Rubalcaba ‘sugiere’ al cuatripartito que Moncloa forzará elecciones anticipadas en Cataluña si no recorta el ‘Estatut’

Alfredo Pérez Rubalcaba, portavoz del Grupo Socialista en el Congreso y uno de los hombres designados por José Luis Rodríguez Zapatero para negociar la reforma del Estatut, sugirió a los interlocutores de al menos uno de los cuatro partidos catalanes que apoyan el polémico proyecto (PSC, ERC, ICV y CiU) que si no se alcanzaba rápidamente un acuerdo, Moncloa se vería abocada a romper definitivamente las negociaciones y forzar así elecciones anticipadas en Cataluña.

Así lo han manifestado a El Confidencial fuentes de esta formación, que aseguran que no se han dejado amedrentar por dicha sugerencia ya que, “a pesar de lo que diga Rubalcaba, el PSOE está tan interesado como nosotros en que el texto salga adelante en el Congreso. Zapatero tiene tanto o más que perder si no ocurre así”, añaden, a la vez que recuerdan que las últimas encuestas en Cataluña ya colocan al PSC por detrás de su gran rival en esta comunidad autónoma, el partido de Artur Mas.

La “amenaza velada”, como es calificada a este diario por dicha fuente, se produjo en uno de los numerosos encuentros bilaterales que Gobierno y los partidos del cuatripartito mantienen con vistas a alcanzar un acuerdo base sobre el Estatut antes del 27 de diciembre -último día, por ahora, en el que el Congreso aprobará enmiendas al proyecto- y tuvo su continuación en el encuentro que mantuvieron los representantes socialistas con otro de los partidos.

Uno de los participantes en esta segunda reunión ha reconocido a El Confidencial que Rubalcaba, aunque no hizo mención explícita a un hipotético adelanto electoral en Cataluña, sí le indicó que “o se alcanza un acuerdo antes de fin de año o ya no será posible éste”.

Una actitud que, según interpretan las fuentes consultadas, “pretende meter tensión para forzarnos a negociar a la baja. Una táctica en la que se incluye la filtración a la prensa de la contrapropuesta de Moncloa al Estatut”, aseguran con rotundidad, a pesar de que ayer mismo el propio portavoz parlamentario socialista negó en rueda de prensa que el PSOE hubiera sido el responsable de que el documento llegase a los medios.

El negociador ‘bueno’ y el negociador ‘malo’

Las fuentes consultadas añaden que, durante los encuentros mantenidos hasta el momento, han detectado un reparto de funciones entre los interlocutores socialistas. Así, aseguran que Rubalcaba, con sus sugerencias, se ha encargado de tensar y destensar la cuerda en varias ocasiones, fiel a su reconocida habilidad negociadora.

Por el contrario, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Francisco Caamaño -al que todos llaman Fran en las reuniones- ha hecho de bueno. Según uno de los representantes de los partidos catalanes, “cuando hablas con él, te convences de que el acuerdo es posible y que el Gobierno está dispuesto a aceptar gran parte del proyecto”.

A pesar de esa función amable, varios políticos catalanes han señalado a este diario que Caamaño, con sus buenas palabras, ha intentado forzales a negociar a la baja utilizando una vieja táctica de sociología llamada el dilema del prisionero (ver El Confidencial del pasado 15 de diciembre), un juego en el que se plantea a dos prisioneros incomunicados entre sí la posibilidad de delatar al otro para salvarse a sí mismo de una elevada condena por un delito del que no hay pruebas, y que concluye con la condena a ambos, pues los dos terminan traicionándose mutuamente.