Moncloa y ERC frenaron a Carod en su intento de mediar con Batasuna

El líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Josep Lluis Carod-Rovira, negaba rotundamente la información publicada ayer en prensa según la cual había mantenido contactos con destacados dirigentes de Batasuna para coordinar estrategias ante una posible tregua de ETA. Sin embargo, lo que no mencionó el político catalán en su escueto comunicado es que, si no lo hizo, no fue por su falta de interés ni por la de la ilegalizada formación, sino por la negativa de la Ejecutiva de su partido y por la advertencia que desde el propio Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero le hicieron llegar para que dejara de inmiscuirse en el proceso de paz.

Así lo pudo confirmar El Confidencial en varias fuentes y así lo ha contado en los últimos meses (ver las ediciones de los pasados 17 de mayo, 6 de junio y 16 de septiembre). Según estas fuentes, la iniciativa para entablar contactos partió la pasada primavera de Batasuna, para lo que utilizó al brazo político del IRA, el Sinn Fein de Gerry Adams, para llamar a la puerta de ERC aprovechando la amistad que une al político irlandés con Carod-Rovira.

Éste trasladó la propuesta de reunión a un Comité de la Ejecutiva del partido, donde los dirigentes de Esquerra abordaron la conveniencia o no de acceder a dicho encuentro sin llegar a una postura común. No obstante, la mayoría se resistió al mismo “por el mal recuerdo de la cita de Perpiñán”, en referencia a los encuentros de Carod con dirigentes de ETA en esta localidad francesa.

La negativa no retrajo a los dirigentes abertzales, que volvieron a insistir poco antes del verano. De nuevo Carod se mostró partidario de concertar una cita, pero su partido siguió mostrando sus reticencias y aparcaron el tema, metidos como estaban entonces los republicanos en plena negociación del Estatut.

Moncloa, al tanto

Los tímidos contactos del líder de Esquerra llegaron entonces a conocimiento del Gobierno, que se vio obligado a mandar al político catalán el mensaje de que dejase de inmiscuirse en el incipiente proceso de paz ya que su intervención “no era necesaria” y que, por el contrario, podía ser incluso perjudicial.

Para ello, un ministro de Zapatero aprovechó un encuentro con un persona del entorno de Carod para trasmitirle que Moncloa “estaba al tanto” de sus gestiones en el entorno de la banda y que, aunque suponían buena fe por su parte, le exigían que las aparcase.

Ahora, la información publicada por El Mundo ha vuelto a colocar a Carod en una situación incómoda ante sus compañeros de Esquerra. De hecho, según fuentes del partido catalán consultadas por este diario, en la reunión celebrada ayer por la Ejecutiva de ERC, se abordó el tema.

El líder republicano aprovechó la ocasión para negar la existencia de tales encuentros con Batasuna, por lo que se decidió que éste elaborara una nota desmintiendo la información periodística y calificando a la misma de “mentira, intoxicación y manipulación”. Lo que no incluyó es que él sí fue partidario de dichos encuentros, pero que su propio partido y, más tarde, Moncloa le frenaron.