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El ‘cuatripartito’ sospecha que el Gobierno empieza a ceder en financiación para poder dar ‘portazo’ al término nación
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El ‘cuatripartito’ sospecha que el Gobierno empieza a ceder en financiación para poder dar ‘portazo’ al término nación

La supuesta posición de firmeza del Gobierno y el PSOE en la negociación de financiación del Estatut ha dado paso en los últimos días a una

Foto: El ‘cuatripartito’ sospecha que el Gobierno empieza a ceder en financiación para poder dar ‘portazo’ al término nación
El ‘cuatripartito’ sospecha que el Gobierno empieza a ceder en financiación para poder dar ‘portazo’ al término nación

La supuesta posición de firmeza del Gobierno y el PSOE en la negociación de financiación del Estatut ha dado paso en los últimos días a una política de concesiones significativas. Un cambio de estrategia que no ha pasado inadvertido para los representantes de los partidos catalanes, que en los dos últimos días han reconocido “avances”, pero que también ha provocado suspicacias, como han reconocido a El Confidencial varios de ellos.

“Están dejando para el último momento el tema de la definición de Cataluña como nación y nos tememos que, si se alcanza en todo lo demás un acuerdo, nos planteen la posibilidad de que nos olvidemos del término para no tirar por la borda todo lo conseguido en financiación”, apunta a este diario un destacado político catalán, que añade que “el PSOE está convencido de que vamos a tirarnos a la pela y a olvidarnos del tema”.

Las sospechas no son nuevas, pero sí se han incrementado tras los últimos encuentros. De hecho, todas las fuentes políticas catalanas consultadas coinciden en señalar que la polémica sobre “nación” no ha sido abordada en ninguna de las reuniones bilaterales ni en la única multilateral habidas hasta el momento. “Y cuando se ha intentado sacar, aunque fuera como simple comentario, han esquivado abordarlo y han insistido en dejarlo para el final”, añaden.

“Todo está en el guión”

Tampoco ha sorprendido el cambio de estrategia. Como aseguraba ayer el número dos de ERC, Joan Puigcercós, “todo está en el guión de la negociación”. Un guión en el que, asegura, también se incluyen las declaraciones del presidente de la Junta de Extremadura, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en las que anunciaba amplios recortes en el proyecto, incluido en la definición de Cataluña.

Sin embargo, las sospechas no han hecho sino reafirmar al cuatripartito en su defensa de este punto del proyecto -como pusieron el martes de manifiesto en la reunión que celebraron en Barcelona con Pasqual Maragall-. A lo único que parecen dispuestos a ceder, por el momento, es a fusionar los artículos 1 y 2, donde aparece la palabra “nación”, en uno solo que sea más digerible para el PSOE y Moncloa, pero nunca en desterrar el polémico término al prólogo del texto.

Tampoco aceptan la ya célebre “identidad nacional” que en su día lanzó el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Algunas fuentes están convencidas de que, finalmente, este punto del Estatut será el último en ser abordado y acordado, y que para ello “será necesaria una reunión de los máximos líderes políticos en Moncloa con ZP”.

Sin el apoyo de todo el ‘cuatripartito’

Las reuniones de los últimos días también han abierto una nueva posibilidad, no contemplada hasta ahora: que el Estatut salga adelante en el Congreso sin el apoyo de alguna de las cuatro formaciones que consiguieron aprobarlo en el Parlament. Una posibilidad que se produce, curiosamente, después de la reunión en Barcelona con Maragall en la que supuestamente se acordó una unidad de acción del cuatripartito.

ERC reconoce en privado que ellos no son imprescindibles, como tampoco lo es ICV y CiU, partido este último del que criticó la actitud oportunista de sus líderes, Artur Mas y Josep Antoni Durán y Lleida, a los que Puigcercós ha bautizado como Batman y Robin por querer presentarse como los “salvadores” del texto ante los catalanes.

La supuesta posición de firmeza del Gobierno y el PSOE en la negociación de financiación del Estatut ha dado paso en los últimos días a una política de concesiones significativas. Un cambio de estrategia que no ha pasado inadvertido para los representantes de los partidos catalanes, que en los dos últimos días han reconocido “avances”, pero que también ha provocado suspicacias, como han reconocido a El Confidencial varios de ellos.