Es noticia
El drama de Grifols: de aspirar a ser el 'Inditex catalán' a terminar como Telepizza
  1. Empresas
MASA CRÍTICA

El drama de Grifols: de aspirar a ser el 'Inditex catalán' a terminar como Telepizza

Grifols fue una punta de lanza de entender el capitalismo catalán: una forma de migrar de la típica empresa familiar hacia los mercados internacionales que ahora queda en entredicho

Foto: El ex presidente de Grifols, Víctor Grifols. (EFE/Alejandro García)
El ex presidente de Grifols, Víctor Grifols. (EFE/Alejandro García)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Malas noticias para el renacido capitalismo catalán, que se había mostrado especialmente dinámico en los primeros seis meses de este año. El anuncio de Grifols de que la familia fundadora estudia una opa de exclusión de la mano del fondo canadiense Brookfield es un mensaje muy negativo. Grifols había sido la punta de lanza de una nueva manera de entender el empresariado catalán. En términos bursátiles, Grifols era el Inditex catalán. Y ahora propone una OPA de exclusión que equipara su final bursátil con el vergonzante de Telepizza. Un proyecto industrial como Grifols no se merecía un final así.

La comparación con Inditex no es gratuita. La hizo el expresidente de la farmacéutica Víctor Grifols durante la junta de accionistas de 2016, cuando se despidió del puesto de consejero delegado. Recuperemos las palabras exactas de aquella junta: "Si hace diez años, cuando Grifols salió a bolsa, hubiesen invertido en Grifols y en una empresa que todos admiramos y conocemos, Inditex. Pues bueno, Inditex hubiera subido en estos diez años un 352,7%, pero los que invirtieron en Grifols, lo que están en esta sala, han visto cómo su inversión se ha revalorizado un 794%".

Luego, claro, están los detalles. Pequeños detalles. Como la deuda. La deuda financiera de Grifols en los resultados de 2015 que se aprobaron en aquella junta de accionistas sumaba 3.739 millones. Y hoy es el triple de esa cifra. En cambio, Inditex gozaba de una caja positiva ese año de 4.923 millones en 2016. Lo dicho, una pequeña diferencia. Ese tipo de anécdotas que marcan la distancia entre entrar en las cien mayores empresas por capitalización del mundo, como es el caso de la de Amancio Ortega, o acabar como Telepizza.

La referencia a Telepizza tampoco es gratuita. Cuando KKR la sacó de bolsa en 2019, la operación fue tan escandalosa que se acabó cambiando la ley para facilitar este tipo de operaciones. Ahora esa ley es la que permitirá, entre otras cosas, una oferta a la baja en la posible exclusión de Grifols.

Foto: Sede de Grifols en Barcelona. (EFE/Quique García)

Con los precios que están barajando —10 euros por acción quiere Brookfield y 13 euros la familia Grifols— los minoritarios y particulares de la compañía farmacéutica tendrán que asumir grandes pérdidas. Se supone que solo son el 5% del capital, según fuentes de la compañía. En la junta de 2016, en la que Víctor Grifols osó compararse con Inditex, la acción valía 25 euros. Esta semana apenas ha superado los 10 euros, y eso reconociendo que se estudia la OPA.

Y en términos más financieros las perspectivas tampoco son mejores. Moody's ya anunciado que deja de valorar Grifols por considerar que la información que da la emrpesa es "insuficiente o inadecuada". Y esto unido a las dimisiones de dos integrantes del consejo de administración: Claire Giraut y Carina Szpilka no augura que la OPA de exclusión vaya a ser tranquila. Es algo más que una sensación de fin de ciclo.

Minoritarios indefensos

Los minoritarios se encuentran indefensos. Los efectos del ataque de Gotham City sobre Grifols han seguido afectando al valor. La Generalitat, que tan rápido apoyó a la familia Grifols tras las denuncias de Gotham, ahora se ha limitado a señalar que "seguiremos la situación atentamente".

La realidad es que no puede hacer nada. Antaño la Generalitat tenía un consejero en la CNMV. El último fue el economista Oriol Amat, que dejó el cargo para integrar la candidatura de Junts Pel Sí en 2015 y declarar la independencia en 2017. Desde entonces, nada. Del mismo modo, se ha perdido el consejero en el Banco de España y tampoco habrá consejero catalán en la nueva Comisión Nacional de Energía.

La Generalitat carece de representación en la CNMV para proteger a los minoritarios

La Generalitat se ha negado a tratar con el PP estos cargos, lo que sí está haciendo el Gobierno de Pedro Sánchez. Y se da prioridad a las conversaciones para sacar a Cataluña del régimen común, una operación que no puede negociarse en los 43 días que quedan para investir un presidente. Pero esa tendencia ha marcado toda la política catalana: se renuncia a lo factible para negociar lo imposible.

Ahora la CNMV deberá aprobar el precio equitativo que marcará la OPA de exclusión sobre Grifols y la Generalitat no tiene a nadie allí. Los catalanes que creyeron que podían comprar acciones del Inditex catalán saldrán trasquilados.

El Gobierno también dirá la suya porque puede intervenir en la OPA al ser Grifols una empresa más estratégica que Telefónica. Pero difícilmente eso servirá para proteger a los minoritarios.

Mal momento

El momento para hacer el anuncio ha sido el peor en términos de contexto catalán. La misma semana que Puig entraba en el Ibex-35, solo hace dos meses que cotiza, los Grifols anunciaron que estudiaban su OPA de exclusión. Puig, una empresa familiar, como Grifols. Que llega al Ibex-35, como Grifols; que separa sus títulos entre acciones A y acciones B, como Grifols. Tras salir a bolsa en 2006, el final elegido por los Grifols 18 años después no podía resultar más decepcionante.

Grifols había marcado un camino. Un año después de que el gigante de hemoderivados llegase al mercado, en 2007 saltó al parqué Fluidra, otra empresa familiar catalana, hoy en el Ibex-35. También ese año lo hizo Almirall. Más tarde se apuntó Sol Daurella con Coca-Cola European Partners. La aseguradora Occident, ya llevaba tiempo en esa alternativa. La apuesta de Grifols parecía señalar que la senda para el empresariado catalán era esa y no Agrolimen, cuyo ejemplo habían seguido grupos, sobre todo de alimentación, como Valls Companys. Que Grifols deje de ser Grifols para convertirse en una Agrolimen del sector farmacéutico no deja de ser la peor noticia para acabar el curso. El Inditex catalán no merecía acabar así.

La sección Masa Crítica dejará de publicarse cada sábado hasta el mes de septiembre, coincidiendo con el período estival.

Malas noticias para el renacido capitalismo catalán, que se había mostrado especialmente dinámico en los primeros seis meses de este año. El anuncio de Grifols de que la familia fundadora estudia una opa de exclusión de la mano del fondo canadiense Brookfield es un mensaje muy negativo. Grifols había sido la punta de lanza de una nueva manera de entender el empresariado catalán. En términos bursátiles, Grifols era el Inditex catalán. Y ahora propone una OPA de exclusión que equipara su final bursátil con el vergonzante de Telepizza. Un proyecto industrial como Grifols no se merecía un final así.

Grifols Industria farmacéutica Bolsas
El redactor recomienda