Miguel Sebastián se cae del núcleo duro creado por Zapatero para mejorar la imagen del Gobierno

Miguel Sebastián, director de la Oficina Económica de la Presidencia, no figura entre los componentes del ‘núcleo duro’ fletado por el presidente del Gobierno para remontar posiciones frente a un Partido Popular que le disputa la preferencia de los electores en las últimas semanas. De los tres altos funcionarios con categoría de secretario de Estado que trabajan en Moncloa, sólo Sebastián ha quedado excluido del ‘equipo de respuesta’ que trata permanentemente con Rodríguez Zapatero.

El director de gabinete del presidente, José Enrique Serrano, y el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, tienen el mismo rango que Miguel Sebastián y han sido llamados a participar en el ‘núcleo duro’ presidencial junto a los vicepresidentes De la Vega y Solbes, el portavoz parlamentario socialista, Pérez Rubalcaba, y el secretario de Organización del PSOE, José Blanco.

Fuentes cercanas al director económico del presidente confirman que Sebastián ha ido perdiendo fuerza en los últimos meses, neutralizado por la autoridad creciente de Pedro Solbes en todos los asuntos económicos de gran calado; hasta el punto de que su participación ha sido más bien discreta en la preparación de la apretada agenda de viajes económicos al extranjero comprometidos por el presidente del Gobierno para el primer semestre de 2006.

La marcha de Barroso y sus enfrentamientos con De la Vega

El aislamiento de Miguel Sebastián se ha hecho más patente tras la marcha de Miguel Barroso, el ex-secretario de Estado de Comunicación con el que hacía frente común a los desencuentros frecuentes con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

Por lo demás, el nuevo ‘núcleo duro’ parece haber recuperado el espíritu de los ‘maitines’, la reunión semanal de coordinación que Rodríguez Zapatero había impuesto a su llegada a La Moncloa y que había dejado de convocarse. Fuentes solventes confirman que la dispersión de actuaciones entre el PSOE, el Grupo Socialista que dirige Rubalcaba y la Presidencia del Gobierno estaba provocando un peligroso clima de desconfianza entre los núcleos de poder de Ferraz, Moncloa y la Carrera de San Jerónimo.