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De las expropiaciones de Evo Morales a los 500 M de Repsol: la frágil huella española en Bolivia
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Tras el intento de golpe de Estado

De las expropiaciones de Evo Morales a los 500 M de Repsol: la frágil huella española en Bolivia

Desde que entre 2012 y 2013 el expresidente Evo Morales expropiase a AENA y Abertis la gestión de los aeropuertos, la presencia del Ibex 35 en el país está protagonizada por Repsol

Foto: Evo Morales, en un acto en junio. (EFE/Jorge Abrego)
Evo Morales, en un acto en junio. (EFE/Jorge Abrego)

El intento de golpe que sufrió ayer Bolivia por un grupo de militares ha vuelto a poner encima de la mesa uno de los riesgos para los intereses económicos de España en la región. España es el segundo país que más invierte en Bolivia, 150 millones de euros, justo después de Perú, con cerca de 200 millones, según los últimos datos oficiales del Instituto de Comercio Exterior de España (ICEX), correspondientes al año 2022.

Pero el historial empresarial español en el país ha tenido sus picos y sus valles. Desde que entre 2012 y 2013 el expresidente Evo Morales expropiase a AENA y Abertis la gestión de los aeropuertos bolivianos e hiciese lo propio con las filiales de Iberdrola, la presencia del Ibex 35 en el país está protagonizada principalmente por Repsol.

El grupo energético español lleva activo en la exploración y producción de hidrocarburos en Bolivia desde 1994, donde en estos momentos posee una participación del 48,33% en el capital de YPFB Andina, la empresa pública que explota las reservas de gas y petróleo del país.

El valor patrimonial de Repsol en Bolivia, al 31 de diciembre de 2023, asciende a unos 466 millones de euros, incluyendo principalmente el valor de los activos productivos y la inversión realizada en el país. La empresa española se anotó un resultado positivo de 31 millones de euros en el país el año pasado, donde tiene a 195 empleados, el quinto territorio extranjero donde más trabajadores tiene en nómina Repsol.

Foto: El destituido jefe militar del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga. (EFE/STR)

Las reservas probadas netas estimadas en las que participa la compañía española ascienden a 47 millones de barriles equivalentes de petróleo. El 65% de estas reservas provenientes del campo Margarita-Huacaya, donde Repsol tiene participación del 37,5%; Shell, otro 37,5% y Pan American Energy, un 25%.

En sus informes corporativos correspondientes al ejercicio del año pasado, Repsol ya advertía de los riesgos políticos en Bolivia, si bien no llegaban al extremo de anticipar un golpe de Estado. “Existen divisiones dentro del partido de Gobierno, complicando la aprobación de leyes en el Congreso y la operatividad administrativa”, advertía la empresa española. “Estas divisiones han llevado a bloqueos de carreteras por sectores que exigen elecciones, dificultando la distribución y comercialización de combustibles en el mercado interno y generando un impacto económico negativo”, continuaba el informe.

La capacidad de extracción de hidrocarburos del país tiende a la baja, lo que impacta a su vez en la empresa española. La producción neta media en Bolivia de Repsol alcanzó los 30.800 barriles equivalentes de petróleo diarios, comparado con los 33.100 barriles diarios del mismo período en 2022.

"Existen divisiones dentro del partido de Gobierno, complicando la aprobación de leyes en el Congreso y la operatividad administrativa"

En el último informe del ICEX sobre empresas españolas con presencia formal en Bolivia, con fecha de 2021, destacan, además del de Repsol, nombres como los de BBVA, Amadeus, Acciona, ACS, Mapfre, Sacyr, Elecnor, Prisa-Santillana, Técnicas Reunidas, Mazam, Ontier y Sesderma.

Sin embargo, según se desprende de sus informes anuales, el peso de Bolivia en sus cuentas y balances es bastante testimonial, tal vez con la excepción de Técnicas Reunidas, que perdió 28,6 millones de euros en el país. Por su parte, BBVA generó en Bolivia beneficios de 2 millones de euros y un margen bruto de 12 millones de euros en 2023. Prisa, a través de su filial Santillana, registró un beneficio de 2 millones de euros en 2023. Sacyr reportó pérdidas de 3,34 millones de euros en Bolivia en 2023. El resto de cotizadas, ni tan siquiera mencionan el país en su informe anual.

El intento de golpe que sufrió ayer Bolivia por un grupo de militares ha vuelto a poner encima de la mesa uno de los riesgos para los intereses económicos de España en la región. España es el segundo país que más invierte en Bolivia, 150 millones de euros, justo después de Perú, con cerca de 200 millones, según los últimos datos oficiales del Instituto de Comercio Exterior de España (ICEX), correspondientes al año 2022.

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