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La explosión de dos artefactos en Barcelona en los últimos días ha sido la carta de presentación en España de un terrorismo que se creía ‘desactivado’, el anarquista. Un informe de la Policía alertaba ya hace cuatro meses sobre un posible rebrote del mis
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La explosión de dos artefactos en Barcelona en los últimos días ha sido la carta de presentación en España de un terrorismo que se creía ‘desactivado’, el anarquista. Un informe de la Policía alertaba ya hace cuatro meses sobre un posible rebrote del mis

“Puesto que persisten ciertas circunstancias que motivan el activismo terrorista de estos grupos [anarquistas] es previsible la continuación de este tipo de acciones en un futuro”.

“Puesto que persisten ciertas circunstancias que motivan el activismo terrorista de estos grupos [anarquistas] es previsible la continuación de este tipo de acciones en un futuro”. Un informe reservado de la Comisaría General de Información, al que ha tenido acceso El Confidencial, alertaba así a los máximos responsables del Ministerio del Interior sobre la posibilidad de un rebrote de este tipo de terrorismo en España, a pesar de que en el mismo documento se reconocía que su actividad se había “reducido sensiblemente” tras la detención de tres de sus células en el año 2003.

El informe, fechado a finales del pasado mes de abril, destacaba además que “las zonas geográficas más proclives a la aparición de nuevos grupos anarcoinsurrecionalistas violentos siguen siendo las provincias de Madrid, Barcelona, Valencia y Burgos, lugares que coinciden con el lugar de residencia del mayor número de activistas de este movimiento y, en general, del movimiento antisistema en nuestro país”.

Los expertos de la lucha antiterrorista reconocen que dicha localización no es impedimento para que estas células actúen en otros lugares de España: “La utilización del envío de paquetes-bomba por parte de estos grupos hace posible la comisión de esta modalidad de acción desde sus zonas de implantación contra objetivos ubicados en cualquier otro lugar de España u otro país”.

Conexión con grupos italianos y griegos

Lo que más preocupa a la Policía de estos pequeños grupos terroristas es su estrecha relación con otros similares de Europa, en concreto de Grecia e Italia. “Existe un grupo ideológico común dentro del movimiento anarcoinsurrecionalista europeo que, si bien no se ha plasmado en la creación de una organización armada unitaria de ámbito internacional, sí ha logrado un nivel de cooperación informal con la formación de grupúsculos autónomos con objetivos comunes (…) que siguen las indicaciones de ciertos ideólogos”, se señala en el documento.

En concreto, sobre las conexiones con terroristas anarquista italianos, se destaca que numerosos activistas españoles han viajado a Italia en los últimos años y viceversa, sobre todo a partir de 1999, año en el que se producen los primeros atentados contra intereses italianos en España, hasta establecer entre los grupos de ambas nacionalidades lo que la Policía califica de “canales de comunicación permanentes y fluidos”.

“Como consecuencia de estas relaciones -se lee en el texto de la Comisaría General de Información-, los grupos anarcoinsurreccionalistas de los dos países han perpetrado acciones terroristas contra intereses del otro país (…) en solidaridad con las reivindicaciones de sus homólogos”. De hecho, los recientes atentados de Barcelona contra la sede del Instituto Italiano de Cultura y el concesionario de automóviles de una marca de automóviles de este país en la Ciudad Condal se han producido semanas después de la detención en la propia capital catalana de varios anarquistas italianos en el transcurso de una manifestación.

El líder, en una cárcel española

Los expertos destacan como prueba de esta colaboración que, en el caso de todas las células desarticuladas en España, siempre al menos uno de sus miembros mantenía contactos, “bien directamente o a través de sus presos”, con miembros de la transalpina Organización Revolucionaria Anarquista Insurrecionalista (ORAI) encarcelados en España, algunos de ellos por la comisión de delitos comunes.

“Puesto que persisten ciertas circunstancias que motivan el activismo terrorista de estos grupos [anarquistas] es previsible la continuación de este tipo de acciones en un futuro”. Un informe reservado de la Comisaría General de Información, al que ha tenido acceso El Confidencial, alertaba así a los máximos responsables del Ministerio del Interior sobre la posibilidad de un rebrote de este tipo de terrorismo en España, a pesar de que en el mismo documento se reconocía que su actividad se había “reducido sensiblemente” tras la detención de tres de sus células en el año 2003.