CiU se pelea con el resto de partidos catalanes al negociar la parte fácil del `Estatut´

La primera reunión a cinco bandas para negociar el polémico proyecto del Estatut acabó ayer con un fuerte rifirrafe entre CiU y el resto de los partidos catalanes. Así lo han reconocido a El Confidencial participantes directos en la misma que califican de “insólita” y “muy grave” la actitud adoptada por los dos políticos convergentes presentes: Josep Lluis Sánchez-Llibre y Quico Homs.

El motivo del enfrentamiento, que enturbió el que ha sido primer encuentro multilateral, se produjo al negociar los títulos del texto referentes a derechos y deberes, una parte del articulado que los representantes del PSOE y el Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Francisco Caamaño, consideraron asumible en gran parte por el Ejecutivo.

En ese momento, Homs -hombre de confianza de Artur Mas en las negociaciones- se descolgó con que su partido no estaba de acuerdo con la inclusión de dicho título en el Estatut y recordó que CiU ya había votado en contra durante su tramitación en el Parlament. Una oposición que remachó la mano derecha de Josep Antoni Duran i Lleida, el diputado en Madrid Josep Lluis Sánchez-Llibre, quien concretó el rechazo en tres artículos: los que hacen referencia al derecho a morir dignamente, a la laicidad en la educación y a la familia.

Los representantes convergentes llegaron incluso, según las fuentes consultadas, a amenazar con votar en el Congreso las enmiendas del PP a estos capítulos, algo que provocó la indignación de los representantes del Tripartito. “Ha sido una intolerable falta de lealtad que CiU haya puesto más obstáculos que el Gobierno -asegura uno de los asistentes a la reunión-. Está claro que buscan que se apruebe su texto, no el que aprobó el Parlament, y por ello han torpedeado la reunión. Estoy seguro de que hoy habríamos podido salir con un acuerdo cerrado sobre los títulos de derechos y deberes”.

¿Vuelta a las reuniones bilaterales?

CiU ha reconocido el incidente, aunque en declaraciones públicas posteriores han negado en todo momento que hayan amenazado con votar a favor de las enmiendas populares. A pesar de los intentos de El Confidencial por contactar directamente con al menos uno de los representantes convergentes para que dieran su versión del rifirrafe, ha sido imposible al cierre de estas líneas.

La actitud de los convergentes ha obligado al resto de los partidos catalanes a plantearse la necesidad de compaginar las reuniones multilaterales como la de ayer -por las que llevaban semanas clamando- con otras de carácter bilateral. Una vuelta al anterior formato que se decidirá antes del 8 de enero, fecha a partir de la cual el cuatripartito y el Gobierno de Madrid se volverán a sentar para negociar, en este caso aspectos más conflictivos, principalmente la financiación.

“Para entonces esperamos tener sobre la mesa una nueva propuesta del Gobierno sobre este tema”, asegura un político catalán consultado que reconoce que el dinero y las competencias serán los próximos caballos de batalla de la negociación. ¿Y el término nación? Como adelantaba ayer El Confidencial, “para el final”.

Avances en otros apartados

El encuentro de ayer sí sirvió para alcanzar principios de acuerdo en otros temas abordados. En concreto, se avanzó de manera importante en los artículos referidos a las instituciones, la lengua y el poder judicial, aunque en este último punto las fuentes consultadas reconocen que aún hay un fleco por acercar posiciones: acordar la instancia a la que se pueda apelar. “No obstante, no creo que sea difícil llegar a un acuerdo”, añaden.