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Justicia ningunea a los aspirantes a secretario judicial: no convoca oposiciones y cambia el tipo de examen
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Justicia ningunea a los aspirantes a secretario judicial: no convoca oposiciones y cambia el tipo de examen

El 27 de mayo de 2003. Esa fecha está marcada en la memoria de los aspirantes a ocupar una plaza como secretario judicial dentro de la

El 27 de mayo de 2003. Esa fecha está marcada en la memoria de los aspirantes a ocupar una plaza como secretario judicial dentro de la Justicia española. Tal día se produjo la última convocatoria de unas oposiciones. Desde entonces, los aspirantes han iniciado una carrera sin saber dónde está la meta.

El origen del conflicto llegó con la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Con los cambios que daban entrada a la nueva Oficina Judicial –pactada entre PP y PSOE-, el texto generó la necesidad de sacar adelante un nuevo Reglamento que definiese el papel de los secretarios judiciales dentro de la nueva organización de los juzgados. Así, dichos secretarios se convertían en las piezas básicas de los juzgados, liberando de burocracia a los magistrados.

Sin embargo, la elaboración del nuevo Reglamento se demoró en exceso y no se aprobó hasta el pasado 30 de diciembre de 2005. Mientras tanto, los opositores seguían a la espera de conocer cuándo sería la convocatoria del examen. Después de que el Reglamento viese la luz, los aspirantes pensaron que el Ministerio tardaría pocas semanas en fijar la fecha para las pruebas.

Pero la realidad es otra. A día de hoy, Justicia sigue sin convocar las pruebas y la paciencia de los opositores empieza llegar a su fin. Así queda patente en diversos foros de Internet, donde los aspirantes están volcando sus quejas contra el equipo de Juan Fernando López-Aguilar.

De las 450 plazas que el Ministerio anunció que se van a convocar, la mitad –según la Ley- serán cubiertas por los funcionarios de gestión –antiguos oficiales de justicia-, que son los que se encuentran un escalón por debajo de los secretarios dentro de un juzgado. Las otras 225 plazas previstas –más las que no se terminasen de cubrir por los ofíciales de Justicia- se las ‘pelearán’ los opositores de concurso libre y los interinos, es decir, los que actualmente ocupan de forma temporal los puestos a cubrir.

Presiones de los sindicatos

Y el retraso en la convocatoria de las oposiciones parece venir motivado por las presiones de los sindicatos sobre el Ministerio para que se modifique la fórmula de examen. Hasta ahora, lo previsto son dos exámenes orales sobre un temario de 285 temas –los oficiales judiciales tienen sólo la mitad -. Sin embargo, todo parece indicar que el Ministerio modificará el tipo de examen en tres pruebas: una tipo test, un examen oral y otro práctico.

Al menos así lo anunció el Sindicato de Secretarios Judiciales (SISEJ) tras una reunión el pasado 22 de marzo con Ricardo Bodas, director general de Relaciones con la Administración de Justicia. La nota informativa emitida por el SISEJ dice que Bodas les anunció que la convocatoria para los oficiales de Justicia será en mayo y posteriormente se hará la del turno libre –opositores e interinos-. “En cuanto al turno libre, el Ministerio informó de una convocatoria con un temario de 260 a 280 temas con tres pruebas: la implantación de un examen tipo Test, de carácter eliminatorio, un examen oral y un examen de carácter práctico al que se quiere dotar de una mayor relevancia”, explica la nota.

Este ha sido otro motivo de desesperación para los opositores. “Nos van a cambiar las reglas del juego en mitad de la partida”, explica desesperada una opositora. “Lo normal es que hiciesen una convocatoria como las anteriores y, posteriormente, se cambie el tipo de examen”, asegura. Esto fue lo que se hizo cuando se fusionaron los cuerpos de Notarios y Corredores de Comercio. El caso es que la puesta en escena de un examen práctico beneficia claramente a los interinos y oficiales de Justicia, que lidian todos los días con casos reales.

El 27 de mayo de 2003. Esa fecha está marcada en la memoria de los aspirantes a ocupar una plaza como secretario judicial dentro de la Justicia española. Tal día se produjo la última convocatoria de unas oposiciones. Desde entonces, los aspirantes han iniciado una carrera sin saber dónde está la meta.