Interior da prioridad a la investigación sobre tráfico de explosivos

El ministerio del Interior considera el tráfico de explosivos entre terroristas islámicos el principal reto al que se enfrentan en estos momentos los numerosos efectivos desplegados para hacer frente a la amenaza de las células que se amparan en la marca Al Qaeda, confirmaron a El Confidencial en fuentes policiales.

La preocupación de Interior por la circulación de explosivos, que hipotéticamente pudieran ser usados para atentar en España, está fundada en el hecho de que en sus atentados masivos la red de Al Qaeda utiliza exclusivamente bombas, por lo que los jefes policiales descartan que los terroristas vayan a incorporar otro tipo de armamento o método novedoso para causar víctimas.

La incorporación tras los atentados del 11-M en Madrid de no menos de 600 policías a tareas específicas relacionadas con el terrorismo de raíz islamista han proporcionado éxitos que unas veces son aireados ante la opinión pública y otras -las más- sirven para conocer mejor el modus operandi de la red Al Qaeda en nuestro país, manteniéndose el caudal de información que se obtiene cada día en la más absoluta reserva.

Además del importante número de efectivos que se ocupan full time a la lucha contra el terrorismo de rostro islamista, el ministerio del Interior ha venido incorporando a las unidades operativas las más sofisticadas tecnologías de detección y control de sospechosos para evitar en lo posible la repetición de atentados sangrientos como los sufridos en distintos continentes desde la aparición en la escena internacional del visionario saudí Bin Laden.

Por cierto que la foto del terrorista más buscado del mundo se coloca cada día con mayor profusión en lugar preferente de los domicilios de musulmanes residentes en España, un dato que no se escapa a la observación de los policías que trabajan integrados en barrios de mayoría inmigrante con el fin de obtener información que pueda conducir a la desarticulación de células terroristas en España.

La policía coincide con las organizaciones que trabajan en la integración de inmigrantes musulmanes en distinguir claramente entre la inmensa mayoría de pacíficos creyentes y los exaltados islamistas que se preparan para combatir a Occidente por todos los medios, aunque no dejan de manifestar su preocupación por el prestigio generalizado que ha adquirido la figura de Bin Laden entre una parte muy significativa de la inmigración que profesa el Islam.