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El consorcio húngaro prepara una batalla legal contra el Gobierno para defender su opa a Talgo
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Estudia lanzar una demanda en el TS

El consorcio húngaro prepara una batalla legal contra el Gobierno para defender su opa a Talgo

Ganz-Mavag Europe, inversor participado por un fondo estatal del país gobernado por Víktor Orban, prevé acudir a los tribunales si finalmente el Ejecutivo rechaza su propuesta de adquisición del fabricante de trenes

Foto: El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, saluda al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. (Reuters Jon Nazca)
El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, saluda al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. (Reuters Jon Nazca)
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El consorcio húngaro interesado en la compra de Talgo prepara una batalla legal contra el Gobierno. Fuentes al tanto de los planes de Ganz-Mavag Europe, el conglomerado participado por la empresa Magyar Vagon y un fondo de titularidad pública del país liderado por Viktor Orbán, señalan que si finalmente el Ejecutivo se niega a aceptar su propuesta de OPA sobre el fabricante de trenes, pedirán responsabilidades ante los tribunales españoles y europeos.

La firma liderada por András Tombor y György Bacsa ha contratado a dos de los bufetes de abogados más destacados en España: J&A Garrigues y CMS Albiñana & Suárez de Lezo para contar con asesoramiento legal de primer nivel a la hora de conformar su propuesta de compra sobre la empresa fundada por la familia Oriol.

Hasta ahora, Magyar Vagon ha tratado de sacar adelante su propuesta de compra sobre Talgo desde una aproximación amistosa. Sin embargo, a la vista de los acontecimientos y del rechazo mostrado por el Ejecutivo, ya no descarta defender sus intereses en los tribunales. El hito que desataría esta vía sería una respuesta negativa de la solicitud realizada a la Junta de Inversiones Exteriores, que debe pronunciarse en las próximas semanas. La fecha límite está fijada para mediados de agosto. Los servicios legales contratados por el consorcio húngaro creen que una negativa, bien expresa, bien por silencio administrativo, no se ajustaría al derecho español ni comunitario.

Los húngaros cuentan con el beneplácito de los accionistas de la empresa (Trilantic, la familia Oriol, etc.), que ven con buenos ojos la compra del 100% de la compañía a cinco euros por acción en efectivo (617 millones de euros en total). También los sindicatos están de acuerdo con la operación, después de que se les garantizara la carga de trabajo en España. Además, cuenta con el beneplácito de la dirección de Talgo, ya que Magyar Vagon les mantendría al frente de la firma, que continuaría teniendo sus sedes en sus actuales ubicaciones nacionales. Incluso el Gobierno vasco, donde está la fábrica principal del ensamblador de trenes, vería la operación con buenos ojos. Por otro lado, el propio András Tombor se abrió a que la operación cuente con socios españoles.

placeholder El empresario András Tombor ofrece una rueda de prensa, en el Hotel Wellington, el 3 de julio de 2024, en Madrid (España). (Gustavo Valiente / Europa Press)
El empresario András Tombor ofrece una rueda de prensa, en el Hotel Wellington, el 3 de julio de 2024, en Madrid (España). (Gustavo Valiente / Europa Press)

Sin embargo, el Gobierno central ha rechazado desde el inicio esta operación por los vínculos directos que tiene el consorcio con el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, considerado líder de la derecha populista más cercana a Vladímir Putin. Moncloa ha sondeado todas las opciones posibles para buscar una OPA competidora. Sin embargo, lo máximo que ha logrado ha sido que el grupo checo Skoda se interese por una posible integración de negocios que valoraría Talgo muy por debajo de la propuesta húngara, aseguran fuentes al tanto de las conversaciones que ha tenido con la propia Moncloa.

El temor de los accionistas de Talgo y de la propia Magyar Vagon es que finalmente el Gobierno rechace la operación y, ante la situación de crisis de valor e industrial en la que entraría el fabricante de trenes, aparezca una operación rescate liderada por Skoda con Criteria Caixa y Escribano de garantes de la españolidad.

Foto: El empresario del consorcio húngaro Ganz-Mavag András Tombor. (Europa Press/Gustavo Valiente)

El mercado descuenta que durante el mes de agosto, el Ministerio de Economía tendrá que pronunciarse sobre esta operación. Aunque Tombor estimó que la fecha límite sería el 10 de agosto, otras fuentes creen que la toma de decisión podría irse hasta alrededor del 25 de agosto. Una de las maniobras que creen las fuentes consultadas que podría intentar el Gobierno es evitar realizar pronunciamiento alguno. Es decir, rechazar la operación de forma indirecta a través del silencio administrativo. Este escenario evitaría al Ejecutivo tener que motivar su decisión, algo que podría serle aún más complicado de justificar.

Pasos para la batalla en el Supremo

Pese a las diferencias políticas entre el Gobierno de Sánchez y el de Orbán, fuentes próximas a Magyar Vagon creen que su propuesta no tiene ninguna fisura legal para que pueda ser rechazada basándose en la legislación que aplica a una operación de este tipo. Por eso, los pasos a dar en caso de silencio administrativo serían varios. El primero sería preguntar a la Dirección General de Comercio Internacional e Inversiones (Ministerio de Economía) por el estado de este expediente.

En caso de no obtener respuesta o que esta no fuera satisfactoria, se dirigirían a la CNMV para que resolviera sobre el caso, ya que sin el permiso gubernamental no pueden lanzar la OPA sobre la cotizada. La petición al Ejecutivo se solicitó el pasado 7 de marzo, pero se ha ido retrasando por las peticiones de información solicitadas por Comercio, que alargan el proceso.

Con los trámites administrativos cumplimentados, el consorcio húngaro y sus abogados estarían en disposición de lanzar un recurso ante el Tribunal Supremo para pedir amparo, sin que se descarte acudir a otras vías en Europa. El propio Tombor confirmó públicamente en Madrid que, aunque no era su opción prioritaria, cuentan con las herramientas necesarias para dar la batalla jurídica.

Según publica La Vanguardia, "la opción de rechazar la opa húngara ha suscitado debate jurídico en el seno del Gobierno. El veto podría abrir la vía a un conflicto judicial; el Gobierno está dispuesto a asumirlo".

Foto: Tren de Talgo. (EFE/Clemens Bilan)

Pese a los intentos de acercamiento amistoso, Magyar Vagon ya ha empezado a confrontar la situación. El pasado 18 de julio, la firma pidió amparo a la CNMV ante lo que considera son injerencias sobre su propuesta de compra con el interés mostrado por Skoda de fusionarse con Talgo sin lanzar una OPA competidora, algo que consideran sería una operación irregular cuando ya hay una propuesta de compra encima de la mesa. También Talgo ha pedido por carta a Skoda que revele cuáles son sus intenciones antes del 25 de julio.

Solución industrial

Mientras se da esta batalla, aún incipiente, los inversores húngaros y fuentes próximas a Talgo no paran de recordar que la compañía necesita de forma inmediata capacidad productiva, que a día de hoy no tiene, y que puede tener un impacto muy negativo en la compañía en el corto plazo. La falta de entrega de los pedidos en tiempo y forma podría llevar a sus clientes a desistir de ellos, lo que implicaría que los bancos ejecutarían las garantías aportadas por los mismos. Además, perdería la opción de participar en futuros concursos. Magyar Vagon asegura que su propuesta permite dar a Talgo la capacidad productiva que ahora no tiene, algo que suscita muchas dudas entre otros competidores del sector ferroviario. Según La Vanguardia, cuando el Gobierno ha requerido conocer las instalaciones físicas, la respuesta no ha convencido.

El sector ferroviario vive un momento de auge a nivel mundial por el impulso que gobiernos de todo el planeta quieren dar a este medio de transporte, lo que está haciendo que los fabricantes tengan pedidos que muchos no son capaces de abarcar. Los inversores húngaros aseguran que esto es lo que le estaría sucediendo a Talgo y que, de no mediar una solución, puede acabar muriendo de éxito.

Mientras el reloj corre en contra de la empresa, sus accionistas y sus 3.300 trabajadores, el Gobierno tiene el problema de permitir que un inversor directamente participado por el Estado húngaro (el fondo público Corvinus detenta el 45% del consorcio de la OPA) adquiera una empresa que considera estratégica.

Pero mientras la vertiente de encaje industrial y económico parece favorecer al consorcio húngaro, la vertiente política enturbia la situación. Viktor Orbán está cada vez más aislado en la Unión Europea. A su llegada a la presidencia rotatoria de la UE, lo primero que ha hecho el mandatario de Europa del Este ha sido fijar en su agenda reuniones con Putin, que mantiene, dos años y medio después, la invasión de Ucrania. Y lo propio ha hecho con Donald Trump, máximo exponente de la derecha populista, cuya victoria en las próximas presidenciales de noviembre es uno de los mayores temores que afronta en estos momentos Bruselas y la mayor parte de los socios de la OTAN.

El consorcio húngaro interesado en la compra de Talgo prepara una batalla legal contra el Gobierno. Fuentes al tanto de los planes de Ganz-Mavag Europe, el conglomerado participado por la empresa Magyar Vagon y un fondo de titularidad pública del país liderado por Viktor Orbán, señalan que si finalmente el Ejecutivo se niega a aceptar su propuesta de OPA sobre el fabricante de trenes, pedirán responsabilidades ante los tribunales españoles y europeos.

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