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La estrategia de Maragall: cambio de gobierno en verano, elecciones anticipadas en otoño
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La estrategia de Maragall: cambio de gobierno en verano, elecciones anticipadas en otoño

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, ya prepara el terreno para convocar elecciones autonómicas para el próximo otoño, a pesar de que está

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La estrategia de Maragall: cambio de gobierno en verano, elecciones anticipadas en otoño

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, ya prepara el terreno para convocar elecciones autonómicas para el próximo otoño, a pesar de que está dispuesto a mantener el Gobierno tripartito hasta el final de la legislatura, es decir, hasta finales del 2007, contra viento y marea. El último escándalo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) sobre la petición de una parte del sueldo a los cargos de confianza en las consejerías que gobierna sería el detonante para abrir una crisis sin vuelta atrás y la convocatoria de nuevas elecciones.

En este sentido, será decisiva la investigación judicial -el secretario general del conseller primer, Xavier Vendrell, a su vez secretario de Organización de ERC, es el firmante de las cartas donde se exige a cargos autonómicos una parte de su sueldo so riesgo de ser destituidos-, máxime cuando algunos trabajadores de la Generalitat están preparando una querella criminal por estos hechos.

Desde el Ejecutivo autonómico catalán se estudia la posibilidad de que este escándalo desgaste demasiado al Gobierno y le reste credibilidad, al tiempo que produzca rechazo en los votantes. En ese caso, la gran beneficiada de la situación sería la coalición Convergencia i Unió (CiU), hasta el punto de que podría ganar las elecciones holgadamente. Por ello, aunque Maragall quiere mantener su gabinete con ERC e Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V), sus hombres de confianza han recibido instrucciones para preparar un ‘plan B’, partiendo de la base de que han de ponerse en el peor escenario posible, es decir, la convocatoria forzosa de elecciones anticipadas.

Cambios tras el referéndum

Sin embargo, de momento, los esfuerzos inmediatos se dirigen a un cambio del gobierno autonómico para después del referéndum sobre el Estatut, previsto en principio para el 18 de junio. Todo hubiese ido sobre ruedas si no hubiera aparecido el último escándalo de ERC. Maragall ya trabajaba junto a su equipo para ultimar en verano un cambio en su Gobierno que le permitiese maniobrar y recuperar credibilidad.

El president es consciente de la erosión sufrida en los últimos meses debido a las continuas contradicciones y los obligados cambios de estrategia. En este periodo, Maragall ha perdido peso específico en la política no sólo catalana, sino también española, y a ello contribuyeron diversos episodios. A saber: su intento fallido de remodelar el Ejecutivo autonómico en octubre pasado; el escándalo de la corona de espinas con Carod-Rovira en Jerusalén; la sofisticada pinza elaborada entre Zapatero y Mas para sacar el Estatut orillando a Maragall; la ‘sublevación’ del consejero de Gobernación, el republicano Joan Carretero, que públicamente pidió el ‘no’ al texto y acusó al presidente del Gobierno de “españolista demagogo”…

En todos estos episodios, Maragall terminó predicando lo contrario de lo que había dicho en un principio. Y, aunque haciendo gala de su terquedad, planteó a su partido, el PSC, una remodelación del Gobierno el pasado mes de enero, ahora todas sus metas son posteriores al referéndum del 18 de junio, ya que desde la cúpula socialista le han vetado cualquier intento de remodelación inmediata.

Eliminar a los consejeros molestos

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, ya prepara el terreno para convocar elecciones autonómicas para el próximo otoño, a pesar de que está dispuesto a mantener el Gobierno tripartito hasta el final de la legislatura, es decir, hasta finales del 2007, contra viento y marea. El último escándalo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) sobre la petición de una parte del sueldo a los cargos de confianza en las consejerías que gobierna sería el detonante para abrir una crisis sin vuelta atrás y la convocatoria de nuevas elecciones.