Zapatero basa su política antiterrorista en dos informes del CNI que predicen el fin de ETA

“Estamos en el principio del fin”. Las optimistas palabras de José Luis Rodríguez Zapatero sobre un inminente abandono de las armas por parte de ETA aún resuenan, a pesar de que el presidente del Gobierno nunca ha aclarado cuál era el origen de los datos en los que se apoyó para pronunciarlas. Éste no es otro que dos informes realizados a finales del pasado año por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI, el antiguo CESID) en los que se da por seguro que ETA ya ha tomado la decisión de abandonar las armas, según ha podido confirmar El Confidencial en varias fuentes conocedoras del estado actual del proceso de paz.

El primero de estos informes asegura que la organización terrorista hace tiempo que tomó dicha decisión, y que ésta es definitiva y no tiene marcha atrás. Los autores del mismo se basan en documentos internos de la propia ETA en los que supuestamente se constata que sus dirigentes -con José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, a la cabeza- dan por cerrada la etapa de la violencia y apuestan por la vía política. Los datos son apoyados por informaciones supuestamente conseguidas por los servicios secretos en el seno de la propia organización terrorista.

El segundo documento del CNI ahonda en este sentido y descarta la posibilidad de que se produzca una escisión en la banda armada -como la que sufrió el IRA y que llevó a un grupo a cometer el sangriento atentado de Omagh-. Según el informe, ese peligro ha sido evitado por la propia ETA, cuyos dirigentes han llegado al acuerdo interno para que todas y cada una de las decisiones que se tomen durante el proceso de paz se hagan por consenso, sin dejarse a nadie atrás, aunque ello suponga una ralentización del mismo.

Una de las fuentes consultadas por este diario asegura que en este documento se asegura, además, que dicho acuerdo interno se ha traducido en una orden enviada a todos los comandos para que, hasta mayo de 2007 -fecha de las elecciones municipales-, no se cometa ningún atentado mortal. Para esa fecha, según el informe, ETA está convencida de que las negociaciones con el Gobierno estarán plenamente encauzadas y Batasuna se habrá podido presentar a los comicios.

Ambos documentos, de cuya existencia el propio Zapatero ha hablado a varios dirigentes políticos en los últimos meses, han sido elaborados y manejados por un grupo muy reducido de altos cargos de los servicios secretos que dirige Alberto Saiz. El motivo es, según las fuentes consultadas, evitar que sectores del CNI contrarios a los contactos con la banda armada boicoteen los mismos.

Esperanzas frustradas tres veces

El contenido de ambos informes es lo que disparó en Moncloa, ya el pasado mes de noviembre, las expectativas de un inminente anuncio de tregua “permanente” de ETA. Unas expectativas que fueron reforzadas por las informaciones que sobre la buena marcha de sus contactos con Batasuna transmitía a Madrid el presidente del PSE, Jesús Eguiguren.

Sin embargo, las fechas manejadas desde entonces para un anuncio de alto el fuego – primero, las pasadas Navidades; luego, el frustrado congreso de la izquierda abertzale en Baracaldo en enero; y por último, la tercera semana de febrero- han ido pasando sin que en ningún caso dichas esperanzas se cumplieran. De hecho, los atentados sin víctimas y los comunicados de ETA se han incrementado en los últimos meses.