Batasuna tranquiliza a Moncloa: la suspensión judicial de su Congreso no afectará al proceso de paz

La decisión del juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska de ordenar la suspensión de actividades de Batasuna y, en concreto, de su Congreso convocado para el próximo día 21 en el Bilbao Exhibition Center (BEC) de Baracaldo no ha cogido desprevenido ni a la ilegalizada formación ni al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Según ha podido confirmar El Confidencial en diversas fuentes políticas, a finales de la semana pasada interlocutores de la izquierda abertzale y de Moncloa mantuvieron intensos contactos para lograr que la polémica abierta por la hipotética celebración de la Asamblea no afectara a las conversaciones abiertas hace más de un año a través del PSE.

Una de estas fuentes asegura que en dichos contactos de urgencia los socialistas recriminaron a los dirigentes de Batasuna sus declaraciones de los días anteriores y lo que consideraban un exceso de publicidad del acto. Un hecho, este último, que calificaron de “provocación innecesaria” que daba munición a los contrarios al proceso de paz para cargar contra éste.

Malestar en la militancia de Batasuna

Los representantes abertzales justificaron su actuación alegando que el actual estancamiento del proceso les había puesto en una situación delicada ante sus bases, en las que existe un creciente malestar ante la falta de resultados concretos de un proceso de paz sobre el que, además, consideran no han sido consultados hasta ahora por sus dirigentes.

De hecho, entre las enmiendas de los militantes de la coalición presentadas a la ponencia que se aprobará el sábado hay varias en la que éstos muestran “una preocupación un poco generalizada” ante la posibilidad de que el proceso de paz se frustre. “La pregunta es qué ocurrirá si éste intento por superar el conflicto sale mal”, se pregunta uno de ellos.

Por ello -continuaron en su justificación- habían convocado el acto con toda la parafernalia de un partido legal. Una puesta en escena que, como reconocieron a sus interlocutores socialistas, incluirá discursos en los que se arremeterá con dureza contra el Ejecutivo de Zapatero por su falta de iniciativa y la persecución judicial que, en su opinión, sufre en los últimos meses la izquierda abertzale, en referencia al proceso 18/98 que se sigue en la Audiencia Nacional contra la denominada trama civil de ETA.

Guiños por ambos lados

El resultado de dichos contactos de urgencia fue el compromiso por ambas partes de realizar discretos guiños públicos y blindar el proceso abierto ante la posibilidad de que la Justicia decidiera finalmente que el Congreso se suspendiera. Si esto ocurría, como así ha sido, tanto Batasuna como PSOE podrían hacer las declaraciones que consideraran oportunas para calmar a sus militantes sin temor a viciar los futuros contactos.

La primera parte del acuerdo lo cumplió el Gobierno con las declaraciones que el propio presidente Rodríguez Zapatero hizo en una conversación informal con periodistas el pasado jueves al término de la recepción anual del Rey al cuerpo diplomático acreditado en España. En ellas, el jefe del Ejecutivo consideró que la Ley de Partidos era “muy restrictiva” e invocó al derecho de reunión recogido en la Constitución.