Al ministro del Interior le espera un verano caliente si mañana, en la reunión del Consejo de la Policía, no consigue calmar los ánimos de los representantes sindicales del Cuerpo Nacional de la Policía. Dos organizaciones han anunciado ya que o se paga

El pasado 5 de abril, el ministro del Interior, José Antonio Alonso, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, y el director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, convocaban a los medios de comunicación en la madrileña sede del departamento para que fueran testigos de la rúbrica de un histórico acuerdo salarial con los sindicatos de Policía. Los rostros sonrientes de los firmantes aquel día, que llegaron a unir sus manos al más puro estilo mosquetero, se ha tornado cinco meses después en desconfianza y en la amenaza de una huelga de celo a partir del 1 de agosto.

El motivo: los aproximadamente 100 euros mensuales que cada agente, en virtud de la letra de aquel acuerdo, debería haber cobrado desde enero con carácter retroactivo y que aún no han engrosado su sueldo. “Cuando lo firmamos nos dijeron que la subida se plasmaría en las nóminas de junio, luego que sería en las de julio, más tarde que en las de agosto, y estamos a punto de entrar en este mes y aún no se han hecho las modificaciones legislativas pertinentes para que sea posible. Nadie nos da explicaciones, por ello hemos pedido a nuestros afiliados y a todos los policías que a partir del 1 de agosto trabajen a reglamento”, asegura a El Confidencial José Manuel Sánchez Fornet, secretario general del Sindicato Unificado de la Policía (SUP), el mayoritario en el Cuerpo.

A la propuesta -cuyo lema es “Cumple según cumplen: si no pagan, no trabajes”- se ha unido otra organización sindical, la Unión Federal de la Policía (UFP), uno de cuyos dirigentes aseguraba a este diario que “la huelga de celo no va a ser la única medida de presión que pondremos en marcha. Si en septiembre todavía no se ha producido la subida salarial, vamos a convocar unas movilizaciones de las que Interior se va a acordar durante mucho tiempo”. Al pulso al Ministerio se irán sumando más adelante otras organizaciones sindicales, como la Confederación Española de Policía (CEP), que prefiere esperar a después de verano para iniciar “manifestaciones frente a las comisarías y lo que se nos ocurra para sacar los colores a los máximos responsables de Interior”, destaca a El Confidencial un representante de esta organización.

Para evitar el conflicto en la Policía, a Interior sólo le queda la reunión que mañana por la tarde celebrará el Consejo de la Policía, un órgano consultivo de la Dirección General en el que están representados los sindicatos. Este encuentro, que en principio estaba programado que fuese un mero trámite para dar en visto bueno a una serie de expedientes disciplinarios, se puede convertir de hecho en una convulsa reunión cuyo tema principal sea, precisamente, la retrasada subida salarial. Iñaki Osés, presidente del Sindicato Profesional de Policía (SPP) ha asegurado a este diario que ha solicitado por escrito que se añada como punto de la orden del día el seguimiento del acuerdo de abril. “Si no se hace, nuestros dos representantes se levantarán de la reunión”, amenaza.

Fuentes oficiales de la Dirección General de la Policía han reconocido a El Confidencial que “se está trabajando para dar hoy una respuesta a los sindicatos en la reunión del Consejo de la Policía” a la que, adelantan, muy posiblemente acudirá el propio Víctor García Hidalgo. No obstante, los sindicatos son pesimistas sobre el resultado de la misma, ya que las cuentas que han realizado con el calendario en la mano les hace aventurar a la mayoría que es “casi imposible” que la subida y los atrasos se cobren finalmente en agosto -“a los mejor hay que esperar a octubre, cuando ya hayamos empezado a negociar el convenio del próximo año”-. Entonces, además del verano, también el otoño se presentará caliente para el ministro del Interior.