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Los Santos se estrellan con su nuevo hotel en Valencia: denuncia por acoso y obras ilegales
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Los Santos se estrellan con su nuevo hotel en Valencia: denuncia por acoso y obras ilegales

La presidenta de la socimi familiar, Ana Isabel Santos, declara este lunes tras una querella por acoso inmobiliario de tres inquilinos octogenarios de un céntrico edificio

Foto: El edificio residencial que la familia Santos quiere transformar en hotel. (V.R.)
El edificio residencial que la familia Santos quiere transformar en hotel. (V.R.)
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La familia Santos lleva siete años atascada en el desarrollo de un ambicioso proyecto hotelero de lujo en el centro de Valencia. Los propietarios de la cadena Hoteles Santos se han topado con la resistencia de tres inquilinos octogenarios de un edificio céntrico residencial de nueve plantas y entresuelo que contaban con contratos indefinidos de arrendamiento y no están dispuestos a abandonar los pisos en los que viven desde hace décadas.

Estos particulares han presentado una querella conjunta contra la socimi familiar que agrupa los activos de los Santos y es propietaria del inmueble, Nordeste Properties, por mobbing inmobiliario. "Están sufriendo un grave hostigamiento y acoso por parte de la entidad arrendadora de su vivienda que les impide el libre y pacífico disfrute de su domicilio, además de grave perjuicio a su salud física y mental, con la intención última de que abandonen la vivienda", según la demanda interpuesta.

La presidenta de la socimi, Ana Isabel Santos Tejedor, una de los ocho hermanos que heredaron el imperio hotelero del fundador José Luis Santos, ha sido citada para declarar este lunes 15 de julio por el juzgado de instrucción número 8 de Valencia, que instruye la demanda penal, según la providencia a la que tuvo acceso El Confidencial.

No es el único procedimiento vivo que la mercantil tiene en marcha para intentar vaciar por complejo el edificio, adquirido en 2017 a Generali, y poder completar las obras de transformación. Aunque la mayor parte de los bajos comerciales están ahora ocupados, todos menos uno tienen contratos de alquiler temporales. El único que contaba con uno indefinido es el de una zapatería histórica del barrio a cuyos regentes ha tratado de desahuciar la familia Santos por la vía judicial. La familia hotelera ganó en primera instancia, pero la Audiencia de Valencia ha dado la razón a los arrendados y ha reconocido su derecho a permanecer en el local, según fuentes legales. Nordeste ha recurrido en casación al Tribunal Supremo, que todavía no se ha pronunciado.

Foto: El Gran Hotel Miramar de Málaga.

Los trabajos de acondicionamiento del inmueble de 10.000 metros cudrados, ubicado en un lugar privilegiado de la ciudad, chaflán entre las calles San Vicente Mártir y María Cristina, con el vértice de la fachada enfocado a la entrada de la Plaza del Ayuntamiento, también han recibido advertencias de los servicios de inspección municipales de Urbanismo, por no tramitarse conforme a la norma.

Cambio de uso

La intención de la familia es propiciar un cambio de usos del actual residencial a terciario con el fin reconvertir el edificio en un hotel de lujo de cinco estrellas. Sería el segundo establecimiento de máxima categoría que los Santos explotan en la ciudad. El primero es el Hotel Las Arenas, ubicado a escasos metros de la arena de la playa del mismo nombre, a la altura del barrio del Cabañal.

Foto: El edificio de viviendas en construcción. (Europa Press/Eduardo Parra)

Precisamente este hotel fue cerrado hace dos semanas para acoger a los más de seiscientos invitados a la boda del empresario del transporte, Esteban Rivas, y Natalia Santos, hija de uno de los hermanos, José Luis. Fue el acontecimiento social del fin de semana en Valencia. Al enlace asistieron como invitados numerosos empresarios y personalidades públicas, como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida y su mujer Teresa Urquijo; el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, el naviero Vicente Boluda o Luis Alfonso de Borbón y su mujer, María Margarita Vargas.

Lo que muchos de ellos quizás no sabían es que a poca distancia de donde se festejaba el compromiso de la pareja se está librando una batalla en la que tres personas de avanzada edad pelean por poder seguir viviendo en su casa de toda la vida al tiempo que denuncian malas artes de su nuevo casero. Una mujer de 84 años de edad y su hijo, de 59 años de edad y con una discapacidad reconocida superior al 66%, ambos pensionistas; una viuda, de 82 años de edad, también pensionista y con secuelas de un ictus reciente; y otro señor viudo, de 87 años, han presentado una querella compartida en la que argumentan que los propietarios "han tratado de atemorizar y generar un más que notorio estado de ansiedad a los inquilinos, causándoles graves perjuicios a su salud mental, coaccionándoles para que abandonen sus viviendas, los cuales temen no solo por su seguridad inmediata, sino por el aciago futuro de indigencia y pobreza que les atenaza si les desalojan de su vivienda, en la que ha vivido desde hace décadas", señala la demanda.

En el escrito se revela, además, que en febrero de 2024, los servicios de inspección del Ayuntamiento de Valencia ordenaron paralizar obras en el interior del inmueble por considerar que excedían la licencia solicitada por el procedimiento de Declaración Responsable en Edificio Protegido (DERE) en diciembre de 2023. Los denunciantes sostienen que Nordeste tramitó un expediente como si el edificio estuviera deshabitado, cosa que no era cierta, y que pese a esa orden de paralización de obras, "no han cesado de derribar paredes y otros elementos del edificio, sacando escombros de manera manual por parte de al menos tres operarios, con la supervisión de un capataz o aparejador, sin usar contenedor para depositar los escombros, sino que los van acumulando y regularmente los sacan hasta una furgoneta u otros vehículos", señalan.

placeholder El Ayuntamiento de Valencia ha paralizado obras en el interior del edificio de la familia Santos.
El Ayuntamiento de Valencia ha paralizado obras en el interior del edificio de la familia Santos.

"Tras tres meses de intensas obras, ruidos y severas molestias, sin acreditar licencia para ello, con evidente falsedad ante los servicios de inspección del Ayuntamiento de Valencia y la Policía Local, en aras de provocar miedo a los arrendatarios, enormes molestias a primeras horas de cada día y de las tardes, recordemos todos octogenarios, la propiedad comunica mediante correo electrónico en fecha de viernes 8 de marzo a las 12:53 horas, con insultante hipocresía, la 'preocupación por el estado del edificio y el riesgo para su seguridad'", insiste el relato de la querella. Han mentido sobre la detención de las obras y de la motivación para pararlas, pues ha sido el propio Ayuntamiento quien las ha paralizado, incumplido flagrantemente una expedita y directa orden de paralización de la obra, realizando trabajos tras el 16 de febrero de 2024. Han negado la verdadera naturaleza de las obras realizadas, con la más absoluta opacidad tanto con los inquilinos como con el Ayuntamiento de Valencia y la Policía Local", abundan.

El Confidencial se ha puesto en contacto con la agencia de comunicación de Hoteles Santos para conocer su versión de estos hechos, aunque al cierre de esta edición no ha habido respuesta. Esta batalla en Valencia coincide con los planes de la familia de sacar a cotización en el mercado su Socimi. Nordeste Properties ha presentado una valoración total de 629 millones de euros, después de haber recibido la aprobación por parte de Bolsas y Mercados Españoles (BME). En su cartera figuran, además del Hotel Las Arenas de Valencia, el Gran Hotel Miramar Málaga, Hotel Porta Fira Barcelona, Hotel Nixe Palace Palma Mallorca, Hotel Praga Madrid, Hotel Santemar Santander, Hotel Agumar Madrid, Hotel Val de Neu Baqueira, Hotel Saray Granada, Hotel Nelva Murcia, Hotel Maydrit Airport y Hotel Diagonal Plaza Zaragoza.

El del centro de Valencia sería un valioso activo en caso de ser explotado, pero los Santos no pueden ahora tramitar el cambio de usos de residencial a terciario con la moratoria aprobada por unanimidad el Ayuntamiento de Valencia que encabeza la popular María José Catalá para el barrio de Ciutat Vella. Solo sería posible hacerlo si estuviera completamente vacío. "Consecuentemente, la propiedad precisa desalojar a los actuales moradores del edificio para tratar de obtener ese cambio de uso que le permita la conversión del edificio en un hotel de cinco estrellas de la cadena hotelera Santos, como es su objetivo", dicen los denunciantes.

La familia Santos lleva siete años atascada en el desarrollo de un ambicioso proyecto hotelero de lujo en el centro de Valencia. Los propietarios de la cadena Hoteles Santos se han topado con la resistencia de tres inquilinos octogenarios de un edificio céntrico residencial de nueve plantas y entresuelo que contaban con contratos indefinidos de arrendamiento y no están dispuestos a abandonar los pisos en los que viven desde hace décadas.

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