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ERC cierra filas tras el fracaso del ‘no’ y confía en resarcirse en las autonómicas de otoño
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ERC cierra filas tras el fracaso del ‘no’ y confía en resarcirse en las autonómicas de otoño

Josep Lluis Carod-Rovira se hizo rodear de la plana mayor de su partido, como le gusta hacer en las grandes ocasiones, para reconocer la derrota del

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ERC cierra filas tras el fracaso del ‘no’ y confía en resarcirse en las autonómicas de otoño

Josep Lluis Carod-Rovira se hizo rodear de la plana mayor de su partido, como le gusta hacer en las grandes ocasiones, para reconocer la derrota del no en el referéndum sobre el Estatut. La postura negativa ante el polémico proyecto que le habían hecho defender sus bases no consiguió alcanzar el 21% de los votos, a cuatro puntos de la frontera del 25% que, como adelantó el pasado viernes El Confidencial, se habían puesto como frontera entre el éxito y el fracaso.

Tal vez por ello, el líder de los republicanos evitó en todo momento parapetarse en la baja participación de los catalanes en la consulta popular para minimizar la evidente derrota, como habían hecho hasta ese momento otros dirigentes de su partido. Él salió para afirmar que “acepta, acata y reconoce la plena validez de los resultados”. Carod-Rovira llegó a admitir una fuga de votos de ERC hacia el 'sí' fruto, según él, de las “grandes dificultades para hacer llegar nuestro mensaje”.

Al dirigente republicano, aunque no lo dijo, le queda la pequeña satisfacción personal de saber que fue en su territorio, Tarragona, donde el 'no' obtuvo mejores resultados. Allí los votos negativos alcanzaron el 22’51%, casi dos puntos por encima de la media de toda Cataluña.

Pensando en las autonómicas de otoño

Fuera del Gobierno de Cataluña y desplazados cada vez de modo más evidente por CiU en el papel de apoyo parlamentario preferente del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso de los diputados, ERC se apresta a vivir su particular travesía en el desierto hasta las elecciones autonómicas que muy previsiblemente se celebrarán el próximo otoño.

Fuentes de la formación republicana han reconocido a este diario que hasta ese momento el partido intentará hacer una piña y que se evitará por todos los medios abrir una batalla por el liderazgo del partido. Para ello, el sector que encabeza el secretario general y número 2 de la formación, Joan Puigcercós, ha comenzado a propugnar que éste sea el segundo en las listas de ERC en las próxima autonómicas, por detrás de Carod-Rovira, en una maniobra que fuentes políticas interpretan como un primer paso para preparar en un futuro el relevo del actual líder republicano.

Un hombre de la máxima confianza de Puigcercós, como es el polémico ex conseller Xavier Vendrell -principal implicado en el escándalo del cobro de cuotas a altos cargos de la Generalitat- ya admitió la semana pasada que la formación de ese tándem electoral era “una muy buena idea”. El objetivo es resarcirse de la salida del Govern y de la derrota de ayer repitiendo, al menos, los resultados de 2003 para seguir siendo una fuerza clave en la gobernabilidad de Cataluña.

Carretero, el gran derrotado

El principal perjudicado de la derrota del no en el referéndum es el ex conseller de Gobernación, Joan Carretero. Dolido con su partido porque consideró que no le apoyó cuando fue defenestrado por Pasqual Maragall en la primera crisis de Gobierno, Carretero se mostró abiertamente a favor del voto negativo en la consulta popular, incluso cuando la dirección del partido ya se había decantado por el sufragio nulo.

Fuentes del partido le acusan, incluso, de haber sido él, a través de las federaciones del Pirineo sobre las que tiene gran ascendente, el culpable de que en las asambleas del partido donde se decidió finalmente el sentido del voto de ERC ganase el 'no'. Y añaden que, luego, no se implicó intensamente en la campaña.

Josep Lluis Carod-Rovira se hizo rodear de la plana mayor de su partido, como le gusta hacer en las grandes ocasiones, para reconocer la derrota del no en el referéndum sobre el Estatut. La postura negativa ante el polémico proyecto que le habían hecho defender sus bases no consiguió alcanzar el 21% de los votos, a cuatro puntos de la frontera del 25% que, como adelantó el pasado viernes El Confidencial, se habían puesto como frontera entre el éxito y el fracaso.