El PP tiene a tiro de piedra la mayoría absoluta (38 escaños). Ni Quintana, del Bloque, ni Pérez Touriño, del PSOE, logran atraer al electorado.

El presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, ha convocado las elecciones al Parlamento Gallego para el próximo 19 de junio, un adelanto electoral que, tal y como publicaba el miércoles El Confidencial, le pidió el propio Mariano Rajoy a tenor de los buenos resultados que aportan las encuestas que maneja el PP –entre 36 y 39 escaños, cuando la mayoría absoluta está en 38-, y para aprovechar el momento de división que atraviesa el Bloque Nacionalista Gallego.

De hecho, anteayer Rajoy fue el primero –al margen de los consejeros de la Xunta- en enterarse, por boca del propio Fraga, de la decisión del presidente gallego. Los sondeos, que hace unos meses eran pesimistas para las aspiraciones del PP gallego, ahora son favorables y la tendencia que marcan es de mejora, motivo por el que el propio Rajoy, tal y como contó este diario, le pidió a Fraga que anticipara los comicios a antes del verano.

La división del Bloque, que ha puesto a esta formación política en manos de Anxo Quintana tras la dimisión de su líder y fundador Xosé Manuel Beiras, y el poco conocimiento unido a una imagen no muy positiva que los electores tienen del candidato socialista, Emilio Pérez Touriño, han llevado al PP a manejar en su favor la capacidad de decidir la fecha electoral, evitando así, además, que el PSOE reaccione contra uno de los argumentos de campaña, la falta de inversiones.

El PP temía que, aprovechando la presentación de los Presupuestos del Estado de 2006 el próximo mes de octubre, el Gobierno anunciara un ambicioso plan de inversiones que sustituyera al Plan Galicia que aprobó el PP y que ahora el nuevo Gobierno socialista ha dejado prácticamente en nada, lo que la Xunta está utilizando como un rentable argumento victimista: “Zapatero abandona a los gallegos tras haberse aprovechado del desastre del 'Prestige'”.

De hecho, el PP gallego tiene intención de ‘empapelar’ Galicia con la imagen del Presidente del Gobierno y la acusación de haber dejado a aquella Comunidad Autónoma sin inversiones mientras se atienden las reclamaciones de los socios parlamentarios del PSOE, es decir, de ERC. Los dos vicepresidentes de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo y José Manuel Barreiro, así como el secretario general del PpdeG, Jesus Palmou, ayudaron a Rajoy a convencer a Fraga.