El PSC cree que a Maragall se le ha ido la situación de las manos y busca candidato a la Generalitat

Los socialistas catalanes abordan hoy, lunes, en su Ejecutiva la posibilidad de convocar elecciones autonómicas anticipadas para después del verano. La posición de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) pidiendo el no al Estatut en el referéndum del 18 de junio, juntamente con las críticas continuas vertidas por los principales dirigentes de esta formación, han envenenado el clima dentro del Tripartito, que atraviesa en estos momentos su periodo de mayor tensión interna desde su creación.

En las filas socialistas se cree que al presidente Pasqual Maragall se le ha ido la situación de las manos y que ya no es capaz de controlar a Esquerra. Sólo le podría valer, para afianzarse en su cargo, un resultado muy positivo en el referéndum, algo así como el voto afirmativo de más del 60% en una afluencia generosa de votantes a las urnas. Un resultado menor podría ser catastrófico y provocaría el relevo inmediato de Maragall como candidato. Aun así, la gran esperanza de los partidarios del sí es la participación del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la campaña en pro del referéndum, ya que el líder socialista está muy bien valorado en Cataluña y su palabra es escuchada con interés.

Dentro de mes y medio, la situación podría ser de relativa normalidad, si las cuentas les salen a los partidarios del sí, o de crisis insuperable, con lo que la única solución posible sería la convocatoria de elecciones anticipadas. La mayoría de los dirigentes catalanes, sean del partido que sean, piensan que la situación es cada día más irreversible y que el actual Tripartito no comerá las uvas en la plaza de Sant Jaume. Incluso en los círculos más próximos a la presidencia de la Generalitat se comienza a ver como necesario el adelanto de elecciones porque las diferencias entre los socios están lastrando la acción de un Gobierno que cada día es noticia por sus diferencias en vez de por su labor.

El pacto con CiU

La situación es extremadamente grave tras los últimos días de toma de decisiones por parte de ERC ante la votación del 18 de junio (la cúpula del partido era partidaria del voto nulo, pero tras la consulta efectuada a las bases se decantó por pedir el no) y se ha empezado a calibrar muy seriamente otro escenario futuro en Cataluña tras la convocatoria de unas elecciones que pueden producirse en el mes de otoño: un Gobierno bipartito presidido por Convergència i Unió (CiU), en coalición con el PSC.

Esta posibilidad, que avalaría, a la postre, los pactos entre Zapatero y el líder convergente, Artur Mas, ha dejado de asustar a las cúpulas de ambos partidos. “Es muy posible que CiU obtenga más votos que el PSC, por lo que le correspondería la presidencia a Artur Mas, mientras que el primer conseller sería socialista. Además, al tratarse de los dos partidos con más apoyo, el resultado sería un Gobierno más estable que el que ha habido en los dos últimos años. Y si entonces era imposible presentarse ante la ciudadanía con un bipartito, ahora esta misma ciudadanía lo comprendería perfectamente, porque se ha demostrado que Cataluña, tal y como están las cosas, es ingobernable”, señala una fuente de la dirección del PSC.

La misma fuente añade que el tema ha sido tratado ampliamente por los principales dirigentes del PSOE y de CiU. Su consecuencia más inmediata, además de un Gobierno más sólido en Barcelona, sería el aprovechamiento del pacto catalán para garantizar, paralelamente, la estabilidad del Gobierno de Madrid. El propio Artur Mas allanó el camino a los socialistas anteayer sábado, cuando ofreció públicamente su apoyo a Maragall hasta los próximos comicios si éste echa a ERC del Gobierno.