Batasuna descarta utilizar su Congreso para pedir una tregua a ETA, como le reclaman los socialistas

La esperanza en el País Vasco tiene fecha: el 21 de enero. Ese día, en el Bilbao Exhibition Center (BEC) de Baracaldo, Batasuna celebrará su Congreso, el primero desde su ilegalización. Y lo hará ante los 13.000 militantes que se espera abarroten el que es el recinto de mayor aforo en Euskadi.

Un acto que Moncloa y PSOE han marcado en rojo en sus agendas, ya que, como reconocen fuentes socialistas vascas, “esperamos que sirva de escenario para que la izquierda abertzale haga una invitación a ETA, aunque sea muy sutil e implícita, para que dé el paso de anunciar el abandono de las armas”.

Unas expectativas gubernamentales nada ambiciosas que, de hecho, los socialistas vascos han hecho llegar a sus interlocutores en el seno de Batasuna en sus cada vez más esporádicos contactos “oficiosos”. Unas expectativas que, sin embargo, pueden frustrarse, ya que, como aseguran a El Confidencial fuentes del Gobierno de Vitoria, Arnaldo Otegi y los suyos “no tienen ninguna intención de pedir ese día, ni explícita ni implícitamente, una tregua a ETA”.

Estas fuentes aseguran conocer la intención de los dirigentes de la ilegalizada formación gracias a las discretas reuniones que en los últimos meses han celebrado con ellos: “Si bien sí reiterarán la vigencia de la propuesta de Anoeta (en la que apostaron por la vía política), también aprovecharán para dar un tirón de orejas al Ejecutivo por no mover ficha en el proceso de paz”.

Frustración de las bases

Siempre según estas fuentes, el tono duro de los discursos intentará dar la razón a sus bases, quienes han participado masivamente en las más de 260 asambleas que han celebrado desde octubre para debatir la propuesta Bide Eginez (Haciendo camino) que se aprobará en el Congreso y que “han mostrado reiteradamente a sus dirigentes su malestar y frustración por lo que consideran estancamiento del proceso”.

Fuentes políticas vascas insisten en que el acoso judicial al entorno de la banda -cuyo máximo exponente es el macro juicio que se celebra estos días en la Audiencia Nacional de Madrid- y la falta de contrapartidas penitenciarias por parte del Gobierno pesan mucho en el ánimo de la izquierda abertzale.

No obstante, el Congreso del 21 de enero no supondrá, ni mucho menos, un portazo a la célebre propuesta de Anoeta de noviembre de 2004. “De hecho -insiste a este diario un diputado vasco que en las últimas semanas se ha reunido con varios dirigentes batasunos-, piensan reiterar su apuesta por ella e, incluso, recalcar que se está ante un momento histórico que no se puede desaprovechar”.

Una opinión compartida por un alto dirigente nacionalista vasco: “Batasuna piensa seguir avanzando en su Congreso, pero que nadie piense que la palabra ‘tregua’ se va a oír el 21 de enero en Baracaldo”. El calendario de la paz busca ya nueva fecha para albergar la esperanza.