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We are Knitters: altos directivos de Ibex salvan a la reina de las lanas
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renegociación de deuda y dos ampliaciones

We are Knitters: altos directivos de Ibex salvan a la reina de las lanas

El fin de la pandemia fue una liberación para la población mundial, menos para las empresas que se hicieron de oro gracias al confinamiento por el covid-19

Foto: Alberto Bravo y María José Marín, fundadores de We Are Knitters
Alberto Bravo y María José Marín, fundadores de We Are Knitters
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La desaparición de la pandemia fue una liberación para la población mundial, pero no sentó bien a todo el mundo, especialmente las empresas que habían sacado provecho al confinamiento forzoso. We are Knitters, la empresa dedicada a la venta de lanas y cursos para tejer que se convirtió en una vía de escape durante el covid, pasa por un delicado momento financiero que la ha llevado a estar en causa de disolución. La compañía, dirigida por Pepita Marín, una consejera de Prisa galardonada con el premio Princesa de Girona, ha tenido que renegociar su deuda con la banca y pedir dos aportaciones de capital a sus accionistas, entre los que destacan numerosos directivos del Ibex 35.

We Are Knitters (Somos Tejedores), que tocó tu techo de ventas cuando el covid encerró en sus casas a toda la población, ha registrado varios ejercicios consecutivos de pérdidas, lo que ha llevado al auditor a advertir sobre su capacidad para seguir en funcionamiento. Un riesgo de disolución, expuesto por EY, el auditor de la sociedad, que solventó a medias el pasado año cuando pidió préstamos participativos a sus socios. Además, recibió una subvención no reintegrable de 200.000 euros a la Comunidad de Madrid. Unas medidas provisionales para corregir el desequilibrio patrimonial, como reconocieron los propios administradores en su último informe anual.

Pero aquel desembolso no fue suficiente por las minusvalías que seguía generando el negocio, lo que obligó a We Are Knitters a cerrar su presencia en varios países (Rusia, Chile, Corea del Sur y Finlandia) y su tienda emblema situada en el centro de Madrid. El encarecimiento de los aranceles en los mercados británicos, cuyos costes de envíos pasaron de 8 a 29 euros, el escaso margen en Australia y el encarecimiento de los consumos de papel y cartón para el packaging se tradujeron en pérdidas y en un patrimonio neto negativo.

Pero, sobre todo, una mala gestión de los stocks. La compañía, que en la pandemia tuvo problemas para atender la avalancha de los pedidos por falta de producto, debido a la ruptura de la cadena de suministro, compró lana como si las ventas se hubieran seguido creciendo al ritmo del covid. Pero lo cierto es que cayeron un 22%, por lo que la mitad de los suministros estaban en el almacén. El pasado año, el descenso fue del 40%, hasta apenas 6,8 millones, frente a los 15 millones registrados en 2020.

Foto: Foto de familia de los galardonados con los IX Premios ICADE Asociación.

Por ello, We Are Knitters ha necesitado este año una nueva ampliación de capital, a la que han acudido inversores como Javier Monzón, el que fuera presidente de Indra; Santiago Bau, director general corporativo de El Corte Inglés y ex de Goldman Sachs; Jorge Morán, responsable de La Finca y ex alto directivo de Banco Santander; Iñigo Gaytán, actual Global Head Equity Capital Markets de la entidad cántabra y Pablo Fernández, fundador de compañías como Clikalia o Clicars.

También han arrimado el hombro fondos de capital riesgo especializado en star-ups, como Cabiedes, dueño del 26% del capital, Derbaix Ventures (Indexa Capital), Bewatter y hasta Renta 4 y Corpfin. Pepita Marín y Alberto Bravo, el otro socio fundador, que durante el boom de las ventas vendieron parte de sus acciones, no acudieron a la ampliación de capital de 2023. Ambos controlan el 43% del capital.

Refinanciación con la banca

Además, la compañía ha renegociado la deuda con sus acreedores, entre los que se encuentran BBVA, Santander, CaixaBank, Sabadell, Ibercaja y Sabadell. La empresaria, que en 2020 recibió el premio al emprendimiento de la Fundación Princesa de Girona, asegura que el futuro de We Are Knitters está garantizado con todas estas operaciones financieras. En su opinión, la entrada de nuevos inversores demuestra la confianza en la compañía. Asimismo, agrega que las ventas se han estabilizado y que el negocio vuelve a ser rentable.

Pepita Marín fue reelegida consejera de Prisa el pasado miércoles, órgano de gobierno en el que entró en 2021 a petición de Miguel Barroso, el hombre de confianza de Pedro Sánchez, fallecido el pasado mes de enero. La empresaria, que también es miembro de la comisión de auditoría, riesgos y cumplimiento, es desde ese año secretaria primera del Ateneo de Madrid, una de las instituciones culturales más importantes de España, dirigida por su pareja, Luis Arroyo. Licenciada en dirección y administración de empresas con mención internacional (E4) por Icade y la Reims Management School, trabajó anteriormente en Oliver Wyman y PwC.

La desaparición de la pandemia fue una liberación para la población mundial, pero no sentó bien a todo el mundo, especialmente las empresas que habían sacado provecho al confinamiento forzoso. We are Knitters, la empresa dedicada a la venta de lanas y cursos para tejer que se convirtió en una vía de escape durante el covid, pasa por un delicado momento financiero que la ha llevado a estar en causa de disolución. La compañía, dirigida por Pepita Marín, una consejera de Prisa galardonada con el premio Princesa de Girona, ha tenido que renegociar su deuda con la banca y pedir dos aportaciones de capital a sus accionistas, entre los que destacan numerosos directivos del Ibex 35.

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