La crisis del Barça y el despertar del empresariado catalán para acabar con Laporta

Las bicicletas son para el verano y la oposición a Joan Laporta, también. Tras una primavera en la que el futuro del FC Barcelona estaba en todos los corrillos de las jornadas del Cercle d’Economia, ahora se empiezan a recoger los frutos de tantas cenas, comidas y conspiraciones de salón. Este verano irán presentándose diversas plataformas que quieren plantar cara a un laportismo que no sabe cómo cerrar las cuentas del 2023-24 sin que la situación del club parezca un solar.

El empresariado convergente de toda la vida presentará Suma Barça. Actúa como portavoz Ricard Font, que fue presidente de Ferrocarriles de la Generalitat, una de las empresas públicas más importantes de Cataluña. Suma Barça no es una candidatura en sí, sino un espacio que busca aunar a los candidatos y socios preocupados por el futuro del club. Barcelona Suma ya se ha reunido con el resto de los candidatos y las sensaciones han sido buenas.

En Suma Barça se agrupan Beto Agustí, expresidente de la ACB o del RCT Barcelona; Gerard Figueres y Josep Maldonado, ex secretarios generales del Deporte de la Generalitat, así como el dueño de Eurofinques Ramon Riera y Joan Canadell, expresidente de la Cámara de Comercio de Barcelona y diputado por Junts en el Parlament.

El nacimiento de esta alternativa pone de manifiesto que al entorno de Junts ya no le basta que Laporta tenga a Elena Fort como miembro de la junta y máxima responsable de Espai Barça, el área del club que dirige la construcción del nuevo Camp Nou. El independentismo que viene de la antigua Convergència rompe amarras con Laporta ante la inminencia del desastre.

El independentismo que viene de la antigua Convergència rompe amarras con Laporta ante la inminencia del desastre

El soberanismo más clásico y puro ya estaba representado por Víctor Font, ex socio de Delta Partners y accionista del diario Ara. Font ha sido la voz que clamaba en el desierto estos años contra los desmanes del laportismo. El barcelonismo le acusa de tecnócrata y aburrido. Pero su mayor problema es que Laporta ya le venció en las anteriores elecciones. Font tiene complicado quitarse la etiqueta de perdedor ante la masa social del Barça.

Por su parte, el empresariado más clásico de Barcelona también se está movilizando de cara a las elecciones del 2026, cuando tal vez ya sea tarde para un club que debe más de 3.000 millones de euros. El grupo lo encabeza el socio de Boston Consulting Group, Joan Camprubí Montal; biznieto del histórico presidente del club, Agustí Montol. En tiempos de provisión, Barcelona se aferra a sus sagas. Así, en este equipo está Joan Roca, el hijo de Miquel Roca y socio de Roca Junyent Abogados; el empresario Jordi Roche, el ex director de la Federación Catalana de Fútbol; Evarist Murtra, quien siempre ha influido entre bambalinas en la vida del club; Sam Judez, directora general de DDR Publicidad; la abogada Marta Pasqual; el empresario Ramon Termens (Taurus), Carlos Gallofré, director de Sagax España o Miró Molins socio de Collins Patrimonios, entre otros. Se trata de un grupo de profesionales preocupados porque la deriva económica a la que Laporta está llevando a la entidad acabe convirtiendo a esta en una sociedad anónima.

Punto débil

El punto débil de este grupo es precisamente que se trata de un grupo de profesionales. Presidir el Barça no está remunerado, pero requiere dedicación casi exclusiva y más en una situación crítica como la que vive la entidad.

Luego hay otras opciones más minoritarias, pero que hay que tener en cuenta, como el economista Marc Ciria, socio de Diagonal Asset Manager, que también ha especulado con presentarse.

El derrumbe de Nike

Mientras la preocupación crece entre la autodenominada "sociedad civil", el FC Barcelona se debilita desde el punto de vista financiero. La salida a bolsa de Barça Media no solo se ha aplazado, sino que también obliga a apuntar 400 millones de pérdidas en las cuentas que el club está cerrando justo en este momento.

Laporta tenía otro salvavidas que era el acuerdo con Nike, que se ha de renovar ahora. El problema: Laporta apretó a la multinacional más allá de lo razonable. Incluso les amenazó con fabricar el propio club las camisetas de la próxima temporada, un verdadero despropósito. Y ahora Nike ya no está en disposición de mostrar la generosa chequera que salvó a otros presidentes. La pasada semana, la multinacional perdió un 19% de su cotización en bolsa. Y ahí sigue, un 20% por debajo, con una previsión de caída de ventas que supera el 10%. La empresa de las Air Jordan ya no conecta con la gente joven ni con la tendencia de llevar zapatillas deportivas para el día a día.

Nike ha entrado en crisis y ya no será el clavo ardiendo al que se agarre Laporta

La multinacional estadounidense ha perdido 28.000 millones de capitalización bursátil y está enfrascada en un plan de ajuste de costes de más de 2.000 millones de dólares que incluyen despidos en Estados Unidos. Sea como sea, el acuerdo con el FC. Barcelona ya no podrá ser la panacea que esperaba Laporta para salvarse en el último minuto.

En este contexto, la proliferación de grupos opositores entre el empresariado de Barcelona solo refleja la honda preocupación por el futuro del club. Pero todos son conscientes de que si la estrategia es la de Blancanieves y los siete enanitos, Laporta volverá a ganar las elecciones. Y en los cenáculos de la capital catalana se busca un aglutinador que agrupe a todos para armar una alternativa que permita pasar página, recuperar un ebitda positivo y refinanciar la deuda. En el fondo es la idea que anida en Barcelona Suma: aunar fuerzas y salvar la entidad.