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Imaz dice sí, Egibar dice no: la campaña del referéndum sobre el ‘Estatut’ provoca un cisma en el PNV
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Imaz dice sí, Egibar dice no: la campaña del referéndum sobre el ‘Estatut’ provoca un cisma en el PNV

La polémica reforma del Estatuto de Cataluña no sólo ha acabado con el gobierno tripartito de Pasqual Maragall, sino que amenaza también con provocar cismas políticos

Foto: Imaz dice sí, Egibar dice no: la campaña del referéndum sobre el ‘Estatut’ provoca un cisma en el PNV
Imaz dice sí, Egibar dice no: la campaña del referéndum sobre el ‘Estatut’ provoca un cisma en el PNV

La polémica reforma del Estatuto de Cataluña no sólo ha acabado con el gobierno tripartito de Pasqual Maragall, sino que amenaza también con provocar cismas políticos a bastantes kilómetros de distancia de esta comunidad autónoma. Concretamente, en Santiago de Compostela y Bilbao, donde miembros de las direcciones del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) se enfrentan en guerras fraticidas por la postura que ambos partidos deben mantener durante la campaña para el referéndum del próximo 18 de junio.

Así, el sector mayoritario de los nacionalistas vascos -que ya consiguieron imponer el voto afirmativo del partido en el trámite parlamentario en Madrid del texto- decidió que su presidente, Josu Jon Imaz, participara en el mitin que el pasado sábado organizaba CiU en Barcelona para pedir el al nuevo Estatut. Una participación que, según fuentes políticas vascas, le desaconsejaron algunos miembros de su equipo. Sin embargo, Imaz rechazó el consejo y acudió al considerar que su presencia en el acto, a petición de sus socios catalanes, era casi obligatoria por la alianza que su partido mantiene con éstos y con los nacionalistas gallegos desde la declaración conjunta de Barcelona de 1998.

Las críticas a su participación no han tardado en llegar. Las más duras han salido del sector liderado por el que fuera su rival en la lucha por la presidencia, Joseba Egibar, que considera que el Estatut, tal y como quedó tras su paso por Madrid, no gusta a gran parte de las bases del PNV y que, precisamente por ello, debía haberse abstenido de apoyarlo públicamente.

Dirigentes de este sector recalcan en privado que el que fuera su antecesor en el cargo, Xabier Arzalluz, debía haber intervenido ese mismo día en el acto que ERC celebraba también en Barcelona para pedir el no. Según han confirmado a El Confidencial fuentes de Esquerra, el veterano dirigente vasco se había llegado a comprometer personalmente con Josep Lluis Carod-Rovira para participar en el mitin, pero cuatro días antes del mismo telefoneó al líder de los republicanos para excusar su asistencia. Según fuentes políticas vascas, “lo hizo, precisamente, para evitar provocar un cisma en el partido”.

Beiras, con el ERC. Quintana, con CiU

Algo muy parecido se está viviendo en el seno del BNG. Durante la tramitación del Estatut en el Congreso, los dos diputados con los que cuenta el Bloque también votaron afirmativamente. Un respaldo que se vio posteriormente respaldado en un Consejo Nacional de la formación -máximo órgano entre congresos-, donde se apostó por apoyar el proyecto catalán dentro de la política de la alianza Galeuscat integrada por ellos, CiU y PNV. Por ello, su actual líder, Anxo Quintana, no dudó en pedir el junto a sus socios convergentes en el acto que Artur Mas celebró en Barcelona el sábado.

Sin embargo, a la misma hora, su antecesor en el cargo, Xosé Manuel Beiras -que lleva meses expresando en artículos de prensa y entrevistas radiofónicas su oposición a los recortes sufridos por el Estatut a su paso por Madrid- se encargaba de hacer campaña por el no junto a su amigo Carod-Rovira. La dirección de BNG se ha limitado a restar importancia a la contradicción de los mensajes de sus dos rostros más significativos calificando la participación de Beiras junto a los republicanos como un acto “individual” y recalcando que la opinión del partido es la de Quintana. El cisma está servido en gallego y euskera.

La polémica reforma del Estatuto de Cataluña no sólo ha acabado con el gobierno tripartito de Pasqual Maragall, sino que amenaza también con provocar cismas políticos a bastantes kilómetros de distancia de esta comunidad autónoma. Concretamente, en Santiago de Compostela y Bilbao, donde miembros de las direcciones del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) se enfrentan en guerras fraticidas por la postura que ambos partidos deben mantener durante la campaña para el referéndum del próximo 18 de junio.