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El vaso de la crispación política ha terminado por rebosar tras el incendio de Guadalajara. El incidente protagonizado por el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba y el popular Rafael Hernando en el Congreso tras un debate sobre el trágico suceso no es el ú
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El vaso de la crispación política ha terminado por rebosar tras el incendio de Guadalajara. El incidente protagonizado por el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba y el popular Rafael Hernando en el Congreso tras un debate sobre el trágico suceso no es el ú

José Luis Rodríguez Zapatero brindaba con su homólogo de la República Popular de China, Wen Jiabao, a miles de kilómetros de distancia de Madrid mientras su

Foto: El vaso de la crispación política ha terminado por rebosar tras el incendio de Guadalajara. El incidente protagonizado por el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba y el popular Rafael Hernando en el Congreso tras un debate sobre el trágico suceso no es el ú
El vaso de la crispación política ha terminado por rebosar tras el incendio de Guadalajara. El incidente protagonizado por el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba y el popular Rafael Hernando en el Congreso tras un debate sobre el trágico suceso no es el ú

José Luis Rodríguez Zapatero brindaba con su homólogo de la República Popular de China, Wen Jiabao, a miles de kilómetros de distancia de Madrid mientras su partido y el principal grupo de la oposición se enzarzaban en la enésima trifulca de la presente Legislatura. Su rostro sonriente de ayer contrastaba con las caras de pocos amigos que sus correligionarios y los dirigentes del PP mostraban a las cámaras. Ambos partidos se echaban la culpa del lamentable incidente que el día anterior habían protagonizado en los pasillos del Congreso el diputado del PP Rafael Hernando y el portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Un incidente que ha venido a colmar el vaso de la incomunicación entre los dos principales partidos. Ayer se sucedieron las declaraciones y las comparecencias, pero ni Hernando ni Rubalcaba se mostraron dispuestos a pedirse mutuas disculpas. La razón es que ni siquiera concuerdan las versiones. La de Hernando, coincidente con la de varios diputados del PP testigos de los sucesos e, incluso, receptores de la supuesta provocación del portavoz socialista, dice que “Rubalcaba se dirigió a varios diputados del PP y dándose golpes con la mano en la cara nos llamó ‘caraduras’ y ‘mentirosos’, pero a mí me señaló y me dijo que, además, estaba fingiendo”. Hernando acababa de llegar del funeral de una de las víctimas, amigo de la familia del diputado popular.

Este extremo, según contaba ayer en petit comité el diputado del PP, lo conocía la vicepresidenta primera del Congreso, Carme Chacón -que aparece sujetándole en las imágenes del incidente-, a quién se lo comunicó el martes. Y lo sabían la mayoría de los diputados de su grupo e, incluso, algunos del PSOE, por lo que supone que también lo conocía Rubalcaba, de ahí que Hernando interpretara que esa afirmación de que estaba “fingiendo” se refería al dolor por las víctimas, aunque “en ningún caso pretendí agredirle, sino únicamente encararme con él”.

Rubalcaba lo niega y el PSOE culpa a Rajoy

Extremos éstos que Rubalcaba niega. El portavoz socialista aseguró ayer desconocer ese hecho, y ni siquiera recordaba haberle dicho a Hernando que fingía, es más, lo desmintió, aunque sí reconoció haberse dirigido, en general, al PP para reprochar su actitud en el Pleno de la Diputación Permanente. Rubalcaba explicó que utilizó el término “fingir” en un contexto político y no personal.

Los socialistas insisten en que el intento de agresión que sufrió ayer su portavoz en el Congreso no es un hecho aislado, sino que forma parte de una estrategia perfectamente diseñada y orquestada por la dirección del PP, “que se sigue empeñando en reeditar las malas formas del pasado”, dice un dirigente del PSOE. Según esa tesis, el PP habría acudido ayer a la reunión de la Diputación Permanente del Congreso con el propósito de montar bronca y generar crispación.

Según han comentado algunos diputados del grupo parlamentario socialista a este diario, el propio portavoz del PP, Eduardo Zaplana, animaba a Ignacio Echaniz, portavoz del grupo en la Diputación Permanente, a seguir hablando mientras el presidente de la Cámara, Manuel Marín, le llamaba la atención, con el objeto de provocar su expulsión. Varios diputados socialistas aseguran haber oído decir a Zaplana desde el escaño y mirando a Marín: “Expúlsale si te atreves”.

José Luis Rodríguez Zapatero brindaba con su homólogo de la República Popular de China, Wen Jiabao, a miles de kilómetros de distancia de Madrid mientras su partido y el principal grupo de la oposición se enzarzaban en la enésima trifulca de la presente Legislatura. Su rostro sonriente de ayer contrastaba con las caras de pocos amigos que sus correligionarios y los dirigentes del PP mostraban a las cámaras. Ambos partidos se echaban la culpa del lamentable incidente que el día anterior habían protagonizado en los pasillos del Congreso el diputado del PP Rafael Hernando y el portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.