Gobierno y ETA no terminan de ponerse de acuerdo en el orden de los pasos a dar antes de sentarse a negociar

Aún no se han sentado a hablar frente a frente y ya han constatado profundas diferencias. El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero y los dirigentes de la banda armada intentan desde hace meses, a través de una “frágil e indirecta” vía de comunicación, aproximar posiciones para lograr iniciar los contactos directos, pero se han encontrado un importante escollo en el camino: las importantes discrepancias que mantienen sobre el orden de los pasos a dar.

Así lo han revelado a El Confidencial fuentes conocedoras del estado actual de la negociación, que explican que ETA exige que el proceso sea “pactado y simultáneo”, es decir, que antes de anunciar una tregua se debe haber asentado una plataforma de negociación entre ambas parte en la que se fijen con claridad los pasos que cada uno de ellos debe dar de modo paralelo. “Sus dirigentes quieren conocer de primera mano los compromisos que Zapatero está dispuesto a asumir ante un eventual cese de la violencia. Se resisten a dar este paso sin algún tipo de contrapartida”, añaden estas fuentes.

Sin embargo, el Gobierno rechaza este planteamiento. El mensaje enviado a la dirección etarra -y que también ha sido transmitido a Batasuna por los dirigentes del PSE en las reuniones que éstos han celebrado en los últimos meses- es que el proceso debe ser “consecutivo”. Es decir, primero tiene que producirse el anuncio del abandono de las armas por parte de la organización terrorista y, una vez se halla producido éste, dará el paso de sentarse a dialogar.

El consenso de los dos sectores de ETA

Siempre según estas fuentes, la propia Batasuna está intentado que la banda armada flexibilice sus postura para propiciar los encuentros directos, sin embargo se ha encontrado con que los dos sectores existentes en la organización terrorista -el más posibilista encabezado por José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, y el duro de Garikoitz Aspiazu, Txeroki- han decidido tomar todas y cada una de las decisiones de común acuerdo. “Tratan de evitar una ruptura en sus filas, aunque para ello deban ir más despacio. No quieren repetir la experiencia de Lizarra, cuando las prisas pusieron en peligro su unidad”, apunta una fuente cercana al mundo abertzale.

Esta circunstancia es la que ha provocado que el esperado anuncio de la tregua se haya postergado, aseguran. Sin embargo, recientemente el PSE transmitía a Moncloa el mensaje que le habían hecho llegar sus interlocutores de Batasuna: ETA va a hacer público su alto el fuego antes de fin de año (ver El Confidencial del pasado 13 de octubre). De hecho, fuentes de Moncloa mostraban en privado hace escasos días su convencimiento de que dicho anuncio se va a producir “en las próximas semanas”.

Unas expectativas que se han reforzado en los últimos días tras las declaraciones de Rafael Díez Usabiaga, secretario general del sindicato abertzale LAB y uno de los hombres claves del actual proceso de paz, en las que aseguraba que “las interlocuciones están perfiladas”, “los contenidos están orientados” y “las cosas bastantes maduras”.