El tripartito vasco amenaza a los socialistas con pactar los presupuestos con los ‘herederos’ de Batasuna

El Gobierno del lehendakari Juan José Ibarretxe ve serias posibilidades de sacar adelante sus presupuestos por primera vez en los últimos seis años. Y para ello cuenta, además, con dos opciones para hacer prosperar su proyecto de cuentas públicas: lograr el apoyo de los socialistas de Patxi López o decantarse por los diputados de EHAK (siglas en euskera del Partido Comunista de las Tierras Vascas).

Sin embargo, uno de los socios del tripartito ya ha manifestado abiertamente sus preferencias. Rafael Larreina, secretario general de EA, aseguraba ayer a este diario que su partido ve más posibilidades de pactar los presupuestos con los herederos de Batasuna, entre otras razones, por sus “afinidades” y porque han concretado más las enmiendas que han presentado. En concreto, EHAK exige que las cuentas públicas apoyen económicamente a las selecciones deportivas vascas y a la prensa en euskera.

Una opinión compartida por destacados consejeros del Ejecutivo de Vitoria, que siguen viendo con cierto recelo un acercamiento hacia el PSE, ya que están convencidos de que Patxi López y los suyos sólo pretende debilitar el Gobierno de Ibarretxe. En este sentido, destacan que la postura de los socialistas de exigir que se negociara en exclusiva con ellos los presupuestos -que con el tiempo han suavizado- busca precisamente enconar la pugna en el seno del PNV entre los sectores que lideran, respectivamente, Josu Jon Imaz y Joseba Egibar.

Además, los partidarios de lograr el apoyo con EHAK creen que en estos momentos -con una ETA que lleva dos años y medio sin matar- un acuerdo presupuestario con los herederos de Batasuna no dañaría la imagen del lehendakari ni de su Ejecutivo.

Por su parte, los miembros del Gabinete de Vitoria que prefieren buscar el respaldo parlamentario del PSE insisten en que éste dejaría menos atado para el futuro a Juan José Ibarretxe, ya que sería suficiente con que los 18 diputados socialistas se abstuvieran en el pleno del 29 de diciembre para que las cuentas salieran adelante. Esa falta de apoyo expreso facilitaría al tripartito explicar a sus bases el acuerdo.

Esta opción abstencionista es la mejor vista, también, por los socialistas, ya que les permitiría continuar su labor de oposición sin las hipotecas de un voto favorable. Además, indirectamente, el movimiento lograría afianzar el reciente acercamiento en Madrid entre el PNV y el PSOE. Una consecuencia lógica que, sin embargo, no se quiere reconocer en el seno del PSE, donde se insiste que Moncloa no va a condicionar su política en el País Vasco.

Mientras tanto, el tripartito deshoja la margarita de quién apoyará sus presupuestos con la confianza de que a pesar de las tres enmiendas a la totalidad -presentadas, precisamente, por PSE y EHAK, además de por el PP- y las más de 1.500 parciales no impedirán en esta ocasión que los presupuestos salgan adelante.