Críticas del PSOE al Gobierno por la forma en que ha gestionado la crisis de la LOE

La manifestación del pasado fin de semana contra el proyecto de Ley de Educación (LOE) ha provocado una brecha entre el Gobierno y el PSOE, que se acusan "entre bastidores" de no haber estado a la altura de las circunstancias en un momento de alarmante deterioro de la imagen del presidente del Ejecutivo por el ‘efecto Estatut’.

Por este motivo, en los últimos días, la ministra de Educación, María José San Segundo, ha sido blanco de críticas de miembros cualificados de la Ejecutiva Federal, que elogian, por contra, a la vicepresidenta De la Vega por dar la cara en los medios de comunicación, tratando de contrarrestar las críticas a la Ley.

En la Dirección del PSOE se considera que el presidente del Gobierno “se mete en todos los charcos”, al faltarle una ‘guardia pretoriana’ que le acompañe en el discurso político. A excepción de los vicepresidentes De la Vega y Solbes, llueven las críticas al conjunto del Gabinete presidencial, al que se tacha de "nada político", "perfil demasiado técnico", "bajo de tensión", etcétera...

Tampoco están dando la talla -siempre según fuentes de Ferraz- los ministros políticos, como el de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, o el de Trabajo, Jesús Caldera, que habían destacado en la oposición por su dialéctica y su perfil decididamente mediático.

La soledad del presidente le estaría produciendo un desgaste prematuro, sin parangón en anteriores inquilinos de La Moncloa -reconocen fuentes del PSOE-, que reducen a la vicepresidenta De la Vega, al portavoz parlamentario Rubalcaba y al secretario de Organización socialista, José Blanco, la infantería con la que cuenta Rodríguez Zapatero para salir del rincón en el que lleva metido desde septiembre pasado.

La parálisis del Partido Socialista

Pero la crítica circula en una doble dirección, ya que también distintos miembros del Ejecutivo censuran la parálisis del Partido Socialista en responder a la artillería del Partido Popular. Así, en el Ministerio de Educación y en el entorno monclovita se han recibido ofertas de organizaciones sociales de izquierda para que desde el PSOE se impulsara una respuesta de pancarta a las movilizaciones que han conducido al PP a recuperar "la calle". Dichas organizaciones, sin embargo, no obtuvieron ninguna respuesta de Ferraz.

La resolución de conflictos que podrían haber tenido graves consecuencias políticas, como los paros del transporte o la pesca han pasado con más pena que gloria, cuando en los Ministerios afectados consideran que podrían haber sido explotados desde Ferraz como un ejemplo del talante negociador y eficacia en la gestión de su Gobierno.

La política informativa, como sucede siempre que las encuestas van mal, es el centro de todas las críticas, tanto en las sedes de los ministerios como en la del Partido Socialista, si bien a Fernando Moraleda, secretario de Estado de Comunicación, todavía no se le exigen resultados, respetándole sus primeros cien días en el cargo.

La etapa Barroso se considera nefasta a todos los efectos. Desde el PSOE creen llegado el momento de un giro radical en la política informativa, recuperando por ejemplo el control de RTVE y remodelando el conjunto de la Secretaría de Estado para adecuar el perfil de los colaboradores de Moraleda a los nuevos tiempos.