Gobierno y PSOE vaticinan una mayoría absoluta socialista en las próximas Elecciones Generales

Las copas de Navidad son lugar propicio para que los políticos se relajen y, a veces, dejen por un instante la rigidez de las declaraciones oficiales para entregarse a la confidencia o a la juguetona filtración interesada. Así, en la ofrecida en la sede socialista de la calle Ferraz a los periodistas políticos, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, vaticinaba una mayoría absoluta de su partido en las próximas Elecciones Generales.

No era el único. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, auguraba en el cóctel ofrecido en la sede provisional de su Departamento -a orillas de la M-30- una mayoría cómoda en el Congreso que permitiría a José Luis Rodriguez Zapatero gobernar sin muletas a partir de 2008.

Blanco, que siempre maneja sondeos privados que nadie conoce, aseguraba ante un grupo de incrédulos periodistas que sus estudios demoscópicos sitúan al PSOE por delante del Partido Popular, y que las proyecciones que han realizado sus expertos, tras el calvario de la LOE y la negociación de las perspectivas financieras en Bruselas, vaticinan el hundimiento del PP y la segura victoria del PSOE.

Por su parte, el ministro Moratinos, llegado a la copa navideña de su ministerio tras su vistosa reconciliación pública con el ministro José Bono, auguraba que el "cerco mediático" al que está sometida la mayoría de la opinión pública española no servirá más que para alejar al electorado de centro de las posiciones actuales del PP, hasta el punto de que el PSOE ganaría las próximas generales con mayoría absoluta.

El ‘ruido mediático’ de Madrid

Según el titular de Exteriores, salvo en Madrid, la gente le para en plena calle para alentarle a que siga en su puesto, lo que demuestra en su opinión que la sociedad es más madura de lo que los medios de comunicación creemos, y que las medidas del Gobierno son compartidas por la mayoría de los ciudadanos, a los que -según Moratinos- tratan de confundir determinados líderes de opinión. En definitiva, que al margen del ruido mediático y la crispación madrileña -argumenta Moratinos- el Gobierno seguirá cumpliendo su programa electoral y logrará la adhesión de la mayoría de los electores.

Algunas fuentes del PSOE creen que este optimismo electoral del entorno más afecto a Rodríguez Zapatero tiene un objetivo: tratar de evitar por todos los medios quedarse fuera de juego, como sucedió en las Generales de 2004, en las que el entonces líder de la oposición era el único dentro del PSOE que decía públicamente que sería elegido presidente del Gobierno, a pesar de que era la primera vez que aspiraba al cargo.

De hecho, ZP se muestra plenamente confiado en una segunda victoria electoral, y -además- con mayoría suficiente para no necesitar el apoyo de otros partidos. Lo reconoció, implícitamente, ante un reducido grupo de periodistas en la copa navideña ofrecida por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega en Moncloa, tras subrayar su convicción de que la sociedad catalana empujaría al tripartido y a CiU a pactar un Estatuto conforme a la Constitución.

Superado el obstáculo estatutario, Rodriguez Zapatero contempla un horizonte despejado que permitirá al PSOE incrementar su poder regional y local en 2007, para llegar a 2008 en óptimas condiciones de lograr una mayoría absoluta que ansía.