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El banco de inversión echa un jarro de agua fría sobre el PEIT. Su último informe critica abiertamente el plan porque tiene un claro sesgo electoral y su financiación es dudosa salvo que se produzca una subida de impuestos.
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El banco de inversión echa un jarro de agua fría sobre el PEIT. Su último informe critica abiertamente el plan porque tiene un claro sesgo electoral y su financiación es dudosa salvo que se produzca una subida de impuestos.

El Gobierno ratificó el pasado viernes en Consejo de Ministros el ambicioso y publicitado Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes (PEIT) de José Luis Rodríguez Zapatero

El Gobierno ratificó el pasado viernes en Consejo de Ministros el ambicioso y publicitado Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes (PEIT) de José Luis Rodríguez Zapatero y su ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Las constructoras e, incluso, los sindicatos lo aplaudieron sin reparo, pero ese mismo día el prestigioso banco de inversión Morgan Stanley presentaba un informe en el que ponía en tela de juicio las supuestas bondades de este plan: “No es sostenible en el tiempo”, aseguran sus expertos.

Con el PEIT, el Gobierno quiere cambiar “el obsoleto concepto de las infraestructuras centralistas, acortar las distancias entre los ciudadanos y mejorar la relación entre los distintos territorios”, según palabras de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. Un ambicioso objetivo que los propios expertos de Morgan detallan en el documento que han elaborado y en el que afirman que la intención del Ejecutivo es que “el 90% de la población esté a menos de 50 kilómetros del tren de alta velocidad y el 94%, a menos de 30 kilómetros de una autopista”.

Altas miras para un plan que, en opinión de los autores del informe “no parece viable” por varios motivos. El principal es la financiación. El PEIT presenta un programa de inversiones de 241.000 millones de euros para el periodo 2006-2020, que reemplaza al anterior, que contemplaba 114.000 millones entre 2000 y 2006, y otros 30.000 millones en los tres ejercicios siguientes. El 60% de la multimillonaria inversión será, en principio, financiado por los Presupuestos Generales del Estado, mientras que el 40% restante lo impulsarán sociedades mixtas (Public Private Partnership).

Un Plan “sorprendentemente largo”

Morgan Stanley afirma, sin embargo, que “el Plan cubre un periodo sorprendentemente largo”. Normalmente, los fondos están aprobados para periodos de 4-5 años, pero con el PEIT “el Gobierno se ha comprometido a largo plazo para obtener ganancias a corto”, señalando las próximas elecciones generales, que suponen tendrán lugar previsiblemente a finales de 2007 o principios de 2008, como el objetivo oculto del Plan. Después de los comicios, si la financiación se complica, “el plan podría verse amenazado o desechado”.

Además, los expertos del banco de inversión vaticinan que las compañías privadas no van a realizar las inversiones requeridas, a pesar de que la patronal CEOE ha presentado un plan en el que se compromete a financiar 23.500 millones de euros entre 2006 y 2012 -una cifra 20.000 millones inferior a la cifra necesaria, según el propio PEIT-. O sea, “el 50% de las PPP necesitarán de financiación pública, elevando ésta al 80%”, se señala en el informe.

El Gobierno ratificó el pasado viernes en Consejo de Ministros el ambicioso y publicitado Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes (PEIT) de José Luis Rodríguez Zapatero y su ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Las constructoras e, incluso, los sindicatos lo aplaudieron sin reparo, pero ese mismo día el prestigioso banco de inversión Morgan Stanley presentaba un informe en el que ponía en tela de juicio las supuestas bondades de este plan: “No es sostenible en el tiempo”, aseguran sus expertos.