La propuesta de colocar un busto de La Pasionaria en el Congreso provoca un fuerte rifirrafe político

Los modales políticos volvieron a brillar por su ausencia durante la celebración ayer de la reunión semanal de la Mesa del Congreso. El motivo: la propuesta de la diputada de Izquierda Unida Isaura Navarro de que en la Carrera de San Jerónimo se reconociera la "importante labor parlamentaria" del ex presidente de la República Manuel Azaña y de la histórica dirigente del PCE Dolores Ibárruri, La Pasionaria, con la instalación en las dependencias principales de la Cámara Baja de un retrato o busto de cada uno de ellos.

La reunión, que hasta entonces había discurrido por los cauces de la normalidad, se convirtió a partir de aquel momento en un agrio enfrentamiento entre la representante de IU y el diputado popular Gabriel Cisneros, quien desde el primer momento se negó a que dicha propuesta fuese aceptada.

La disputa se fue calentando hasta que, en un momento dado, según relataron a El Confidencial fuentes conocedoras del desarrollo de la misma, el parlamentario del PP dudó de los "valores democráticos" de la fallecida dirigente comunista ya que, aseguró, lo que ella había defendido era "una revolución socialista".

Cisneros llegó a recriminar a su rival político que el único mérito que encontraba en la labor parlamentaria de Dolores Ibárruri -quien fue diputada durante la Segunda República y, durante la Transición, en la Legislatura constituyente- había sido, precisamente, presidir la Mesa de Edad en el inicio de ésta.

El ataque contra La Pasionaria -la idea de instalar la escultura de Manuel Azaña no fue discutida por ningún grupo político- llevó a la diputada de IU a recalcar que en el Congreso había ya numerosos ejemplos "iconográficos" que no remitían, exactamente, a valores democráticos.

Ante el cariz que estaba tomando la discusión, Manuel Marín, que presidía la reunión, tuvo finalmente que intervenir para calmar los ánimos. El presidente del Congreso, con el apoyo de la otra representante del PP en la Mesa, Celia Villalobos, decidió zanjar la disputa posponiendo la decisión a la creación de una Comisión de Estudio que decidiera en el futuro esta propuesta y otros similares sobre cómo homenajear a políticos significativos.

De este modo, el busto de La Pasionaria tendrá que esperar para entrar en la Carrera de San Jerónimo. El de Azaña, también.