Egibar se apoya en el sindicato ‘hermano’ ELA para dar un golpe de mano contra Imaz dentro del PNV

El sector soberanista del PNV, liderado por el que fuera el delfín de Xabier Arzalluz, Joseba Egibar, ha decidido pasar al ataque. Tras alertar recientemente a las bases de su partido en Guipúzcoa sobre un posible descalabro electoral en las municipales de 2007 si Batasuna se presenta finalmente (ver El Confidencial del pasado 8 de mayo), el que fuera rival de Josu Jon Imaz en la pugna por la presidencia del partido nacionalista ha decidido en las últimas semanas cambiar de estrategia y buscar el apoyo del sindicato hermano ELA-STV para intentar en un futuro próximo arrebatar el poder al sector vizcaíno del partido, que encabezan el propio Imaz y Iñigo Urkullu.

Así lo ha podido confirmar El Confidencial en fuentes políticas vascas que destacan que el movimiento se produce en un momento clave para la organización sindical, obligada por los estatutos a cambiar próximamente a sus máximos dirigentes, entre ellos el secretario general, José Elorrieta, afín a los postulados soberanistas de Egibar. La intención de éste, siempre según estas fuentes, es copar con personas afines los puestos claves de una organización que cuenta con un número de afiliados muy superior al del propio PNV y que, por tanto, puede tener una importante ascendencia sobre la política que el partido nacionalista tome durante los próximos meses del actual proceso de paz.

Egibar no ha dudado en manifestar en privado su frontal oposición a la actual política de Imaz de acercarse al PSOE. Para el líder del sector soberanista del partido, esta actitud de ‘entreguismo’ está dejando el camino libre para que el PSE y Batasuna capitalicen en su beneficio electoral todo el mérito del ‘alto el fuego permanente’ de ETA. Egibar, por el contrario, propugna reeditar el frente nacionalista que en 1998 puso en marcha con el conocido como Pacto de Lizarra.

Las críticas de este sector del PNV incluyen también al lehendakari, Juan José Ibarretxe, al que consideran “amortizado”. De hecho, recientemente los diputados autonómicos más cercanos a Egibar pusieron al jefe del Ejecutivo de Vitoria en un serio aprieto al negarse a apoyar en la Cámara vasca la propuesta de Ley del Suelo de uno de los socios parlamentarios de los peneuvistas, Ezker Batua. Fuentes del propio Gobierno vasco han reconocido a este diario que el incidente estuvo a punto de provocar una crisis en el tripartito.

Fuentes políticas vascas aseguran a El Confidencial que los últimos movimientos del sector soberanista son fruto del nerviosismo que se ha instalado en Sabin Etxea en los últimos meses ante un hipotético varapalo electoral en los próximos comicios municipales, sobre todo porque la alianza con EA no está, ni mucho menos, asegurada -destacados dirigentes del partido que preside Begoña Errazti, incluido ella, se oponen a reeditarla-. Egibar quiere, por ello, volver a formar un frente nacionalista con la ayuda del sindicato ELA. Imaz, por el contrario, pretende contrarrestar una posible pinza entre los socialistas vascos y Batasuna con un acercamiento a José Luis Rodríguez Zapatero. La lucha entre los sectores que encabezan está en pleno auge.