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Los secretos de la polémica declaración sobre el 23-F: Marín ni siquiera quería hacerla
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Los secretos de la polémica declaración sobre el 23-F: Marín ni siquiera quería hacerla

Los cuatro párrafos de una declaración institucional del Congreso con motivo del veinticinco aniversario del 23-F han provocado la enésima bronca política de la legislatura. El

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Los secretos de la polémica declaración sobre el 23-F: Marín ni siquiera quería hacerla

Los cuatro párrafos de una declaración institucional del Congreso con motivo del veinticinco aniversario del 23-F han provocado la enésima bronca política de la legislatura. El motivo: la negativa de los representantes de ERC y EA, Joan Tardá y Begoña Lasagabaster, a dar su respaldo a dicho texto si no se eliminaba del mismo la mención al papel determinante que en el fracaso de la intentona golpista había tenido el Rey y, en su lugar, se equiparaba la labor de la Corona aquel día con la que jugaron partidos políticos, sindicatos, instituciones y medios de comunicación.

La declaración, que incluyó dichas modificaciones, salió finalmente adelante con el voto unánime de los diputados presentes -entre los que no se encontraban ni José Luis Rodríguez Zapatero ni Mariano Rajoy- después de una negociación de dos días en la que el presidente del Congreso, el socialista Manuel Marín, llegó a cuestionar la necesidad de redactarla. Así lo ha podido saber El Confidencial en fuentes parlamentarias, que añaden que la máxima autoridad del Parlamento incluso restó importancia a la efeméride en la reunión en la que se propuso.

Siempre según estas fuentes, el promotor de la idea fue el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, quien, el transcurso de la Junta de Portavoces del pasado martes, puso sobre la mesa la oportunidad de conmemorar el histórico suceso. Fue en ese momento cuando Manuel Marín puso pegas a la propuesta. Sin embargo, la posición favorable que manifestaban varios de los asistentes obligó al presidente del Congreso a reconsiderar su postura y aceptar un debate sobre la conveniencia o no de hacer dicha declaración institucional, que finalmente salió adelante.

Al término de la reunión, y cuando se encontraban en los pasillos, Marín se acercó al líder de IU y le propuso que fuera él quien la redactara. “Creo que no me compete. Es mejor que lo haga la Presidencia de la cámara por su importancia”, le respondió Llamazares. Poco después, el político socialista se dirigió al vicepresidente tercero de la Cámara, el popular Gabriel Cisneros, y le pidió que se encargara de su redacción por su condición de ponente constitucional y uno de los pocos diputados de entonces que aún permanecen en activo. Éste aceptó y, poco después, remitió a los colaboradores del presidente del Congreso un texto, que éstos terminaron de retocar.

El primer borrador

Este primer borrador (ver documento adjunto) fue remitido a media tarde del pasado miércoles a todos los grupos para que lo estudiaran e hicieran las aportaciones que consideraran oportunas para que la declaración institucional contara con el apoyo unánime de todos en el pleno del día siguiente. Ya en ese momento, los representantes de ERC, de EA y, según algunas fuentes, del PNV se opusieron al mismo porque consideraban excesiva la mención en el segundo párrafo al papel determinante del Rey en el fracaso de la intentona golpista.

La mañana del día siguiente, estos diputados se reunieron con la socialista Teresa Cunillera y el autor del borrador, el popular Cisneros, para intentar llegar a un acuerdo. Para ello contaban con un texto alternativo al segundo párrafo que instantes antes había redactado a bolígrafo en un folio Gaspar Llamazares -que no pudo participar en el encuentro por tener que intervenir en el pleno- para intentar salvar las diferencias. En dicho texto aún se mencionaba la palabra Rey, según las fuentes consultadas.

Los cuatro párrafos de una declaración institucional del Congreso con motivo del veinticinco aniversario del 23-F han provocado la enésima bronca política de la legislatura. El motivo: la negativa de los representantes de ERC y EA, Joan Tardá y Begoña Lasagabaster, a dar su respaldo a dicho texto si no se eliminaba del mismo la mención al papel determinante que en el fracaso de la intentona golpista había tenido el Rey y, en su lugar, se equiparaba la labor de la Corona aquel día con la que jugaron partidos políticos, sindicatos, instituciones y medios de comunicación.