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El sector más nacionalista de CiU acusa a Artur Mas de ‘ceder’ demasiado en su pacto con Zapatero
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El sector más nacionalista de CiU acusa a Artur Mas de ‘ceder’ demasiado en su pacto con Zapatero

Artur Mas, considerado el gran triunfador en las negociaciones sobre el Estatut tras su acuerdo “global” con José Luis Rodríguez Zapatero que ha puesto contra las

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El sector más nacionalista de CiU acusa a Artur Mas de ‘ceder’ demasiado en su pacto con Zapatero

Artur Mas, considerado el gran triunfador en las negociaciones sobre el Estatut tras su acuerdo “global” con José Luis Rodríguez Zapatero que ha puesto contra las cuerdas a sus rivales de ERC, se enfrenta ahora, desde que se conoció el contenido del mismo, a las críticas del sector más nacionalista de su propio partido, CiU, que considera que el célebre pacto traiciona en gran medida las aspiraciones de la formación, sobre todo en material de financiación y en la definición de Cataluña como nación.

El enfrentamiento, aún en gran parte en la trastienda, tuvo su primera manifestación pública la semana pasada en las páginas del diario Avui, donde el profesor de Economía de la Universidad de Barcelona y uno de los gurús en déficit fiscal de los convergentes, Ramón Tremosa, acusaba a Mas de haber “primado los intereses de su partido” al llegar al acuerdo que, en su opinión, aleja en el tiempo las aspiraciones fiscales de Cataluña.

Una voz disonante que, según fuentes políticas catalanas consultadas por El Confidencial, “no ha sido la única”. En este sentido, estas fuentes recalcan el hecho de que las juventudes del partido aún no hayan pronunciado sobre el acuerdo, o que el pasado sábado, durante la celebración en el Hotel Campus de Bellaterra del Consejo Nacional de CDC, la dirección del partido evitase la intervención de una decena de miembros de la misma que querían expresar sus críticas al pacto con la excusa del frío reinante en el lugar de la reunión a causa de un fallo de la calefacción.

Siempre según estas fuentes, el sector nacionalista de CiU quería sacar los colores a Mas en esta reunión por haber cedido prácticamente en todos los puntos que la propia formación consideraba “indispensables” -entre ellos la definición de Cataluña como una nación, la agencia tributaria única o la creación de selecciones deportivas-. Para más inri, el boletín interno de CiU, en el número de enero de su boletín interno, se refería a estos puntos como piezas claves a las que no se iba a renunciar.

Incluso el propio valedor de Mas, el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, lanzaba el pasado domingo una puya al contenido del texto al asegurar en Bilbao, donde acudió para recibir un premio de la Fundación Sabino Arana, del PNV, que el Estatut “está por debajo” de lo que quería CiU y que “no es un texto para mucho años”.

Y, además, el enfado de Duran

Las incipientes críticas del sector nacionalista de su partido no son, sin embargo, las únicas recibidas por el acuerdo “global” desde el seno de la propia CiU. De hecho, el portavoz de la formación en el Congreso de los Diputados y secretario general de Unió Democrática de Catalunya -la otra pata de la federación nacionalista-, Josep Antoni Duran i Lleida, no se esfuerza ya en ocultar el malestar que le ha provocado la manera en la que pactó a sus espaldas su compañero de filas.

Duran -que ha reconocido a sus colaboradores más cercanos que estaba esquiando y que no se enteró del encuentro en Moncloa hasta ese mismo sábado por la noche- acusa a Mas de haber frenado dos días antes un acuerdo idéntico simplemente porque lo había alcanzado él. El dirigente de Unió ha reconocido que estuvo a punto de no asistir a la rueda de prensa del domingo en la que el líder de CiU hizo unas primeras declaraciones sobre su pacto con Zapatero. Una rueda de prensa a la que finalmente sí acudió, pero en la que mantuvo una actitud distante con su compañero de partido.

Artur Mas, considerado el gran triunfador en las negociaciones sobre el Estatut tras su acuerdo “global” con José Luis Rodríguez Zapatero que ha puesto contra las cuerdas a sus rivales de ERC, se enfrenta ahora, desde que se conoció el contenido del mismo, a las críticas del sector más nacionalista de su propio partido, CiU, que considera que el célebre pacto traiciona en gran medida las aspiraciones de la formación, sobre todo en material de financiación y en la definición de Cataluña como nación.