Moncloa ultima una declaración para dar ‘luz verde’ al diálogo con ETA convencido de que la tregua es inminente

“Todo marcha bien, muy bien”. Con esta seguridad describía hacia escasos días un dirigente socialista vasco a El Confidencial el estado actual del incipiente proceso de paz en el País Vasco. Un optimismo que, según los datos que obran en poder de este diario, se ha afianzado también en el Palacio de La Moncloa, donde José Luis Rodríguez Zapatero y el reducido sanedrín del PSOE con el que consulta los pasos a dar en este tema están tan convencidos de que la tregua es inminente que ultiman el texto de una declaración institucional con la que dar luz verde a un diálogo oficial y directo con ETA.

La intención del Ejecutivo socialista es hacer público dicho comunicado sólo cuando la banda armada haya anunciado su hipotético comunicado de alto el fuego, nunca antes, a imagen y semejanza de lo que hicieron los gobiernos de Londres e Dublín en diciembre de 1993 con el IRA y la conocida como Declaración de Downing Street.

No obstante, Zapatero está convencido de que la tregua llegará antes de fin de año, según la información que maneja el presidente y que le ha sido transmitida por el presidente del PSE, Jesús Eguiguren (ver El Confidencial del pasado 13 de octubre). Los más optimistas apuestan, incluso, a que el anuncio se puede producir en los próximos días, si ETA finalmente se decide a celebrar el primer aniversario de la Propuesta de Anoeta con la que Batasuna apostaba por las vías exclusivamente políticas y que, precisamente, se cumple hoy.

Un optimismo que ayer mismo se encargaba de enfriar la propia banda armada con un comunicado remitido al diario Gara en el que se hacía eco del malestar de sus reclusos por el mantenimiento de la política de dispersión. De hecho, algunos analistas creen que los presos de la banda han presionado en las últimas semanas a la dirección de la organización terrorista para que retrase el anuncio de la tregua o, al menos, para que ésta sea limitada.

Limitada en el tiempo

A pesar de ello, las fuentes consultadas aseguran que la respuesta de Zapatero se producirá aunque el alto el fuego que anuncie la organización terrorista sólo fuese temporal o se limitara a ampliar las que ya tiene abiertas en Cataluña y con los políticos electos. Los socialistas están seguros de que la declaración del presidente del Gobierno sería un gesto suficiente para devolver la pelota al tejado de ETA y que la banda armada se viera obligada a dar de nuevo otro paso y ampliar una vez más la tregua, quizá ya de modo definitivo.

La declaración del Gobierno no sería, sin embargo, la única respuesta institucional que obtendrían los terroristas con el hipotético comunicado de tregua. El lehendakari Juan José Ibarretxe lleva meses trabajando en la sombra en su anunciada Mesa de Partidos, para lo que se ha reunido discretamente con partidos políticos, sindicatos, organizaciones sociales y empresariales con el objetivo de “tejer complicidades”.

Una mesa que, como ha insistido repetidamente, sólo pondrá en marcha en “ausencia de violencia”, aunque la quiere tener lista para que, si finalmente se produce la renuncia de la violencia por parte de ETA, esté preparada para andar en un corto espacio de tiempo.