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Moncloa reconoce en privado que los contactos con el entorno de ETA se han “enfriado”
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Moncloa reconoce en privado que los contactos con el entorno de ETA se han “enfriado”

“La situación es más difícil que hace un mes, pero mejor que hace un año”. Con estas palabras, un destacado político vasco describía a preguntas de

Foto: Moncloa reconoce en privado que los contactos con el entorno de ETA se han “enfriado”
Moncloa reconoce en privado que los contactos con el entorno de ETA se han “enfriado”

“La situación es más difícil que hace un mes, pero mejor que hace un año”. Con estas palabras, un destacado político vasco describía a preguntas de El Confidencial la actual situación del proceso de contactos entre el Gobierno y el entorno de ETA. Un momento difícil, reconocido por la inmensa mayoría de las fuentes consultadas por este diario, incluidos dirigentes socialistas, que se ha traducido en una situación “con evidentes riesgos de ruptura” -en palabras de una de las fuentes- tras la sucesión en pocos días de dos bombas sin víctimas y la posterior detención de tres destacados dirigentes de la organización terrorista en Francia.

El origen de la crisis que vive el proceso -“que no es la primera, ni será la última, aunque sí la más grave hasta ahora”, según un político nacionalista vasco al tanto de los contactos- está en la negativa del Gobierno a acceder a un encuentro directo con miembros de la organización terrorista si ésta no anuncia antes una tregua. ETA, por su parte, insiste en que no dará este paso hasta que no vea el proceso más encauzado y por ello, según el análisis que se ha hecho desde Moncloa, cometió los últimos atentados. Demostración de fuerza que, como reconocían ayer a este diario en Ferraz, “no esperábamos”.

De hecho, lo que el Ejecutivo esperaba para el otoño era un mensaje de ETA y su mundo muy diferente a las bombas de Zaragoza y Ávila. En Moncloa existía el convencimiento de que la banda aprovecharía alguna fecha conmemorativa, como el denominado Gudari Eguna (día del soldado vasco), para hacer público un manifiesto que alentara las esperanzas de un inmediato anuncio de una tregua.

La organización terrorista sólo defraudó en parte, ya que, aunque sí ‘movió ficha’ en una de esas fechas -en concreto el 27 de septiembre, el trigésimo aniversario de los fusilamientos de dos de sus militantes por el régimen franquista-, el contenido de su mensaje no fue, ni mucho menos, alentador. En el comunicado, ETA afirmaba que se abrían “nuevas oportunidades”, pero también hablaba de “riesgos” y de “mantener la lucha sin cesar y la presión popular, como hasta ahora” con un lenguaje bastante agresivo.

Esperanzas en el PSE

Fuentes socialistas vascas reconocen a este diario que el pesimismo que se ha instalado en Ferraz en las últimas semanas no es compartido por el PSE. En las filas de Patxi López se mantiene la esperanza de que a mediados de noviembre ETA haga público un comunicado en la línea marcada el del 18 de junio pasado, cuando la banda anunció el cese de los atentados contra cargos públicos. La fecha tampoco sería gratuita, ya que para entonces se cumplirá el primer aniversario de la llamada declaración de Anoeta, en la que Batasuna hizo pública su apuesta por la vía política.

Estas fuentes llegan a calificar de “inoportunas” las detenciones del pasado lunes del jefe de los comandos de la banda y dos de sus colaboradores: “Se sabía que no preparaban ningún atentado inminente y se les tenía controlados. Tal vez su detención tense innecesariamente una cuerda que ya estaba suficientemente mal tras el procesamiento de Rafael Díez Usabiaga (uno de los negociadores de Batasuna) y el acoso judicial a EHAK (siglas en euskera del Partido Comunista de las Tierras Vascas)”, añaden.

En este sentido, el propio secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, echó un capote al proceso abierto al salir en defensa de la figura del dirigente sindical de la izquierda abertzale. “Con sus palabras de apoyo a Usabiaga quiso evitar que se estropeara el clima de confianza con Batasuna que al PSE le había costado meses conseguir”, apunta un político nacionalista vasco.

“La situación es más difícil que hace un mes, pero mejor que hace un año”. Con estas palabras, un destacado político vasco describía a preguntas de El Confidencial la actual situación del proceso de contactos entre el Gobierno y el entorno de ETA. Un momento difícil, reconocido por la inmensa mayoría de las fuentes consultadas por este diario, incluidos dirigentes socialistas, que se ha traducido en una situación “con evidentes riesgos de ruptura” -en palabras de una de las fuentes- tras la sucesión en pocos días de dos bombas sin víctimas y la posterior detención de tres destacados dirigentes de la organización terrorista en Francia.