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Las amenazas de Mas y Pujol irritan al Tripartito
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Las amenazas de Mas y Pujol irritan al Tripartito

CiU ha decidido asumir el protagonismo en la fase final de la negociación del Estatut, muy a pesar de los tres partidos catalanes que sustentan el

CiU ha decidido asumir el protagonismo en la fase final de la negociación del Estatut, muy a pesar de los tres partidos catalanes que sustentan el Govern de Pasqual Maragall. Las continuas declaraciones pesimistas de sus dirigentes, con Artur Mas a la cabeza, y la reciente arenga del honorable Jordi Pujol a su partido para que se prepare para decir no a un proyecto demasiado recortado, no han gustado nada a sus teóricos socios en la defensa del texto, PSC, ERC e ICV.

De hecho, dirigentes de estos partidos han reconocido a El Confidencial su enorme malestar por lo que uno de ellos califica de “doble juego” de CiU: “En Cataluña pretende aparentar ser más nacionalistas que nadie, y en Madrid, los únicos con los que el Gobierno puede negociar”. Uno de los políticos que ha participado en las últimas reuniones añade que “el escenario que están dibujando no es el real. Es cierto que aún hay grandes divergencias, pero el acuerdo es posible y amenazar con retirar el proyecto no tiene ningún sentido”.

Un órdago que ayer mismo volvía a poner sobre la mesa el dirigente convergente, Artur Mas, a su salida de la reunión que los líderes del Cuatripartito mantuvieron con Maragall para poner en común su visión de las negociaciones. “Sólo si el PSOE y el Gobierno no mueven ficha en el modelo de la financiación podríamos plantearnos aparcar el proyecto”, aseguraban representantes del tripartito.

Una opinión en la que ahondaba un dirigente político catalán: “El órdago de evitar que avance el Estatut ya lo utilizó CiU en el Parlament. Sólo pretenden ganar protagonismo y salir en la foto final como los salvadores del proyecto, como hicieron entonces, cuando escenificaron ese papel con la reunión de Mas con Rodríguez Zapatero en Moncloa”.

Enfrentamientos antiguos

El malestar del Tripartito con CiU no es, sin embargo, algo nuevo de los últimos días. De hecho, en la única reunión multilateral mantenida entre el Gobierno y el Cuatripartito el 29 de diciembre en Barcelona, PSC, ERC e ICV se enfrentaron abiertamente a la formación nacionalista cuando ésta decidió por sorpresa oponerse a varios artículos relativos a derechos y deberes (ver El Confidencial del 30 de diciembre) que todas las partes consideraban superados.

Un cambio de opinión que fue calificado entonces de “inaceptable” por los socios del Govern y que aún colea, ya que en posteriores reuniones bilaterales con el Gobierno de Madrid, los convergentes han reiterado su deseo de eliminar estos artículos del proyecto. “Si consiguen torpedear esa parte del Estatut, a lo mejor somos nosotros los que pedimos la retirada del texto”, advierte a este diario un dirigente de Iniciativa.

No es, sin embargo, la actitud de CiU la única que provoca roces en el seno de los partidos que apoyan el polémico proyecto. Fuentes de ERC han reconocido a El Confidencial que tampoco le está gustando las declaraciones de los últimos días de varios dirigentes del PSC, entre ellos el ministro José Montilla, en las que han dado casi por buena la propuesta del vicepresidente Pedro Solbes sobre financiación.

CiU ha decidido asumir el protagonismo en la fase final de la negociación del Estatut, muy a pesar de los tres partidos catalanes que sustentan el Govern de Pasqual Maragall. Las continuas declaraciones pesimistas de sus dirigentes, con Artur Mas a la cabeza, y la reciente arenga del honorable Jordi Pujol a su partido para que se prepare para decir no a un proyecto demasiado recortado, no han gustado nada a sus teóricos socios en la defensa del texto, PSC, ERC e ICV.