos, lo que le permitiría no tener que lanzar una contraopa por la totalidad del capital.

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